Los hermanos y la ex.

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Narra Marianella:

Una semana había pasado desde que le dije a Simón que me diera tiempo de asimilar las cosas, era el momento de hablar, estaba decidida, necesitaba decirle que lo amaba, que no me importaba si era un vampiro u otra cosa, lo extrañaba y lo necesitaba.

Me dirigía en el coche de Cielo hacia la casa de Simón, 10 minutos después ya había llegado, toqué el timbre y para mi sorpresa no fue Simón el que me abrió la puerta.

-Hola Mar.- Dijo Thiago con una sonrisa de lado.

-¿Mar?- Le dije sorprendida, ya que los únicos que me llamaban así eran mis padres y el no lo sabía, igual me resulto lindo que me dijera así, esperen, ¿qué estoy diciendo? claro que no, el es Thiago, el hermano egoista de Simón, nada de el me podría resultar lindo, creo.

-Si, es que te queda muy lindo.-

-Gracias... ¿Esta Simón?.- Intente cambiar de tema, me ponen nerviosa sus cumplidos y no se porque.

-Si, pasa... se esta dando un baño.- Me dijo y yo pasé. - Me resulto raro que vinieras, ya que me enteré de que terminaron.- Siguió hablando, sabía que a algún lado quería llegar. - Ojalá las cosas se arreglen y no sea como la otra ves.- Terminó de decir y yo quedé algo confundida.

-¿La otra ves?- Pregunté.

-Uy perdona, no hablaron de los ex todavía... bueno Simón tuvo una novia hace ya mucho tiempo y esta lo enamoro completamente, Simón cambió completamente desde que la conoció, y un día ella se fue de su vida, dejando a Simón devastado.- Dijo Thiago, yo estaba parada en el medio de la sala sin moverme, no entendía como Simón no me había contado eso, digo, yo le hable sobre Rama. Estaba en la luna cuando alguien interrumpió mis pensamientos.

-Marianella ¿qué haces aquí?- Preguntó Simón.

-Nos debemos una charla.- Le dije cortante.

-Ven, vamos a mi habitación.-

Subimos a su habitación y me senté en su cama, el me miraba esperando que yo comience a hablar pero no me salían las palabras, seguía pensando en lo que me contó Thiago.

-Marianella ¿vas a hablar?.- Dijo Simón.

-Em... si... yo... Quiero que me hables sobre tu ex, Thiago me dijo que te rompió el corazón.- Simón me miraba con la boca abierta.- Y como no soy idiota, cuando Thiago hablaba de tu ex me di cuenta que a el también le rompió el corazón.- Simón cada vez me miraba más sorprendido.- Por eso es que Thiago te odia ¿no? porque los dos estaban enamorados de la misma chica, y por lo que entendí ella jugó con ustedes.

-Si.- Se limitó a responder Simón. - Pero Thiago te contó su versión. Verás Marianella, cuando yo tenía 16 y Thiago 18 nos enamoramos de la misma chica, y ella nos correspondió a ambos, lo que no sabíamos es que ella era un vampiro.- Yo escuchaba a Simón atentamente.- El ser vampiro te da ciertas habilidades, como hipnotizar, entonces ella nos hipnotizaba para poder estar con los dos. Entonces cuando el pueblo se enteró que existían los Vampiros nosotros la ayudamos a huir, fue entonces cuando nuestro padre le disparó con un arma de estaca pero ella antes de morir nos mordió a Thiago y a mi haciendo que nos convirtiéramos en vampiros.- Podía ver la tristeza en los ojos de Simón. - Desde ese entonces Thiago me culpa por la muerte de ella. Lo que pasó es que después encerraron a todos los vampiros heridos y los quemaron en esta mansión. Incluyéndola.-

-Perdóname.- Le dije arrepentida.- No tendría que haber preguntado.- Bajé la vista y Simón me agarro el rostro con sus dos manos haciendo que lo mirara a los ojos. Esos ojos verdes que me derretían.

-Tu no eres culpable de nada, eres la mejor persona que conocí en 200 años.- No pude evitar sonreír ante sus palabras y lo abrasé, sentía como si su abrazo me hubiera juntado todas mis piezas rotas.

-Bueno, de lo que te quería hablar era que si te perdono que no me hayas dicho que eras un vampiro.- Simón sonrió.- Pero no vamos a volver.-Su sonrisa se desvaneció.-Vamos a empezar a salir pero con una condición.- Volvió a sonreír.

-La que tu quieras.

-Sin mentiras.- Le dije seriamente.- Si hay algo que nos tengamos que decir, aunque duela lo decimos.- Simón me miró nervioso y asintió.

-Te quiero.- Me respondió y yo no pude evitar sonreír, casi me derrito.

-Yo también te quiero.

Sálvame. || LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora