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Hace cuatro años, encontré a un chico. El era bueno, amoroso. El me trataba bien, pero nunca hubo más que besos. Luego de un tiempo el se alejo de , no en la forma que no lo vi más, si no, que, no me trataba como antes. Ya no me hablaba mucho, y púes, ya yo no, lo quería. En realidad nunca lo ame, solo lo quería. Le dije que mejor terminábamos nuestra relación, el no quiso aceptar. Yo me salí de nuestro apartamento y me fui a la casa de mis padres.—Una lágrima se deslizo por mi mejilla, venia la parte más dolorosa.— Ya iba terminando mi carrera de abogada. Nuestra relación duro 2 años, y cuando empezó la desgracia fue hace 1 año y medio. Un día fui a la universidad, y cuando regrese mis padres no estaban en casa. Pasaban los días y no sabía nada de ellos. —solloze.— Y bueno, un día recibí una llamada. Era el diciéndome que tenía a mis padres, que me fuera con el lejos y los dejaría en paz. Yo acepte, mis padres...eran.. vida.. El me cito en una construcción abandonada, y cuando llegue encontré a mis padres muertos.—mi sollozo se hizo mas fuerte en ese momento, poco a poco se fue convirtiendo en un llanto incontrolable. Esto me dolía, y aún me duele. Me duele mucho. —Puse una denuncia y todo, pero nunca dieron con el. Por eso tenía miedo al estar con vos, tenía miedo a volver a enamorarme y caer en lo mismo. Tenia miedo de que pasara lo mismo, de que se repitiera la historia.

Sana Mis HeridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora