War of Zootopia

1K 64 47
                                    


En una gran y hermosa ciudad, anteriormente conocida cómo "Zootopia", solía caracterizarse por su cálida armonía y muy reconocido eslogan: "Donde todos pueden ser lo que deseen."
Sus habitantes gozaban de mucha alegría, nunca se veía el asecho del mal, y se creía que por siempre se mantendría de esa bella manera, en una amada paz.

Pero no fue así.

Un grupo rebelde de animales comenzó a crearse, fuertes depredadores, lanzaron potentes bombas que explotaron el centro de la colorida ciudad, sus altos edificios fueron derrumbados, una gran cantidad de especies desaparecieron en tan caótico acontecimiento. Los pocos no tan afortunados sobrevivientes decidieron dar escape, escondiéndose en pequeños pueblos, pues en su mayoría eran neutros, pacíficos sin necesidades de dañar; aunque varias desdichas estaban tras ellos.
La escasez de alimentos y bebidas causaron aún más muertes, especialmente en pequeñas crías. Como era de esperarse, los carnívoros, ahora enemigos, hicieron uso de sus conocidos métodos de caza, asesinando a inocentes presas. Muchas familias resultaron separadas, menores de edad teniendo que luchar para tratar de vivir en las destruidas calles de Zootopia.

La extinción llegaba poco a poco.

En momentos como estos cualquier cosa se agradece, pero las fantasías, sobretodo "Hacer un mundo mejor" no eran tan bien recibidas, otorgándoles mínima importancia.

— ¡CORRE!

— ¡TE HE DICHO QUE NO PUEDO! — contestó el pequeño zorro.

El mayor tomó al más bajo por el cuello de su vieja camiseta, lo alzó al aire, para después tomarlo de nuevo y seguir corriendo.

— ¡Hey, hey! ¡Cuidado! — el desértico se tambaleaba de un lado a otro. — ¡Fíjate por donde... Whooaaa!

Ambos cayeron en la tierra áspera.

— ¡¿Pero qué?!

— ¡Baja la cabeza! — el anaranjado golpeó el cráneo de su amigo, dejando a este enterrado en el suelo.

Bomba, era una bomba que explotó a no tan larga distancia.
Los dos comenzaron a estornudar.
El menor se giró para ver.

— Estuvo demasiado cerca... — observó con asombro cómo empezaba el incendio.

— Sí, así fue. No sabemos sí nos salvaremos la próxima vez, debes estar más atento, Finnick — dijo el de ojos verdes.

— Ya lo sé, Nick — un cansado y gran suspiro salió de su parte. — Sólo que... Estoy harto, todo esto de sobrevivir me está enfadando.

— Sé muy bien que todo esto es difícil, que te sientes confundido, hambriento, con un mortal sueño, y ganas de llorar.

— ¡No tengo ganas de llorar! — le exclamó furioso.

— Pero debemos ser fuertes — continuó. — Nuestras especies están en peligro. Puede que seamos los últimos.

— Es imposible que seamos los últimos, y tú lo sabes bien. No puede ser que seamos tan difíciles de asesinar.

— Tal vez, bueno — el zorro de alta estatura se puso de pie, acompañado de un largo estiramiento. — Hay que continuar.

S H I N E [Nicudy's One Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora