Capitulo 25

2.1K 242 12
                                    


Cuando me ve, su rostro no refleja nada más que odio y desprecio hacia mí. No lo juzgo, yo siento el mismo odio hacia él.

¿Chto zdes' delayet eta suka?  ( ¿Qué hace esta perra aquí? )  

—Basta, Sasha —dice Yaroslav— Vy znali, chto v lyuboy moment ona budet zhit' so mnoy. Tebe pora idti "Sabías que en cualquier momento ella viviría conmigo. Es hora de que te vayas"

No sé lo que dice, pero las manos de Sasha se vuelven puños y cada segundo que cada me aferro más a Yaroslav. Éste hombre me odia.

—Fuera, Sasha. No te quiero en casa mientras Charlotthe esté aquí — Sisea Yaroslav.

Sasha asiente, y me da una última mirada, saliendo de la habitación. Y dando un portazo.

— ¿Aquí no hay privacidad? — Gruño, mirando a Yaroslav — Creí que no lo vería nunca más, Yaroslav. No quiero verlo, ni cerca de mi, ni cerca de mis hijos.
—Sasha en mi hermano, Malyshka —murmura, agotado — No es solo uno de mis hombres, es mi mano derecha. No sabía que estarías aquí, te aseguro que no hubiese venido si hubiese sabido eso. Sabe que no puede acercarse a ti.

Asiento, y busco un lugar en donde sentarme sin arruinar su espectacular cama. 

—Tengo hambre — Murmuro, mirando su regazo.
—Le diré a Lera que tienes hambre — Responde él, caminando a la salida. Sin entender mi doble sentido.
— ¿Quién es Lera? — Pregunto curiosa.
— Será tu asistente doméstica. Habla español e inglés.

Asiento otra vez.  Yaroslav sale de la habitación y yo admiro la cama , que se ve tan apetitosa. Me acerco a ella lentamente, y la toco.

Es tan suave. Mi mano se hunde en el colchón inmediatamente, y la sensación es... excitante. De solo imaginarme el sexo en ella...

Si se supone que aquí voy a dormir... me tiro en ella y empiezo a reír como una posesa. Pero luego de unos minutos con mis ojos cerrados, escucho la puerta y miro en su dirección, encontrándome con Yaroslav y el ceño fruncido. Detrás de él esta una mujer de más o menos cuarenta años, y su semblante es de diversión mientras Yaroslav dice algo en ruso.

—Lera, ella es Malyshka— Nos presenta con frialdad — Enséñale lo que puede y no puede hacer. Porque creo que si yo se lo digo no le queda claro.

Me estiro en la cama a propósito y revuelvo las almohadas, solo para fastidiarlo.

Cuando sus manos toman mi cuerpo y me carga fuera de la cama, suelto un chillido de sorpresa, agarrándome de su ropa.

—Te dije que no nos acostamos durante el día — Gruñe  — Ahora Lera tendrá que hacer la cama otra vez.
— ¿Y si tenemos sexo? — Inquiero en un susurro, Yaroslav gruñe, sacándome de la habitación para que Lera acomode la cama.

Me lleva a través del pasillo y yo protesto, sacudiéndome.

—Bájame —exijo, por un instante siento que estoy cayendo en el piso, me aferro a su ropa, pero él realmente no me soltó — ¡No juegues conmigo así!

Yaroslav mira mi mano lastimada y la sujeta, besándola en modo de disculpa. Mi estómago se revuelve.

— Primera regla, Charlotthe. No deshagas la cama una vez que está hecha. Y no lo hagas solo para molestarme. No te daré unos azotes porque te excitaria, pero te amarraria de manos y pies, para que no puedas proporcionarte placer — Jura, mirándome a los ojos — Y no me retes. Porque me encanta cogerte.

No tengo palabras, así que asiento resignada.

— ¿Puedo ver a Max?

Cuando entro a la habitación de Max me quedo sin aliento. Está decorada especialmente para él, y él está acostado en la cama con todas las almohadas revueltas y juega con una consola último modelo frente a una tv grandísima. No puedo quejarme. Es lo que Max usa en casa.

CHARLOTTHE (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora