*Hurts*

Yo No Te Hago Falta

Oscuridad.

Sollozos.

Tristeza.

Dolor.

El sonido del aparato que vigilaba de manera celosa su ritmo cardiaco fue lo que lo atrajo de aquella inmensa oscuridad.

La luz brillante de la habitación le lastimaron sus ojos por lo que tuvo que parpadear varias veces para poder enfocar su vista.

Los débiles sollozos le hicieron voltear a su lado derecho solo para encontrar a su abejita, sentada aferrada a su mano, mientras lágrimas saladas humedecían su piel.

La tristeza nublo su mirada, como lamentaba hacer sufrir a sus amigos por esta situación, pues no tenía que preguntar donde se encontraba, nuevamente había ido a parar al hospital.

Lo ultimo que recordaba era estar en medio de su cocina preparando bocadillos para el maratón de películas que pasaría en compañía de su abejita, estaba vaciando las palomitas cuando de repente todo se volvió negro y eh ahí despertaba en el hospital.

Aunque el no era un fiel creyente rogaba a quien deseara escucharle por ponerle un fin a su agonía, estaba cansado de tanta pelea, de dar batalla a la enfermedad que cada día amenazaba con llevarle lejos del plano terrenal, si este ya era su final que se diera prisa pues al menos el ya tiraba la toalla, ya no deseaba seguir luchando por sanar aquello que no deseaba dejarle ir.

Por primera y ultima vez Tony Stark se daba por vencido en la batalla por recuperarse.

Lo lamentaba profundamente por aquellas pocas personas que sentían un cariño por él, pero es que simplemente no podía más, ya no deseaba llorar todas las noches antes de caer en un sueño del cual la bendita enfermedad le despertaba con ataques de pánico al sentir como el aire no llegaba a sus pulmones.

Su maltrecho corazón ya no resistiría una nueva recaída bien lo sabía, pero tampoco deseaba vivir los pocos días encerrado en aquellas cuatro paredes de color blanco que le agobiaban.

Acaricio suavemente aquella cálida mano que seguía sosteniéndole, llamando la atención de la fémina quien aliviada no pudo evitar levantarse para abrazarle.

-Gracias al cielo...has despertado...tenía miedo que no lo hicieras.

-Lo siento....

-No, no te disculpes no es culpa tuya todo esto....es la enfermedad....- respondió separándose del abrazo para retomar asiento, mirando aliviada a su querido amigo, la pequeña sonrisa desapareció al ver la mirada llena de culpa que el castaño le dedicaba.

-Lo mejor sería que no volviera a despertar...-murmuro bajo pero lo suficientemente para que Janet le escuchara.