Zona de Confort (JiHan) ✨

003 (Nightmare)

Quince minutos después, Joshua, aún pálido y algo débil, abrió las ventanas de su nueva casa permitiendo que las corrientes del aire del atardecer recorrieran el pequeño espacio. 

Y unos minutos posteriormente, un aroma delicioso acariciaba el sentido del olfato de los tres chicos presentes en aquella vivienda. 

Una olla de tamaño mediano era colocada en el centro de la desgastada mesa y a continuación JeongHan les pasaba un plato para cada uno y tres pares de palillos. 

Joshua sostuvo los palillos entre sus dedos varios segundos, intentando pensar qué era mejor, si tratar de usarlos y quedar en ridículo por la nula práctica o sencillamente acabar de delatarse en su mentira acerca de provenir de Busán. 

JeongHan y SeungKwan animadamente tomaban porciones de fideos entre los palillos y ruidosamente los absorbían y degustaban con rapidez, como si la vida dependiera de ello. 

Finalmente Joshua acababa poniéndose de pie y tomando un tenedor para comer los fideos de la única manera en que él sabía. 

SeungKwan y JeongHan miraban boquiabiertos. 

No solamente no comía con palillos, sino que su manera de alimentarse resultaba ridículamente elegante: no hacía ruidos, no salpicaba residuos de comida, siquiera despegaba los labios para comer, lo único que le faltaba, según JeongHan, era colocarse un pañuelo en el regazo y limpiar sus comisuras labiales de vez en cuando. 

Los invitados de la casa, ligeramente incómodos comenzaron a tratar de hacer menos ruido y a comer con más calma, aunque se morían de hambre. 

—Jisoo hyung, ¿vienes de una familia rica? —. 

SeungKwan recibía un manotazo en el brazo demasiado tarde. 

Joshua se detenía hasta su masticar al recibir la pregunta, su mirada caía hacia su platillo como si fuese lo más interesante del mundo y luego apretaba sus labios, lo que menos deseaba era hablar de él y notablemente había despertado la curiosidad de aquellos extraños. 

No podía confiar en ellos no solamente por reservar celosamente sus más íntimos secretos, sino porque eran extraños y no sabía qué consecuencia tendría contarles a ellos acerca de su vida en Los Ángeles. 

Aquel barrio no tenía pinta de alojar los mejores ciudadanos modelos. 

—Joshua-ssi, disculpa la curiosidad de mi hermano—. 

Cuando Jisoo levantaba el rostro encontraba la mirada de JeongHan quién inexplicablemente suavizaba la acidez de su alma. 

No es que SeungKwan irradiase un aura maligna, ambos chicos irradiaban una linda energía positiva. 

Pero los modales de JeongHan, su manera de mirar, su sonrisa que proyectaba pureza, tranquilidad, su voz que emanaba calma, todo ello hacían que de pronto Joshua buscase respuestas para aquellos dos extraños. 

—No te preocupes, JeongHan-ssi, y SeungKwan, si lo dices por los palillos, es solo que, mi habilidad motriz no es muy buena, suelen resbalarse mucho de mis dedos—. 

El chico de mejillas redondas no se tragó esa respuesta por supuesto. 

Sin embargo no deseaba incomodar más a su anfitrión, pues, después de haberles ofrecido un techo para cenar, lo que menos podía hacer era interrogarlo y colocarlo incómodo en su propio hogar. Sin embargo sabía que mentía, ¿cómo podía ser torpe manualmente si su trabajo consistía en cortar carne?