Capítulo 16

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Los sentimientos que sentían los alumnos y maestro de la clase 3-E eran muy diferentes a lo que cualquier podía sentir, era cierto que Karma y Nagisa se unieron no muy poco a la clase, pero con todo el pasado que tenían en su espalda era obvio que intentarían acercarse a ellos para que ya no se sientan solos. Los chicos sufrieron mucho desde su niñez y aun hasta este tiempo ese sufrimiento los acompañaba, los dos chicos fueron hospitalizados hace ya dos semanas atrás y los diagnósticos no eran muy favorable. Al parecer para que todos los ADN implantados en su cuerpo estén en completa armonía por así decirlos usaban ciertos métodos no muy buenos para el hombre, pero estos chicos lograron resistir dicho método. Lo peor de todo era que no había forma de encontrar como hacer esos métodos ya que el científico que los uso como ratas se los llevó con él y nadie sabía dónde estaba, era como si la tierra misma lo trago como si nada.

Karasuma era el único profesor que tenía permitido estar en el hospital donde los chicos eran atendidos, no había forma de que alguien se queje de todo lo que hacían los doctores, el gobierno mismo puso a todo los hombres de todas las ramas científicas a buscar una cura para estos dos chicos. Los dos chicos eran unos súper soldados, muchos miembros del gobierno miraban como lobos a los dos niños, tener a eso dos chicos en las fuerzas militares o mandarlos a hacer trabajos secretos donde no puedan culparlos de nada era algo muy tentador, porque ninguno de ellos se atrevía a hacer esas clases de estudios por temor a que todo salga a la luz, pero tenían a estos dos chicos ahí y no podían dejarlos morir así como así. Karasuma estaba muy en desacuerdo con lo que el gobierno planeaba hacer con estos chicos, ya sufrieron lo bastante para ser nuevamente convertidos en armas que lo único que hacían era matar a cualquier persona que los fuera ordenadas eliminar. 

Estos chicos sufrieron mucho – Dijo Karasuma mirando a sus dos estudiando que estaban en capa cubiertos de aparatos que cubrían la mayor cantidad de su cuerpo para monitorear cada uno de sus órganos sólo como medida de precaución – acaso...Dios solo quiere que estos niños sufran – el pelinegro ya no sabía qué creer, el mundo era tan injusto que ya no entendía para qué fueron creados, para el ya nada tenía sentido - solo son niño... 

Kara...suma...sensei – la voz de Nagisa hizo que el profesor se sobresalte y se coloque al costado de la cama donde el peli celeste lo pudiera ver, era la primera vez desde que tuvieron ese ataque que había abierto sus ojos y hablado con alguien, el pelinegro podía ver esos ojos sin vida que ahora mismo tenía el peli azul, cada vez estaban perdiendo el color y se estaban volviendo blanco – Sen...sei...se lo...supli...co – Nagisa miraba a su maestro buscando algo, Karasuma lo sentía el chico quería que todo termine, quería que sintieran piedad –por...fa...vor... 

Karasuma se quedó mirando esos ojos celeste casi blancos que lo miraban como si buscara una respuesta, el pelinegro lo entendía o mejor dicho entendía cierta parte de lo que el chico le estaba pidiendo. Pero no podía, no porque trabajaba para el gobierno eso era algo que no le importaba en lo más mínimo, sino por ellos mismo, aunque él muestre ser alguien frio se preocupaba por todos sus alumnos y deseaba que Karma y Nagisa tengan una vida normal como sus demás compañeros, pero no funcionaba, los dos chicos frente a él estaban muriendo y prácticamente eso era lo que querían, algo que él no podía hacer, porque no sabía cómo iban a reaccionar sus compañeros, puede ser que pasaron poco tiempo, pero le tenían un cierto grado de cariño eso estaba seguro. 

Nagisa...solo aguanta un poco más...buscaremos la forma de salvarte – Mencionó Karasuma tratando de convencer al chico que seguía mirándolo como si ya estuviera muerto, el pelinegro quería engañarlos pero prácticamente era imposible, él sabía perfectamente cuál iba a ser el desenlace final, pero aun así quería creer – solo tienes que aguantar...como lo hace Karma... 

Y...a...agua...nte...lo...sufí...ci...en....te – Respondió Nagisa como podía se sentía débil, no parecía pero sentía como sus huesos, músculos, tendones se rompían en pesaditos, y lo peor de todo que no podía hacer nada, de que le servía gritar si no había nada que los ayude, de que servía llorar si no iba ayudar en nada, de qué sirve rezar si no iba a cambiar nada, solo quedaba una cosa por hacer, una cosa para que todo este sufrimiento se acabe por completo –Ma...t...e...m...e 

La súplica de Nagisa hizo Karasuma no pueda aguantar, y comience a llorar no podía resistir al carajo con ser un hombre serio solo por estar en su horario de trabajo, ya no aguantaba se hizo del duro todo estos días pensando en que todo iba a volver a la normalidad. Su estadía en la escuela lo cambio y eso él no lo quería aceptar por el orgullo que poseía pero no hay nada que hacer, nadie lo veía, podía llorar todo lo que se le dé la gana, podía gritar sin que nadie se entere. Nagisa miraba desde su lugar a su maestro, no entendía porque lloraba, prácticamente nunca fue bueno con los sentimientos, fue dado por su madre porque no salió como ella quería, ella deseaba una niña y no a él, desde que tocó el lavatorio fue puesto en experimentó, uno tras otro sin importar si le dolía o no, si moría o no, fue creado para matar, y en ese lavatorio el único que sentimiento que sentías era la soledad. 

Perdónenme...perdónenme – Mencionó Karasuma tomando la almohada de Nagisa, para ponerla en su rostro asfixiándolo hasta que la máquina le indico que había muerto, para luego pasar a Karma que seguía dormido, hizo lo mismo que con Nagisa, diciéndome una y otra vez que lo perdonen por lo que estaba haciendo – por favor...perdónenme...cuando nos volvamos a ver... 

Fin Del Capitulo

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Asesinos Sin RemediosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora