Cita para tres. Part2

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Narra Helga
A pesar de todos los reproches y berrinches por parte del cabeza de balón, Carlos y yo decidimos seguir con la "cita".
Caminamos por un parque lindo, con zonas verdes y juego para niños.
—¿Quieres un helado?— dice mi amigo mientras nos sentamos en uno de los columpios, asiento con la cabeza y me empiezo a tambolear en el juego. Mientras él se acerca a vendedor. No tenía que decirle de que sabor quería el helado, el lo sabía, de vainilla.
—Toma— dice mientras me lo extiende y sonríe, es guapo, muy guapo. No puedo evitar compararlo con Arnold, puede que sea incluida más lindo que aquel tonto, pero cuando tomaba mi mano, no sentía aquellas punzadas alocadas a como lo sentía con Arnold.
—Helga
—Carlos— hablamos al mismo tiempo, sonreímos.
—Tu primero
—¿Cómo has estado?
—Bien, ya sabes, hubo bastantes cambios durante estos seis años, es decir, fue una locura, por alguna razón, las chicas me empezaron a acosar de un día al otro, ¡Incluso Rondha!— me rió, al parecer mi amigo no sabía de la apariencia que tenía, era todo natural
—Bueno, entonces también hubo chicas lindas, ¿Tuviste novia?— pregunto. Mientras lo codeó. El se sonroja, se me hace muy tierno. Pero no contesta, solo baja la mirada
—No, ninguna...— murmura— siempre hubo una..., Una chica, que, wou, era un desastre, jaja...
—¿Una chica? Vaya, qué lindo, ¿Cuál es su nombre?, ¿Me caería bien?
—La conoces, bastante bien— siento el helado subirme a la garganta. ¿¡QUÉ!?
—¡¿PHOEBE!?— grito, vaya, nunca creí que sería ella
—¡NO!— su rostro se vuelve carmesí,por fin alza la vista, con el ceño fruncido, y apretando los puños, decidido
— ¡Tú, Helga!, ¡Siempre has sido tú!, No hay chica que me encante más que tú, tu actitud temperamental, tú lado cursi y sensible, tus hermosos ojos, vaya, hasta tus defectos. Simplemente me encantas. Eres perfecta para mi.
—Carlos yo...— me quedo sin palabras, ¿Yo a él?, ¿En qué momento? Mi cabeza da vueltas.
—Lo sé...— dice, y pierde el contacto visual conmigo, se dedica a ver todo, menos a mí. Quiero que me vea, quiero ver su cara, no quiero que llore por mí, menos por mí— sé que, tú siempre me has visto como un amigo, y no estoy pidiendo una respuesta, solo que..., Tengas presente mis sentimientos, no me lastimes...
—Carlos...— se me rompe el corazón, si las cosas fueran diferentes, si yo no estuviera enamorada de otra persona, si no tuviera que irme después del verano, estaría con el, estoy segura de que, estaría perdidamente enamorada de él— yo..., No puedo darte esperanzas...— siento un nudo formarse en mi garganta, y mis ojos pican— yo, en serio, te aprecio, pero..., No de esa forma, y...
—Helga...— no puedo evitarlo, rompo en llanto, soy tan débil y estúpida. Carlos se para del columpio, y me abraza, correspondo el abrazo, y oculto mi rostro en su pecho. El helado se cae al suelo. Como todos mis ánimos
—¡Lo lamento tanto!, Si todo fuera diferente, si yo...
—Esta bien, todo está bien— acaricia mi espalda, eso me relaja, y no me suelta hasta que mis quejidos no paran. En serio quisiera que las cosas fueran diferentes. — yo no quería que te pusieras así, Helga, te amo. En serio lo hago. Como nada en este mundo. Y por eso, quiero que seas feliz. Te conozco, y sé que estás confundida, tal vez no era el mejor momento para decirte lo que sentía, pero, tenía que hacerlo, tal vez fue egoísta de mi parte, pero...— la egoísta era yo, siempre me aproveche de su bondad— tenía que hacerlo.
—Te juro que..., Habrá una chica mas linda, más amable, y..., Y mejor que yo— murmuró, digo escondida en su pecho, mi voz suena apagada. El no dice nada, se lo que está pensando porque yo también pensé eso muchas veces, "no hay nadie mejor que tú" eso pensaba, cuando Phoebe decía que no podía seguir con ese enamoramiento hacia Arnold. Y se sentía terrible hacerle esto a mi mejor amigo.
—Helga..., Yo no..., Yo no quiero respuesta, te lo dije, ¿Recuerdas cuando te confesaste a Arnold?
—Pero esa fue una despedida...— murmuró.— ¿No quieres dejar de ser mi amigo, verdad? No dejes de serlo..., Te lo pido, yo no quiero..— siento mis ojos cristalizarse de nuevo. Por dios que patética que me veía en este momento
—No, no, no— me detiene rápidamente, mientras me aplasta aún más contra él— no es una despedida a nuestra amistad, es una despedida a estos sentimientos.— explica— pero antes... Déjame, besarte.— mis párpados se abren tanto como un par de platos gigantes. ¿Un beso?. Pienso negarme, huir, encerrarme en mi alcoba y no salir jamás, pero eso no está bien, hice sufrir demasiado a mi castaño favorito, lo hice sin saberlo y eso me hace sentir peor. Es un beso, solo un beso.
—Esta bien— digo. El se separa de mi, y nuestras miradas se conectan, mi corazón bombea a mil por hora, pero no de emoción, sino por nervios, estoy apunto de besar al que se dice ser mi mejor amigo. Su aliento a menta choca con el mío, aún sin perder su mirada café, un beso. Solo es un beso, trato de convencerme. No reaccionó hasta que nuestro labios se han hecho uno, es un beso lento y tierno, pero no siento picor en los dedos como cuando beso a Eric, o ese sentimiento de no querer parar como con Arnold. Sin embargo, no me separo. No es un beso, es una disculpa de parte mía, una disculpa por todo el sufrimiento que le provoque. Por todas las desilusiones, y por todas las veces que le di un mensaje mal entendido. Es eso.
Cuando me separo, Carlos me mira con una sonrisa, yo no sé qué hacer, así que decidí desviar la mirada hacia uno de los arbustos frente a mi.
—Adiós, Helga— dice. Mientras se levanta y me deja ahí. Sin mirar atrás, no lo sigo porque entiendo lo que significaban esas palabras. Entiendo que a partir de ahora, nuestra amistad es solo eso, sin sentimientos mezclados. Solo un cariño incondicional por parte de ambos.
Me quedo sentada en el columpio por unos minutos más, digiriendo todo, mientras observo a los niños pequeños jugar en el arenal.
Cuando el cielo empieza a teñirse de negro, prefiero ir a mi casa. Ahora con un sentimiento de alivio.
Narra Arnold
¿Qué estaba viendo?
Después de que Helga y Carlos me dejaran en mi casa, no pude quedarme tranquilo, decidí ir a vigilar a Carlos, no iba a permitir que se sobrepasará con mi rubia. Los busque por casi todas partes, el cine, los restaurantes más cercanos, nuestro lugar secreto, e incluso en moteles, digo... Uno nunca sabe
Rendido porque tal vez no lo encontré, decidí irme a sentar, en un parque bastante lejos de la casa de Huéspedes, había muchos chicos en parejitas presumiendo su amor, y niños jugando en los arenales y columpios. Y ahí fue cuando los vi, Helga estaba dejándose abrazar por Carlos, me quedé en shock, ¿Qué estaba pasando? Contuve las ganas de acercarme porque al final de todo era solo un abrazo y me vería como un celoso desquiciado si llegaba a golpear a aquel tipo, aunque ganas no me faltaban. Los observé por un rato, hablaban, sin despegarse del abrazo
—Supongo que solo se están poniendo al tanto de sus vidas...— murmuró, estaba a punto de irme, cuando ví algo que me mató, Carlos estaba besando a Helga, y Helga no lo separaba, al contrario, le seguía el beso. ¡¿Qué demonios?! Me sentía traicionado, sentía que todo estaba callendose en pedazos. ¿Helga solo están jugando conmigo o que carajos? Iba a acercarme cuando un pensamiento cruzó por mi cabeza, ¿Quien era yo como para reclamarle? Ni siquiera era su novio, era cierto que nos habíamos besado algunas veces, pero era porque yo la había provocado, yo no tenía que reclamarle, era su vida. Pero de cualquier forma no podía arrancarme el sentimiento que estaba carcomiendo mi pecho. Quería gritar, quería golpear algo, sentía la ira correr por mis venas.
Al final, salí corriendo del lugar sin saber a dónde iba, no podía ir a casa en este estado, no podía ir con Gerald porque el no sabía lo que había pasado, y si le contaba me tacharía como el cuernudo, porque Helga tenía novio, no tenía a dónde ir.
Cuando recobré un poco la cordura, me encontraba tirado en el pasto, estaba en nuestro lugar secreto. No supe en que momento había empezado a llorar, solo hasta que las gotas empezaron a mojar mis manos.
—¿Qué haré ahora? ¡MALDICIÓN!— grito a la nada. Sentía frustración, enojo, tristeza y desesperación. No sabía que hacer. Me tiró en el piso una vez más. Mientras golpeó mis nudillos contra este. Trataba de sacar todo dentro de mi. ¿Que debía hacer? ¿Hablar con Helga? ¡Ja! ¿Qué le diría? ¡Hey, Helga, no somos nada, pero no vuelvas a besar a otros chicos, que me pongo como una mierda.
Me doy la vuelta y cierro los ojos. El cansancio viene a mí como la ira hace segundos, me siento como una bomba apunto de estallar. Las gotas saladas no dejan de salir de mis ojos. Por dios, ¿Qué haré ahora?
•••••
Chan, chan, chas. Episodio triste :'(
Creo que me salió bastante bien :3 espero no tener faltas ortográficas, y si las tengo díganme por favor uwu ❤️.
En fin, los amooo, mucho, gracias por todo su apoyo ❤️
El siguiente capítulo orintk estará :3. ¿Que creen que pase?
Por cierto, tengo una pregunta, ¿Alguna de ustedes ya vio la nueva película de Hey Arnold? Yo aún no :( cuénteme qué les ofreció, pero sin spoiler chhcaw, plis uwu
Bueno, las jamo con chorizo ❤️

Hey Arnold Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora