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CAPÍTULO 2 HABLANDO CON EL LOBO

Seguí aquella voz masculina que pedía ayuda pero mientras más me adentraba al bosque más me desorientaba

- Joder me he perdido y estoy sola - Me reclamé a mi misma

- No estás sola Caperucita roja - Dijo aquella voz que me había pedido ayuda - Ya hacia varios años que no venías por aquí - Sentí el cálido aliento del chico en mi cuello

- ¿Q-Quien eres? - Cuando estaba a punto de darme vuelta y ver de quién trataba el me detuvo

- No mires - Dijo a mi oreja - ¿Porque me dejaste solo? - Su aliento tenía un agradable aroma a menta - Me dijiste que vendrías todos los días por mi, pero me abandonaste por esa vieja

- ¿Que? - Me giré y pude ver a un chico alto, atractivo, buen físico, ojos color miel pero cambiaron a un aspecto gatuno de color amarillo, su cabello era negro, vestía con una camisa negra rasgada y su pantalón negro, también rasgado

- Sigues siendo terca Caperucita roja - sonrió y pude ver unos colmillos - Hey no me mires tanto

- Yo no te conozco - Dije firme ocultando el miedo que tenía

- Claudia no puedes ocultar el miedo que tienes ahora - Se hecho a reír -, puedo oír tu corazón latir rápidamente - Se llevó la mano a su cabello y pude ver unas garras negras - ¿Porque me tienes miedo?

- ¡¿Como sabes mi nombre y como puedes saber si tengo miedo o no?! - Dije esperando que esto fuera un mal sueño

- ¿No me recuerdas? - Se acercó aún más - Soy el lobo feroz y tu eres mi presa - Se quitó la camisa y pude ver una marca en su pecho - Hoy en la mañana te quería saludar y tu me hiciste esto - En sus labios se forman un falso puchero

- Esto es solo un sueño, esto no es real - Me repetía intentado creer mis palabras

- Te volviste más peligrosa pero sigues siendo aquella niña inocente - Se empezó a desabrochar los pantalones - Si te atrapo te voy a devorar y de todas las formas posibles - sonrió de forma pícara - Juguemos como en los viejos tiempos, solo que ahora podemos jugar como adultos

- Que te den - Empezé a correr lo mas rápido que mis piernas podían moverse

Mientras más me acercaba a la cabaña de mi abuela más se acercaba aquella bestia que venía detrás de mi.

Cuando la cabaña estaba cerca aumente la velocidad y gracias a Dios pude entrar y cerrar la puerta

- Bien jugado,pero aún no te perdono por lo que me hiciste - Dijo el "Lobo" afuera de la cabaña -, sal ahora mismo de la cabaña si no quieres que mate a esa vieja que me separó de ti

El claramente se refería a mi abuela, pero no entendía lo que dijo y además,yo no lo recordaba, pero si a su aroma a limón y a colonia de hombre, se me hacía familiar.

- Si no te vas voy a llamar a la policía!

- Los mataré en unos segundos - Escuche su siniestra risa - Se donde vives y no querrás que algo malo le suceda a tu familia

- ¡Ok! Voy a salir - Salí de la cabaña - Haré lo que quieras, pero no le hagas daño a mi familia

- Lo que hiciste no tiene perdón - Dijo en un tono enojado - Me prometiste que vendrías por mi todos los días - Apretó los puños - Esa vieja de tu abuela te dijo que te alejaras de mi y tu la tonta le hiciste caso

- ¡Me estas confundiendo! - Estuve a punto de llorar - Por favor déjame

De pronto mi abuela apareció y me empujó adentro de la casa pero el "lobo" fue más rápido y me jaló hacia el

Caperucita Roja y El lobo feroz una historia distinta [[Editando/Reescribiendo]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora