DEPRISA

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... certera y dolorosa fué la muerte papa. El no temía a la muerte, pero tampoco la esperaba. Por otro lado, quizas fue mejor así. Morir durmiendo en sueños, sin ser consciente de la realidad. Cerrar los ojos y pararse el corazón, como un interruptor.

Allí estaba yo, frente al espejo; esperando el momento oportuno para hacerlo. Creía que iba a ser mas sencillo terminar con todo. Alguien dentro del espejo me gritaba "¡no lo hagas!", pero en mi interior, muchas veces suplicaban que acabase de una vez por todas con el dolor.

Confundida, tiré la cuchilla al lavabo y salí corriendo. Al fin y al cabo, mi vida no era tan mala como parecía.

Al día siguiente, sufrí un cambio radical. Desperté alegre y feliz, ¡me sentía afortunada de estar viva!

Bajé a desayunar, ¡no lo hacia desde hacía un año!. Le di un beso a mama, que pegó un bote y gritó. No era un grito de alegria, sino un grito de sorpresa. Desayunar sola se había convertido en una costumbre para ella. 

- Dios mío, Lola, ¿estás bien? ¿Te pasa algo?- Su voz denotaba preocupación.

- Solo quiero desayunar con la mejor madre del mundo.- Me acerqué y le di un beso en la mejilla, tras el cual se apartó bruscamente, me agarró de las manos y dijo

- Me alegro de que vuelvas a ser tu, Lolita.

La vida interior de Lolita Flinkes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora