Quienes dicen conocerlo, creen tener derecho sobre él.
Quienes dicen conocerlo, no Lo saben entender.
Quienes dicen conocerlo, lo incomodan frente a los demás.
Quienes dicen conocerlo, lo hacen hablar cuando solo quiere callar.
"Toma aquello, deja eso, debe ser algo que te sirva"
"Dices tonterías, no lo hagas, debe ser algo de valor"
"Debes estar acá, no permitiré que lo hagas"
"Hazme caso, me lo debes, no cometas ningún error"
Todos viven diciéndole que hacer y que no,
Tal vez se haya cansado pero no hablar por "amor".
Se rindió ante la presión
Inundó su alma y su corazón
Desbordó en algún punto del cuento
Y cayó de rodillas sobre el pavimento
El pobre niño que soltó la mano de su mamá,
Se perdió por las calles de esa gran ciudad.
Sintió pánico pero no lo mostró,
Cuando la ansiedad lo consumía, siguió.
El inocente niño camino solo por un callejón;
No encontró salida, solo encontró dolor.
Quienes dicen conocerlo, lo juzgaron por ser él.
Quienes dicen conocerlo, no conocen todo su nombre.
Quienes dicen conocerlo, no conocen el camino de regreso,
Y quien nunca dijo eso, descifró lo nadie pudo solo con mirarlo.
El niño creció, y en su adolescencia maduró.
Cometió un error, pero pidió perdón.
El joven con miedo, se desnudó;
Mostró su pálida piel ante el mundo,
No era perfecto, como todos dicen que es.
Él tiene una cicatriz, un moretón, tiene un cuerpo imperfecto.
Entonces, lo juzgaron, se burlaron, lo miraron en desaprobación.
¿Quien podría querer o desear un cuerpo así?
Entonces alguien respondió "yo también tengo una cicatriz"
El joven sorprendido y confundido, quiso saber quien fue.
Busco entre la multitud, y encontró una persona muy alegre.
Quien dijo aquello, lo conocía, sabía quien es.
Pero había algo diferente, a pesar de conocerlo,
Nunca le dijo conocerlo bien.
Quien dijo aquello, se habían visto, pero no muchas veces.
Caminaban por la misma calle pero no en la misma dirección,
Y quien nunca dijo conocerlo, lo conocía demasiado bien.
