Capítulo 3

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 Capítulo 3

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Observó el libro de matemática otra vez y se obligó a sí mismo a concentrarse en la lección que personalmente le daban, mas su mente no paraba de vaguear en las alocadas y prohibidas fantasías que podría hacer con la chica que, en esos momentos, le estaba hablando acerca de la importancia de la geometría.

 Si al principio creyó que esa joven de enloquecedora hermosura le iba a dar grandes problemas, estaba en lo correcto.

 Desde el primer momento en qué la conoció, no solamente no paraba de toparse con ella en toda la mansión, sino que tampoco podía dejar de pensarla a cada instante; cuando se despertaba, al bajar a desayunar, al trasladarse a la escuela, en la escuela, al ir al baño... oh, especialmente cuando iba al baño.

 Y como si aquello no fuera suficiente, se la tenía que aguantar al tenerla encima suyo la mayoría del tiempo, puesto que, según sus propias palabras, "le interesaba conocer a su hermanito". Ja, ¿hermanito? ya vería quien es el "pequeñito"...

- ¿Me estas escuchando?

 La volteó a ver. Mantenía una deslumbrante sonrisa, ajena a preocupaciones, y sus ojos parecían reflejar al mismísimo paraíso, se cuestionó como podía estar tan feliz, sabiendo que llevaba un buen rato hablando sin ser realmente escuchada; siendo él, mínimo, le metía un buen golpe por hacerle desperdiciar su valioso tiempo.

- Sigo sin entender nada.

- Claro que no entenderás si no me prestas atención - negó divertida, soltando el libro y poniendo toda su atención en él - ¿en que piensas?

- No lo sé, en verdad - mintió. Tampoco era tan tonto de confesar que estuvo todo el rato pensando en ella y en todo lo que se callaba - mi mente vaguea en... las actividades nocturnas.

- Ah, te refieres a nuestro lado "heroico" - rió. Jason apreció nuevamente esa dulce risa que lo llevaba a sonreír como idiota - de vez en cuando puede ser agotador, pero la satisfacción de saber que, de alguna manera, estamos cambiando el mundo, es gratificante.

- Como digas...

- Sin embargo, ese no es tu pensamiento - no era una pregunta, lo estaba afirmando - tu estas pensando en el otro lado de la moneda ¿no es así?

- ¿Como estas tan segura de lo que dices?

- ¡Porque yo también pasé por eso! Estas pensando en "¿porqué tenemos que sacrificar nuestra vida por gente que no aprecia lo que uno hace por ellos?".

 El menor solo la miró, sin saber como negar aquello, mas porque era lo que exactamente se preguntaba. Si, se sentía genial cuando salvaba a otro niños de grandes peligros o protegía poblaciones enteradas de la destrucción total a manos de algún villano, pero su sonrisa se borraba cuando a la semana, esa misma gente continuaba haciéndose daño a sí mismo.

- No pienses en eso, Jay - su dulce voz lo regresó a la realidad. Adoraba ese apodo, y más si venía de ella; lo hacía sentir apreciado - no vale la pena gastar tiempo en eso, pudiendo hacer mejores cosas.

- ¿Ah, si?  ¿Como qué cosas? - preguntó perverso, acomodándose un poco más cerca de la fémina y posando su mano cerca de la ajena.

 Rahil no pareció darse cuenta de nada.

Una Confesión Antes de Explotar // JayDick //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora