Mis sentimientos son reales

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Es lunes, son las 9:30 am y yo me encuentro aún acostado boca arriba sobre mi cama. Pasaron cuatro días y no puedo dejar de pensar en aquel beso.

No he tenido tiempo de acercarme para hablar, no encontré la oportunidad de estar a solas con él. Durante estos cuatro días nos vimos rodeados de personas constantemente, ni siquiera me acerque a saludarlo por miedo al rechazo o a que Craig reaccionara de mala manera. En un par de situaciones cruzamos miradas y, como siempre, él me miro fijamente durante unos segundos. "¿Qué es lo que pensará sobre lo que paso entre ambos? ¡Oh, Cristo! ¿Y si él me odia? Mis tics nerviosos no tardaron hacerse notar, tengo mil preguntas y ni una respuesta en mi cabeza. "Necesito hablar de ésto con él". 

¡Claro que ya hable con Red sobre el beso! Es más, fue ese mismo miércoles cuando llegue a mi casa. La llamé y le comenté detalle por detalle lo ocurrido, ella me escuchó atenta y también grito de emoción unas cuantas veces. Sonreí al recordar su voz chillona de entusiasmo. Ella siempre es tan expresiva.  Miré el reloj y ya eran las 10 am, debo apresurarme si no quiero llegar tarde al trabajo.

Me levanté de la cama y me dirigí directamente al baño para darle comienzo al día. Me duché, me lavé los dientes, me vestí y bajé a prepararme el desayuno. Como siempre: café y tostados con mermelada de frutos rojos. Hoy me puse mi camisa favorita de color verde, la que según yo siempre me da buena suerte. La necesitaré bastante hoy si quiero hablar con él.

Una vez listo, tomé mis cosas y salí caminando rápidamente hacia la escuela. Al llegar a destino, me dirigí directo a la sala de profesores, ahí se encontraba Red charlando y riendo con Craig Tucker, al fondo a la derecha se encuentra Wendy discutiendo con Kenny sobre deportes (como siempre) y habían unos cuantos docentes más dispersos por la sala. Red me saludó a lo lejos y realizó una seña pidiéndome que me acercará a ellos, Craig me miro fijo a los ojos y me sonrió de lado. "¡Aahg es demasiada presión! Esperen... él me sonrió". 

Fui salvado de aquel encuentro por la campana que daba por iniciadas las clases. Todos los profesores nos dirigimos a nuestras respectivas aulas para dar inicio a la jornada laboral. Mis alumnos, como siempre, me prestaron muy poca atención durante toda la tarde, algunos arrojaron papeles empapados en saliva hacia todas las direcciones, otros insultaban en voz alta, y mis ganas de salir corriendo eran cada vez más grandes. Por suerte las clases no son eternas, y al retirarse todo el alumnado del lugar me tomé un buen tiempo para guardar mis pertenencias, disfrutando del silencio y la calma.

- ¡Hey, Tweek! – oí por detrás la voz ronca y nasal tan característica de Craig. Me sobresalte. Se encontraba apoyado en la puerta del aula mirándome fijamente. Lo miré sólo unos segundos antes de desviar mi mirada otra vez.

- Craig... H-hola, no te había visto. – Le dije mientras me disponía a limpiar la pizarra. Todavía no había pensado lo suficientemente bien cómo hablar con él sobre lo del miércoles. Los nervios empezaron a invadirme "¿Cómo empiezo? ¿Qué debería decir primero? ¡Es demasiada presión!" De pronto sentí como Craig me tomaba con ambas manos de la cintura por atrás. Eso provoco que yo pegará un grito del susto, no me lo esperaba, ni siquiera lo había visto acercarse a mí. - ¡Aaahgg Craig! ¿Q-qué hace-es?... – Puedo jurar que me encontraba totalmente sonrojado en ese instante, sentí el calor arder en mis mejillas. Comencé a limpiar con mayor velocidad la pizarra de los nervios, manteniendo la mirada fija hacia ella.

- Tweek, eres muy lindo. - Me susurro al oído. Luego comenzó a lamer mi oreja lentamente. Sentí escalofríos recorrer cada parte de mi cuerpo.

Quise voltearme para ver el rostro de Craig, pero éste pegó su cuerpo fuerte contra el mío, dejando mi pecho contra la pizarra y su pecho pegado a mi espalda. Él continuó lamiendo mi oreja, haciéndome sentir aún más ardor en el rostro. Bajó lentamente y comenzó a hacer lo mismo en mi cuello, sólo que ahora daba pequeñas mordidas. Mi piel se erizó ante el contacto. Se siente tan caliente... Se siente tan bien... Comencé a sentir como su miembro duro rozaba mi parte trasera.

- Tweek, si me pides que me detenga, lo haré.– Depositó un suave beso sobre mi hombro. – Yo No pude dejar de pensar en ese beso que nos dimos en la cafetería. - Con algo de fuerza me di la vuelta quedando cara a cara con él, miré su rostro y pude notar el tono rojizo que habían adoptado sus mejillas. Su expresión mostraba excitación. Comencé a besar sus labios de manera casi desesperada, era como si le diéramos continuación a ese beso apasionado que habíamos comenzado la semana pasada.

- N-no quiero que te detengas... - Le dije apenas con un hilo de voz y luego mordí su labio inferior tironeando un poco de él. 

Craig me tomó de la cintura y me levantó, colocándome sobre el escritorio. Sentado y con mis piernas alrededor de su cintura, coloque mis manos debajo de su camiseta y pude sentir su piel caliente y suave. Luego, empecé a acariciar vientre y su pecho. Sin quitarnos la ropa y sin dejar de besarnos, Craig tomó mis brazos por las muñecas y los levantó, me recostó sobre el escritorio quedando boca arriba, con la espalda apoyada sobre la superficie y con los brazos inmovilizados sobre mi cabeza. Mirándome a los ojos y sin soltar mis brazos, comenzó a moverse frotando su miembro contra el mío, los cuales ya se encontraban erectos debajo de la ropa. Al principio, sus movimientos de cadera fueron lentos y suaves pero a medida que subía nuestra temperatura empezaron a tomar más velocidad y fuerza. Yo dejé salir unos gemidos productos de la misma excitación y Craig, al oírme, comenzó a dar embestidas como si estuviera penetrándome. Tan caliente y apasionado. Yo lejos de estar nervioso, estaba sumergido en la excitación, me olvide que estaba en la escuela, me olvide que tal vez alguien podría vernos, supongo que hasta podría olvidar mi propio nombre. Sentía calor en mi vientre, en mis mejillas, mi corazón latía rápido y mi miembro se encontraba muy duro. Sentí como moje mi ropa interior con liquido preseminal. - Craig... Me gusta... Me gustas... ah...ah... - Dije con dificultad entre gemidos de excitación. 

- ¿Hay alguien aquí? ¿Director Pc, es usted? - De pronto escuchamos esa voz acercarse por el pasillo. Seguramente se había hecho tarde y el encargado de limpieza estaría asegurándose de que la institución se encontrara vacía para cerrar e irse. Craig se alejó de mí y me ayudo a ponerme de pie, lo cual se me dificultó a causa de los nervios por miedo a ser visto en esa situación tan vergonzosa.

- Profesor Tweak, profesor Tucker ¿Qué hacen aquí todavía? Ando verificando, ya saben, para cerrar. – Comentó el encargado de limpieza rascándose la cabeza al entrar y vernos solos en aquella aula. 

- Lo sentimos. Es mi culpa, le estaba pidiendo ayuda a Tweek con una planificación y no nos dimos cuenta de la hora. Ya nos retiramos. – Comunicó Craig y luego, salimos caminando en silencio hacia la puerta de salida. Al llegar ambos permanecimos sin hablar un momento. 

- Aaahg, debería ir a casa. Ya es tarde. N-nos vemos mañana Craig... - Deposite un beso tierno en sus labios, fue diferente al beso que nos habíamos dado anteriormente. Fue un beso inocente y lleno de ternura. Craig correspondió y me sonrió. Cuando él dio la vuelta para tomar su camino, realizó dos pasos antes de que yo lo detuviera tomándolo de la camiseta. Él se detuvo al sentir el agarre y volteó a verme con una expresión de duda en su rostro. Hablé. - Mis sentimientos por ti son reales, Craig... Y-yo... Ahhhg ¡Es demasiada presión! - Él me sonrió y contestó - Si quieres podemos hablar de eso en mi casa mañana a la salida del trabajo ¿Te parece bien? Hasta mañana Tweek. - Lo solté y asentí con la cabeza, ambos tomamos nuestros caminos de regreso a casa.

Esa noche me costó mucho quedarme dormido. No podía dejar de pensar en lo que había pasado apenas unas horas atrás con Craig en el aula, di mil vueltas en la cama. Una mezcla de emociones inundaban mi corazón: sentía vergüenza y alegría a la vez ¡Me había confesado ante él! También esos recuerdos despertaban mis ganas de seguir siendo acariciado por Craig. Y tocarlo, yo quiera seguir tocándolo. Esa noche no tuve alternativa, me masturbe pensando en él, en sus besos, en su aroma, en su calor y en la sensación de su pene erecto rozando el mio. Sabía que al día siguiente moriría de pena al verlo en la sala de profesores pero las ganas eran más grandes. Amé a Craig Tucker con todo mi cuerpo y corazón en su ausencia en mi habitación esa noche. 

Arte y Naturales [ Creek ♥ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora