cap #3 Extraños

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Nuestra vida parecía normal, todo marchaba bien, vivíamos en una casa bonita, amaba mi cuarto, disfrutaba de mi hermana, de mi escuela, la rutina era la de siempre y de momento llegaron extraños.

Unos primos que venían de otro país, unos que no conocía, una tía que parecía agradable pero que jamás había visto. Entonces se hizo real aquello que estudiaba en la escuela sobre otros paises y supe con pruebas que existía E.U. Familia, familia desconocida invadía mi hogar y mi rutina. Era una niña amigable, muy, muy soñadora y me encantaba jugar y hacer nuevos amigos, en realidad no los conocía bien pero teníamos casi las mismas edades y era divertido tener más niños en casa. Ellos hablaban inglés y yo español pero para un niño no existen limitaciones, así que me ajuste a la nueva experiencia que estaba viviendo y sin miedos flui. Muy pronto esos primos se fueron de mi casa, dejando preguntas en mi y al poco tiempo de irse, esas preguntas aumentaron.

En mi mente vienen y van lapsos casi invisibles de momentos y es que no habían pasado meses cuando sonaba el despertador, me arreglaba con uniforme nuevo y me acostaba a dormir en el auto, mientras mi mamá conducía por horas, pasando pueblos y pueblos hasta dejarme en mi nueva escuela. No pude despedirme de amigos y tampoco alguien me preguntó si me sentía bien o estaba cómoda o simplemente si quería algo así. Entonces sin percatarme bien como sucedió, ni el porque, perdí mi casa, mi cuarto, mi vida. De un momento a otro ya no eran necesarios los viajes de horas porque ya la escuela me quedaba a minutos del lugar al que llamaría "hogar". Ahí dormiamos, en una casa que me daba miedo, rodeada de un ambiente de campo muy diferente al que por años estuve, incomodos y con intrusos que lo hacían todo más difícil. Justo alli, en aquel pueblo fantasma, conocí verdades que no comprendía en totalidad. Como es que ahora tenía que llamar "abuela a una señora que jamás había visto en toda mi vida y tío a un hombre que percibía altanero, arrogante y malo.

Mi mamá no se veia felíz, mi papá tampoco y trabajaba más de lo habitual, mi hermanita apenas era una bebe y no entendía lo que estaba pasando y yo, yo me encontraba en una etapa en la que no entendía nada de lo pasaba a mi alrededor pero tenía que ajustarme a todo lo que estuviera pasando porque no tenía opciones. Escuche conversaciones a escondidas y fue así que comencé a formar el mapa hacia mis respuestas. Una de las muchas cosas que me dolieron al verme en este caos, fue alejarme de mis abuelitos. Tanto mis abuelos paternos como los maternos, eran muy cercanos a mi, ese amor, ese trato mantenían mi inocencia intacta y cuando en una de esas conversaciones que escuché supe que mi abuelita preferida (materna), la que más adoraba y más feliz me hacía, no era mi abuela, eso me rompió el corazón.

De momento todos los extraños que me rodeaban, resultaban ser mi verdadera familia y todos a los que creo y sentí mi familia realmente no lo eran. Resulta que cuando mi mamá nació, su madre decidió regalarla y la hermana de la mamá de mi madre, de buena fe decidió quedarse con ella, entonces a quien ella llamaba "mami" esa era realmente su tía y a esta señora que yo comenzaba a decirle abuela sin entender porque y a la que mi mamá llamaba "mother" esa era su madre real, quien la había abandonado sin tan siquiera decirle quien fue su papá.
Luego de enterarme de todo por mi cuenta, mis padres hablaron conmigo y me explicaron todo o al menos lo que creían debería saber, irónicamente por más explicación que me dieran y por más hipótesis y conclusiones que yo misma hubiera creado, nada me era suficiente para entender ciertas cosas; ¿porque tuve que dejar mi casa?, ¿porque no supe la verdad desde un principio?, ¿porque nadie me tomó en cuenta?. Claro, obviamente los adultos toman desiciones pensando en que son las mejores, eso lo sé ahora, ahora que sé lo que es meter la pata mientras escogía "la mejor opción". Lo triste es qué tal vez ahora pueda entenderlo pero en aquel momento no fue así.

Esa nueva escuela a la que iba al menos era agradable y gracias a Dios, entre tantos extraños, logré conectarme con uno, un tío que conocía por primera vez y que aunque en el momento me aterraba un poco, era quien más confianza me inspiraba (actualmente mi tío favorito forever). Tenía buenas notas e hice nuevos amigos y en cuanto al lugar que llamaba hogar, ese siempre me dió escalofríos. Recuerdo que por instrucciones de mi mamá, si salía temprano de la escuela, debía caminar a una casa cercana; creo que pertenecía a unas tías lejanas, pero jamás olvido el terror que sentía al entrar a esa casa, específicamente al cuarto de una niña que habitaba allí; tenía el cuarto lleno de peluches colgando del techo, literalmente parecía una película de horror.
Vivimos por largos meses esa nueva vida, tantas cosas pasaron, de esas que te marcan para siempre pero la más que impacto mi parte aún inocente, fue ver al hermano de mi mamá enfadarse al punto de romper con su mano el cristal de la mesa de nuestro comedor, ver toda esa sangre, escuchar a mi mamá gritar y llorar. En ese momento yo me comía una merienda, impresionante como voló por el aire y desapareció del susto. Yo corrí hacia mi hermana, siempre buscando protegerla, aun cuando ni yo misma entendía todo lo que estaba sucediendo. Acto seguido recuerdo habernos montado en el auto y mientras mi mamá lloraba llegar a la playa, allí nos quedamos hasta que mi papá volvió de trabajar. No sé qué pasó, no sé porqué pasó o como se solucionó; se que poco tiempo después, nuevamente estábamos en el pueblo en donde crecí pero esta vez, viviendo con mis abuelos paternos.

Yo desde mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora