*Hurts*

Por Ti Me Enamore

Se que ahora si me tarde demasiado pero es que no lograba desarrollar la idea por más que la escribí y re-escribí simplemente no quedaba como me gustaba.

Y bueno este es ya el penúltimo capitulo por que pensaba hacerlo el ultimo pero no sería justo si no les había avisado antes.

Así que si tienen dudas o les gustaría algo en especial déjenlo en comentarios por que me gustaría darle un cierre aclarando, las dudas que les quedaron.

Gracias por todo el apoyo que me han dado y que le siguen dando a mis antiguas historias.

Perdonen las faltas de ortografías que pudieron posiblemente escapar de su revisión.

Sin nada más que decir, les dejo con la actualización.

No sé en qué momento fue que sucedió, y no importa cuánto me esfuerce por recordar el exacto momento en que todo comenzó.

No recuerdo cuando fue que mis ojos comenzaron a seguir el andar relajado de su pequeño cuerpo, ni si quiera se cuándo fue que empecé a anhelar ver sus lindas sonrisas esas que iluminan sus ojos, me encontré deseando ser yo quien fuera motivo de todas y cada una de ellas.

Solo recuerdo a mi cerebro haciendo cálculos para lograr atrapar su exquisita figura entre mis brazos, como la respiración se me detenía cuando lograba tenerle entre ellos, el regocijo al oler su fragancia notas de madera con cereza, amaba ese aroma, le recordaba a los días de otoño que tanto disfrutaba acompañados con una rica taza de café.

El nombre Anthony Stark representaba la palabra hogar, eso que había estado buscando durante años, sin llegar a encontrarlo. Claro hasta ahora.

Ah, ya recordaba cómo fue que todo comenzó.

Los días en hospital siempre han sido y sin duda seguirán tranquilos con el característico olor a antiséptico haciendo compañía a las paredes blancas del lugar. Ama su trabajo, pero hay veces en que le gustaría colocar un poco de color, para animar a todos aquellos que se encuentran internado. Para animar sus días, recordar-les de alguna manera el que siguen vivos.

Pero la tranquilidad se vio interrumpida por las travesuras de dos hombres mayores, quienes disfrutaban gastar pequeñas bromas al personal del hospital, bromas inocentes de aquellas que hacían reír a todos.

Durante la estancia de aquel hermoso ser de piel acanelada le llego a ver varias veces en la habitación de aquellos dos tierno abuelitos, que con cada visita del castaño iluminaba el mundo de aquellos dos ancianos.

¿Cómo no enamorarse de aquella dulce criatura?

Durante sus randas para vigilar que todos los pacientes asignados hubiesen recibido su medicamento, paso por la habitación de aquellos dos dulces abuelos. Regreso sus pasos al escuchar esa voz tan conocida para él, con cuidado de no ser visto se asomó por la puerta.