Park JiMin había desarrollado una ligera obsesión con el mesero. Ésta era la tercera vez en la semana que se encontraba caminando hacia el café a la hora del almuerzo.
Al pequeño le resultaba atractivamente misterioso SeokJin. Su forma de actuar, el como se esforzaba por hacer sonreír a todos.
Entre pensamientos sobre el mesero, ya se encontraba entrando por las transparentes puertas de Noir Dreams Coffee.
SeokJin al verlo le sonrió, saludando. Jimin por su parte hizo una ligera reverencia a modo de saludo hacia el mas alto.
-Bienvenido de nuevo. ¿en el mismo sitio?-preguntó el mesero, a lo cual JiMin asintió, dejándose llevar hacia su mesa.
Tomó entre sus regordetes dedos el menú para ver qué pediría esta vez. Tenía hambre, pues era la hora del almuerzo. Había ido directo al café sin haber comido antes. Se decidió por dos sándwiches grandes, pues no tenían comida fuerte como para tener un buen almuerzo. Además de los sándwiches pidió un café ristretto, nunca lo había probado.
SeokJin anotó todo en su libreta y se agachó un poco para quedar a la altura del pelinegro.
-Lo traigo en un momento. Ahora, he visto que vienes más seguido. ¿quieres una tarjeta de cliente habitual? a veces hay buenas ofertas especiales o descuentos.-Dijo SeokJin sonriendo sinceramente.-¡Oh! hoy no traes tu libro.
Jimin parpadeo procesando todo lo que acababa de decir el mesero. Miró a sus manos. Cierto, se había olvidado su libro por cerrar apresuradamente la floristería.
¿Una tarjeta de cliente habitual? sería perfecto. Los costes del refinado café ya le estaban pasando factura al pequeño. Sus ojos se abrieron de emoción y asintió efusivamente.-Bien. Iré a dejar tu orden y a buscar la tarjeta para llenarla con tus datos.-SeokJin hizo una pequeña reverencia y se alejó, yendo detrás del mostrador.
Después de atender a varios clientes que llegaron, el mesero sacó del bolsillo la tarjeta y un marcador permanente de punta fina, junto a un sello en miniatura. Fue hasta la mesa de JiMin.
-¿Puedo sentarme para llenar la tarjeta?-Preguntó al pelinegro, quien asintió, dándole permiso.
Una vez sentado, dejó la tarjeta en la mesa y abrió la tapa del marcador.
-¿Tu nombre es?-SeokJin estaba emocionado. Agradecía internamente al café. Gracias a las tarjetas de clientes habituales podría saber el nombre del chico frente a él.
El mas bajo lo miró y luego dijo con voz baja.-Park JiMin.
SeokJin sonrió y anotó en la tarjeta el nombre.
-Como esperaba, tienes un nombre hermoso.
-¿q-qué?-preguntó JiMin, sus mejillas tomando un color rosa.
-Oh, no dije nada. Bien, sigamos. ¿Tienes alergia a algún tipo de comida?
El pequeño había escuchado perfectamente lo que había dicho el otro, pero decidió tranquilizarse y responder.
-No que yo sepa.
SeokJin rió con su respuesta y anotó.
-¿Qué edad tienes?
-¿En serio necesitan mi edad?-Habló JiMin entrecerrando los ojos, casi ni veía.
-En realidad no. Ya terminé tu tarjeta, pero quería saber tu edad. Yo tengo veinticuatro.-Se excusó SeokJin.
JiMin hizo un puchero y terminó por responder.-Oh, entonces eres mi hyung. Yo tengo veintiún años.
SeokJin estaba contento de que el menor hubiese contestado sin problema a su pregunta. Quería seguir charlando pero no podía simplemente abandonar sus tareas como mesero y tranquilamente quedarse ahí sentado, hablando con JiMin.
-Bueno, JiMin... Esto sonará extraño pero ¿quisieras ser mi amigo?
Por su parte, JiMin estaba sumamente sorprendido por aquella petición. No sólo porque le haya preguntado algo así de la nada, más bien porque nadie nunca había intentado ser amigo de él. Las personas veían a JiMin como alguien inalcanzable. Siempre con un libro en su mano, callado. Preferían entablar conversación con los amables, los divertidos, pero nadie trataba de hablar con él. No se molestaban en conocer la personalidad que habitaba debajo de ese chico de rostro serio y aura melancólica.
El pelinegro pestañeo, un poco confundido. Luego de confirmar la certeza de aquella pregunta, se acomodó en su asiento y asintió tímidamente.
SeokJin hizo un gritito de emoción y se levantó de su asiento luego de haber firmado y sellado la tarjeta de cliente habitual. La entregó a Jimin y fue a atender las demás mesas después de despedirse de Jimin.
-Me alegra ser tu amigo, espero verte pronto.-Dijo el mesero mientras caminaba de espaldas observando las expresiones del pelinegro.
la hora del almuerzo pasó rápida para Jimin, quien tomaba cada descuido del mesero para mirarlo detalladamente como acosador empedernido. El pelinegro había descubierto un lunar café cerca del codo derecho de SeokJin, así como se dio cuenta de la forma en que el castaño giraba su cabeza en círculos cada vez que iba cansando.
Al darse cuenta de la hora, Jimin dejó el pago de su pedido sobre el cuenco en que yacía la cuenta y se encaminó hacia la puerta para retomar su trabajo.
Volteó una última vez para ver a SeokJin, quien lo sorprendió sonriendole y diciendo un "nos vemos pronto" mudo. Jimin nuevamente hizo una leve reverencia y salió del café.
Ya estando entre las plantas y flores dio un respiro profundo. No se había dado cuenta de lo nervioso que estaba, hasta ahora. Tocó su corazón que latía con fiereza.
Debía admitirlo, estaba felíz.
"Amigo"... repitió Jimin dos veces, sólo para asegurarse de que fuese cierto todo aquello y de no olvidar lo sucedido.
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·F L O W E R S & C O F F E E·
FanfictionSeokJin trabaja en un lindo café en el centro de la transitada ciudad de Seúl. Es extremadamente alegre y jamás lo verás con un rostro triste, no. Él trae felicidad a quienes rodea. Por otra parte, está Jimin. Si hubiese una palabra para describir a...