Voy patinando por los anillos de Saturno.
Cruzando las piernas, con los brazos contrarios,
voy impulsando a mi cuerpo por los extrarradios
del planeta soñado por poetas arcadios
mientras mi rostro recibe a viento y soles diurnos,
y de Neptuno, júpiter, Urano y Saturno.
Y qué rápido voy, me voy a matar, seguro.
Si pongo el freno pronto, me caeré de bruces,
y si sigo, ya podéis ponerme las cruces,
porque estaré mareado, como fumar un puro,
y me caeré por los anillos de Saturno.
Ya me desperté. Qué sueño tan raro que tuve.
