9. La Capa de Invisibilidad.
Harry se había dado cuenta de que le habían robado la capa de invisibilidad cuando, después de rebuscar y rebuscar por su cama, su baúl, el de Ron y el de todos sus compañeros, no la encontró por ningún lado. Se había sentado al borde de su cama, pensativo, intentando recordar dónde demonios se la había dejado —si es que se lo había dejado en alguna parte y no se lo habían robado.
Finalmente decidió preguntar a Draco. A fin de cuentas, al salir de su casa de sus tíos la llevaba en la maleta. Estaba seguro de ello. Entonces había probabilidades de que se la hubiera dejado en la casa del rubio o que él la hubiera sacado por cualquier razón.
Cuando Draco le dijo que no tenía ni idea de lo que estaba hablando, comenzó a asustarse de veras.
Si alguien tenía la capa en su poder, prácticamente era incontrolable. ¿Cómo se encontraba a alguien invisible? Casi rió ante esa ironía. Se levantó pesadamente de la cama y rebuscó en su baúl, el cual estaba hecho una desastre. Había pergaminos doblados entre la ropa, plumas despojadas de la mayor parte de sus plumas, un bote de tinta casi abierto... Lo cerró rápidamente en cuanto lo vio y cogió el mapa del merodeador, decidido a encontrar cualquier extrañeza que ocurriera entre las paredes del castillo.
Murmuró las palabras y poco a poco vislumbró a los alumnos yendo de un lado para otro. Casi se sintió como un acosador. Y aún más se sintió así cuando vio que, dentro del armario de las escobas, habían dos personas sospechosamente cerca la una de la otra. Evitó esa parte del pergamino.
Cuando se dio cuenta, se sorprendió al ver que ya llevaba al menos una hora en aquella postura, sentado en la cama, con las gafas casi rozando el pergamino en busca de cualquier evento sospechoso, y lo único que había encontrado que mereciera la pena contar eran esas dos personas dándolo todo en el armario de las escobas.
Harry soltó un suspiro, se quitó las gafas y se pellizcó el puente de la nariz. Sabía que lo único que hacía era perder el tiempo, pues era inabarcable cuanto sucedía en aquel castillo. Volvió a echar un vistazo al mapa. Sólo vio a Zabini corriendo hacia cualquier lado. Claro, así era normal que se chocara con la gente, pensó Harry enfurecido. Vio a Draco en la sala común de Slytherin, repantigado en el sofá. Vio a Filch andar al acecho por los pasillos, entrando de vez en cuando en las aulas.
Con un bostezo, guardó el pergamino. Se quitó las gafas, las colocó con cuidado en la mesilla de noche y se acomodó en la cama. Cada noche pensaba hacer eso en busca de cualquier anormalidad. Alguien le había quitado la Capa de Invisibilidad e iba a pagar por ello.
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Draco cerró su libro de Pociones cuando vio que le iba a ser imposible estudiar en la sala común de Slytherin. Lo dejó de cualquier manera en la mesa que quedaba en frente del sofá donde estaba tumbado y se enderezó con un gruñido. Empezó a guardar el libro y los pergaminos dentro de su mochila y cerró la cremallera de un movimiento.
En ese momento, la puerta de detrás del retraso se abrió bruscamente, golpeó la pared con un sonido sordo y apareció Blaise Zabini por ella echo una furia. Se guardaba algo en el bolsillo interior de la túnica mientras que en la otra mano llevaba el libro de Pociones. Desapareció por las escaleras sin decir una palabra dando un portazo.
Draco se levantó del sofá y siguió a Zabini a la habitación. Abrió la puerta cautelosamente mientras echaba un vistazo en derredor. Zabini estaba sentado en su cama, de espaldas a él, cerrando de un golpe el baúl.
—¿Ocurre algo? —preguntó el rubio, acercándose.
Zabini dio un bote en el sitio y e levantó, fulminándolo con la mirada.
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El Trágico Final || Drarry || TERMINADA y EDITADA
Fanfiction--TERMINADA-- Draco supo que era el final cuando sintió el frío contacto del aliento de Bellatrix en la nuca. Ella rozó su oreja con sus labios y, en un ligero aliento, dijo una palabra, una palabra que lo cambiaría todo. -Mátalo. Harry Potter se...