|Capítulo 5|

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      (POV'S Skippy)

     La alarma sonó en aquella habitación casi vacía.

     Skippy odiaba despertarse, prefería nunca jamás volver a despertar, lo anhelaba, lamentablemente aún no ocurría ese momento.

     Con las pocas ganas, se levantó de su cama, tomó su celular, y contestó todos los mensajes de WhatsApp que le habían llegado.

     Sentado en la orilla de la cama, con sus talones sintió el frío de aquel suelo de madera. Amaba esa extraña sensación.

     Ni si quiera se había dado cuenta, hoy era su cumpleaños.

     ¿Genial, no?

     Tal vez hoy podría celebrar y tener su primera fiesta de cumpleaños de toda su vida.

     Era alguien exitoso y con mucho dinero, además ya no estaba su padre, podía darse esos lujos que de niño no.

     Su cumpleaños, vaya, hacía mucho no sentía esa sensación al decir aquella simple palabra, la emoción de las sorpresas, el que todos te digan palabras bonitas.

     Corrió con los pies descalzos hasta su armario, su gigantesco armario que ocupaba una habitación entera, se vistió con algo simple, no muy exagerado.

     Desayuno algo rápido, tomo las llaves de su camioneta y salio directo a la pastelería.

     Todo estaba en silencio, lo cual era extraño, debería estar ya abierta esperando a los primeros clientes.

     Al encender las lámparas del establecimiento, Luis y Diana saltaron de detrás del mostrador con unas grandes sonrisas y un pastel en sus manos.

     No se esperaba esto para nada, ni si quiera sabía si ellos sabían que era su cumpleaños, seguro Facebook se los recordó.

 -Feliz cumpleaños Skipp- le dijo Luis, con un gorrito clásico de cumpleaños en su cabeza.

 -¿Cuántos cumples, 59?- Diana siempre se burlaba de el, ya que no saben siquiera su edad.

 -Gracias chicos, realmente no era necesario- les sonrió.

 -Ayy, basta que lloro, haz hecho demasiado por nosotros, ahora queremos pasar un rato contigo, así que, te tenemos una sorpresa, tenemos una reservación en...- antes de terminar la oración, Diana le dio una palmada en la boca.

 -Cállate estúpido, es una sorpresa, ¿si entiendes la palabra no?- le susurró, pero Skippy lo logro escuchar-. Solo...tu solo prepárate, esta noche vamos a disfrutarla- le guiñó el ojo Diana.

    °  °  °

     Eran exactamente las 21:00 p.m

     Skippy estaba listo,vestía una simple camisa azul de cuadros con unos jeans negros, sin embargo lucía muy guapo.

     Estaba parado fuera de su edificio abotonándose los últimos botones y peinándose con su mano.

 -Ah-suspiró, nunca había visitado un lugar como estos.

     A lo lejos, observo dos luces que avanzaban hacia su dirección, supuso que eran ellos.

 °   °  °  

     Llegando al bar, nos topamos con 3 hombres en la entrada, debían medir más de 1.80, de eso estaba seguro. Daban miedo, pero a mi parecer parecían una presa fácil Nos dejaron pasar sin dificultad.

     Estando ya adentro fui directo a la barra, mientras que los demás disfrutaban un poco la música o buscaban una mesa.

     El ambiente no estaba nada mal, chicas con poca ropa pasaban de un lado a otro, inclusive estaba una pareja bailando solo en ropa interior.

     Luis llegó y se sentó a lado mío, dejando a Diana junto a otros chicos que recién se sentaban con ella en la mesa.

 -Que empiece el show- se frotó las manos dando a entender que lo que seguía le iba a gustar, Skippy solo se reservo a observarlo y darle una sonrisa para después ver como lo dejaba solo.

-Un whisky por favor- le dije con amabilidad al barman.Tenía mucho que no sentía ese placer de salir a divertirse. Sería una gran noche

 -Anda hombre, deja de tomar y ven a bailar- dijo Diana moviéndose al ritmo de la música.

 -Pero si solo llevo un... esta bien- respondí acercándome a donde estaban los demás No iba a mentir, nunca había bailado, por lo cual no sabía hacerlo. Pero ya entrando en confianza, me fui soltando hasta que agarré ritmo propio, ahora solo eramos la música y yo danzando en perfecta armonía.

     Después de unas cuantas canciones, fui a donde el barman de nuevo, los pies comenzaban a dolerme, y más con las fuertes pisadas que me llevé tratando de bailar al principio.

 -Otro whisky- le dije mientras volteaba a ver a mis amigos. Cielos, esos nunca se cansan, siempre tienen energía para más.

 -Aquí tiene- me entrego la bebida, estaba a punto de darse la vuelta cuando alguien más le habló.

 -Yo también quiero un whisky- habló una mujer con vestido rojo, vaya vestido. El barman asintió y se fue-. ¿Skippy?- escuché de nuevo su voz, entre tanto ruido aun no la reconocía, solo esperaba que no fuera ella.

 -Ah, ¿disculpa?- giré lentamente hasta ver su rostro.

 -Hey, mira, llegamos a encontrarnos acá, no soy mucho de salir de fiesta, hoy es mi día de suerte- lo último lo dijo en un susurro apenas audible, después levanto su rostro y me sonrió.

 -Tal parece, luces muy bien, ya sabes, ese vestido...es...- no pude terminar la oración porque me interrumpió.

 -Tu luces genial también, nuevo look, siempre utilizas traje, pero, no quiero decir que no luzcas mal, digo, solo, demonios- comenzó a tartamudear.

 -No te preocupes, es lo mejor que me han dicho en toda mi vida- le guiñé un ojo. 

 °  °  °  

     Comenzó a recorrer cada parte de su cuerpo, succionando, dejando marcas por doquier.

     El creía que lo hacía con cuidado, como si de una rosa se tratase, cuidando cada parte, cada pétalo.

 -Ah, demonios Aileana- soltó un gemido Skippy, mientras que con cada embestida empujaba contra la pared de su departamento a su acompañante, sosteniéndola del cabello para tomar impulso.

     La mujer comenzaba a llorar, a quejarse, pidiendo que parara, pero él, ciego de placer, no escuchaba nada, simplemente, lo disfrutaba, lo disfrutaba mucho.

     Pero lamentablemente, ella no. 

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