RECUERDOS DEL PASADO

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... que dejaron su huella en el presente. Resquicios de una infancia difícil que me marcaron.

Cuando papa murió, yo solo tenía 8 años. La edad suficiente para entender lo que había sucedido, para sufrir su ausencia y extrañarle enormemente en el futuro.

Entonces, nos mudamos a una nueva casa en el centro. Mama tuvo que buscar trabajo y retomar su carrera de Administración de Empresas. Estabamos solas y nos sentíamos solas, asi que un día por la mañana, me despertó antes de lo normal.

- Date prisa, Lolita- dijo

- ¿Qué pasa?- respondí mientras bostezaba.- Aún es muy pronto.

- Vamos a ir al refugio de gatos.

Entonces, me levanté sin pensarlo, saqué la energía de donde pude y le di un abrazo. Estaba contenta. Y así, llegó Flink. El fué de gran ayuda en el proceso de luto pero, 8 años despues, el michino ya no estaba para juegos. Su pelo había perdido brillo y ya no maullaba como antes debido a la vejez. 

El gato estaba mudo, yo no sonreía y mama estaba triste por los dos. La casa era ahora como la Mansión Flinkes del terror, lúgubre y fría. El único feliz allí era papa, que nos observaba como espíritu (o eso me hubiera gustado creer).

La vida interior de Lolita Flinkes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora