6.

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~Draco~

Los elfos hicieron de todo por controlarme, pero nada funcionó. En cuanto llegué a mi habitación, y aún transformado en Rolf, me metí en la tina de agua helada mientras gritaba a todo pulmón.

—¡¡Maldita comadreja!! ¡¡Maldito imbécil!! ¡¡Te haré pedazos y bailaré en tus cenizas!!

Solo me calmé hasta que perdí las fuerzas y me dejé hundir en la tina. Los elfos me sacaron y arreglaron poco después. Luna habló tarde para que pudiera recomponerme y volver. La reunión de esa noche era importante y dudaba que ella me apoyara completamente. ¿Acaso no se daba cuenta de lo que implicaba llevarme lejos a su amiga? Si todo salía como lo planeaba nadie volvería a vernos jamás, nos perderíamos en el basto infinito. La rubia loca pareció entenderlo y lo aceptó con demasiada tranquilidad.

La reunión comenzó justo cuando estaba apunto de tener una alucinación con mi madre, podía verla sentada a la mesa junto a mi padre. Los socios y un par de empleados hablaban de la nueva idea que tenían para acrecentar la fortuna. Respire profundo e intente no mirar a la alucinación con la que seguramente acabaría platicando ante los ojos de todos.

Era tan normal tener esa clase de visiones con ella, supongo que todo se trataba de mi mente y su forma cruel y patética de crear una imagen de alguien que ya no estaba.

Rolf llegó tarde, se veía preocupado. Padre le dió una mirada recriminarme más no detuvo su plática. Aparenté ignorarlo, pero su movimiento de piernas hacia temblar la mesa y era inevitable no descubrir qué estaba nervioso.

Los socios querían invertir en una reserva Mágica dónde especies a punto de extinguirse serían resguardadas y exhibidas para crear conciencia en la comunidad. Rolf seria el director y encargado de cuidarlas, y obviamente mi familia y socios se beneficiarían con el cobro de la entrada al lugar. De mis pláticas con Rolf sabía que ese era el sueño de su abuelo. Miré discretamente su rostro, quería ver su reacción, pero él estaba completamente disperso. Alguien le podría apuntar con la varita entre las cejas y ni lo notaría.

—Quiero hacerme cargo de esto. — las miradas de todos los presentes se giraron hacía mi. La mayoría no daban crédito a mis palabras; desde la muerte de mi madre dejé de involucrarme en los asuntos de negocios hasta solo ser un cero a la izquierda que firmaba su parte para aprobar algún negocio.

—No tenía conocimiento de tu gusto por los animales. —Dijo uno de los socios con una pizca de burla en la boca.

—Soy diestro con las criaturas, pero solo voy a dirigir el circo. Scamander se hará cargo de la labor más pesada, yo estaré detrás de bambalinas. Incluso podríamos invitar a su prometida a trabajar en el proyecto, tengo entendido que también es magizoologa. —tiré el anzuelo en su dirección esperando que reaccionara, que tomara la mano que indirectamente le ofrecía a Lovegood, pero su respuesta fue una mueca inexpresiva.

—¿En serio? —padre alzó una ceja y lo miro, Rolf no lo notó hasta que una palmada fuerte chocó en la madera del escritorio, derrumbado varios vasos con agua. —¡Scamander! ¿Estás con nosotros?

—¿Perdón? Claro que sí, señor Malfoy, estoy aquí. —dió un pequeño brinco en su asiento y se acomodo el saco.

Ví la alucinación de mi madre comenzar a reír y yo también lo hice, seguido por los socios.

—Lo que todos ustedes digan serán mis órdenes. —respondió Rolf en automático, peinandose los rizos castaños con dedos nerviosos.

—¡Perfecto, brindemos por eso! ¡Ojala tuviéramos un ejército de empleados como el señor Scamander! —celebró el socio mayoritario, Ludwing Zabbini

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