|Personajes|

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·{S E O K J I N}·

Un día más en mi amado trabajo. El olor a tarta de frambuesa recién horneada que se mezcla con el espresso para los primeros cafés del día hacen que mi pecho se estremezca.

Siempre quise trabajar en un sitio así, de pequeño mi sueño era tener mi propio café y servir buenos momentos a quienes viniesen a mi pequeño local. Tal vez no pueda tener mi propio café, pero, puedo trabajar en éste. Noir Dreams Coffee, un café reconocido de la ciudad de Seúl. Llevo trabajando dos años aquí. Después de haber salido del instituto, a los 19, hice mi mayor esfuerzo en tener muchos trabajos de medio tiempo para poder pagar el curso barista que siempre quise tomar. Después de lograrlo empecé a buscar trabajo en cafés y panaderías. Sin embargo, ninguno contrataba personal sin experiencia. Había perdido la esperanza, hasta que llegué aquí. Al parecer buscaban personal para atender las mesas, estaba urgido por trabajar, así que dejé mi currículum y a los 4 días me llamaron para una entrevista de trabajo, la cual pasé sin ningún problema, empezando a trabajar en Noir Dreams Coffee desde hace dos años. Mi edad actual es de 24 años.

Y digo que soy felíz porque, cada día veo entrar distintas personas, cargando con complicados sentimientos. Algunos entran con total tristeza, otros con cansancio, y algunos otros entran para escapar de la rutina de sus vidas. Mi trabajo es entregarles su pedido y regalarles mi mejor trato y sonrisas, hasta poder brindarles un momento de felicidad antes de marcharse.

Este trabajo se ha vuelto parte de mí, y me encanta. Pero más que nada, amo cuando me dejan ayudar al barista cuando nuestra clientela está al tope. De hecho, hay clientes que luego de un tiempo vienen aquí pidiendo exclusivamente el café que prepara nuestro SeokJin, como suelen llamarme. En esos momentos doy saltitos de felicidad y me dirijo hasta la máquina de espressos para preparar las órdenes de mis clientes habituales. Luego vuelvo a mi puesto de mesero, regalando sonrisas y brindando un buen servicio a quienes entran al café NDC.

Después de mi jornada de trabajo espero unos veinte minutos en la parada de autobuses para tomar el que me deja a dos cuadras de mi departamento. Llego a casa para hundirme en mi cama un rato hasta que es hora de la cena. Me levanto de mi cama individual y me dispongo a llegar hasta la cocina para preparar un chocolate espeso junto al pedazo de pastel que EunWoo, pastelera de NDC, me obsequia cada día. El día de hoy es un pastel de avellanas, perfecto para acompañar con un chocolate caliente. Luego de cenar me doy cuenta que ni siquiera me he cambiado de ropa, por lo que dejo los trastes en el lavaplatos y me encamino al baño para tomar una ducha. Termino por colocarme mi pijama habitual color rosa pálido y de nuevo hundirme en mi cama hasta el día siguiente.

×{J I M I N}×

Flores, flores y más flores.
De eso se trata mi vida. Desde que tengo memoria todos mis recuerdos son invadidos por las flores, jardines hermosos, rosales, árboles; mamá y su floristería, papá enseñandome el significado de cada planta mientras acompañabamos a mamá en su trabajo. Mi vida es como un delicado jardín, al que nadie puede entrar.

Tengo veintiún años de edad, y manejo mi propia floristería en Seúl.

Después de la secundaria le dije a mis padres que no tenía ganas de estudiar en la universidad. Sólo quería trabajar en el campo de las floristerias, por lo que mamá me cedió su pequeño local para vivir por fin como ama de casa mientras que ella y papá esperaban un bebé en camino -a un mes de nacer, en realidad- mi futuro hermanito.

Cada día atiendo a distintas personas, oyendo sus historias mientras les hago arreglos florales para obsequiar. Pocas veces han llegado clientes que compran alguna flor individual para sí mismos, viéndola como si así ya no fuesen a vivir solitariamente. Otros clientes lloran, buscando una flor perfecta para que perdonen su infidelidad, otros lloran por un amor no correspondido y hay quienes buscan flores de despedida. Pero no todo es tan malo, también hay clientes alegres. Buscando arreglos para declararse a sus personas especiales, otros buscan flores para sus perfectas bodas, y es por eso que siempre he amado las flores. No importa qué situación esté ocurriendo, siempre es un buen momento para una flor. Cada una tiene el significado perfecto para los complicados sentimientos humanos. Puedes decirlo todo, tan sólo con una flor.

Soy el tipo de chico que disfruta de estar callado. Siempre he preferido escuchar en vez de hablar, por eso siempre escucho atentamente a mis clientes hasta que terminan su historia y les doy justo lo que buscan.

Aún vivo con mis padres, en la misma casa de siempre, aunque no tengo mucha interacción con ellos. Como ya dije, soy alguien callado. Algo que nunca puede faltar en mi mano es un libro, se podría decir que son mis mejores amigos.

Suelo llevar marcadores y post its en mi mochila, cuando me gusta alguna frase de mis libros me aseguro de resaltarla y al estar en un lugar tranquilo tomo pétalos de una flor que corresponda al sentimiento de la frase, para pegarlas justo en esa página. Una costumbre que he tomado desde la secundaria.

Mi día a día es, básicamente, despertar en mi enorme y felpuda cama, asearme, desayunar e irme a trabajar. Papá siempre me llevaba en su auto pues la floristería quedaba en la ruta hacia su propio trabajo.

·F L O W E R S  &  C O F F E E·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora