Capítulo 3: Cambio de rumbo

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Estuvimos andando alejándonos de la cuidad paso a paso, veíamos los coches destrozados o simplemente abandonados, nuestro destino era encontrar un sitio donde poder dormir, pero al paso que íbamos iba a tocar dormir en el bosque con la tienda de campaña, por qué en medio de la carretera nos podrían descubrir los "Hospedadores" o cualquier otro grupo de supervivientes.
-¿Dónde vamos? -preguntó Ashley-.
-No lo sé, pero tenemos que encontrar un lugar rápido, la noche cae -dijo Austin-.
-Me da igual donde vayamos, quiero saber, ¿¡por qué hemos abandonado nuestro refugio y porque tienes un arma!? -dijo el chico de la puerta-.
-Los "Hospedadores" fueron a la gasolinera donde estábamos para recoger la bolsa de Chris que se habían olvidado, hice sin querer ruido pateando una lata de refresco, un "Hospedador" se dio cuenta y entró, pilló a Austin escondiéndose y lo maté cogiendo el machete de Austin antes de que lo matara, los compañeros vinieron y llamaron a más de ellos, Austin golpeó a uno y nos fuimos corriendo, eso es lo que pasó -respondí serio-.
-Ah, o sea, ¿¡por tú culpa estamos aquí!?¿!Por golpear una puta lata de mierda!? -dijo el chico de la puerta agresivo-.
-Cállate Derek, él me salvó la vida... -dijo frío-.
-¿¡Encima le defiendes!?, yo flipo -dijo el chico de la puerta, cuyo nombre es Derek parece ser-.
-No, ¡no le defiendo, digo que gracias a él yo no estoy muerto y tenemos un arma con la que defendernos de verdad! -dijo Austin cabreado-.
-Además, de todos modos esa casa la hubiéramos abandonado, siempre vamos cambiando de lugar, ya lo sabes.
-Vamos a dejar el tema y a llevarnos todos bien -dijo Ashley-.
Se hizo un silencio mientras andábamos.
-Hey chicos, podríamos acampar allí -señaló la otra chica-.
Era un bosque bastante grande, allí no nos encontrarían, nos pusimos de acuerdo y fuimos directamente allí.
Una vez allí nos establecimos e hicimos una hoguera para resguardarnos del frío,
ya era tarde así que teníamos que cenar.
Después de unos minutos de establecernos empezamos a hacer la cena gracias a la hoguera, cogimos carne y la clavamos en palitos para quemarlos en la hoguera, algo que yo nunca había hecho.
-¿Nos quedan más suministros para mañana? -preguntó Austin-.
-Sí, tranquilo -respondió la otra chica-.
-Más vale que haya comida, por que si no Austin se pone de mal humor por no comer como siempre -dijo riéndose Derek-.
-No es verdad, no me pongo así -dijo riéndose Austin-.
-Sí que es verdad -afirmó Ashley entre risas-.
Estuvimos cenando mientras nos reíamos y lo pasábamos bien.
El enfermo tosió sangre.
-¿Estás bien Adam? -preguntó Austin-.
-Sí, pero necesito descansar -dijo Adam entre toses-.
-Vamos a descansar -dijo Austin-.
Cenamos todos y teníamos que dormir, pero dos siempre hacen la guardia.
-¿Quiénes hacen guardia hoy? -Preguntó Derek-.
-Tú y el nuevo -dijo Austin-.
-Vale -dijo Derek con cara de asco-.
Todos fueron a acostarse y nos pusimos a hacer guardia. Nos quedamos varios minutos en silencio sin dirigirnos la palabra, después de esos minutos me decidí ha hablarle.
-¿Te llamas Derek, no? -pregunté-.
-Sí -me dijo serio-.
-¿Y tú no te acuerdas, no? -preguntó Derek-.
-No -respondí-.
-¿Por qué? -preguntó-.
-No lo sé, ojalá pudiera saberlo -respondí amablemente-.
-¿Tú recuerdas tu pasado, de tu familia y eso? -pregunté-.
-Sí -me dijo serio-.
-¿Y...?.
-Basta ya, mi pasado no te importa -dijo cortando lo que quería decir-.
Nos quedamos en silencio hasta que salió Austin y dijo que había que cambiar el turno de vigilancia y que me fuera a dormir, le hice caso, le di el puñal y me fui a mi tienda de campaña a descansar, una vez dentro me tumbé y cerré los ojos.
Después de horas de descanso me desperté, salí de la tienda de campaña y me encontré a Ashley y la otra chica haciendo guardia, me acerqué a ellas.
-Buenos días -les dije amablemente a las dos-.
-Buenos días -me respondieron las dos-.
-¿Qué tal todo por aquí? -pregunté-.
-Bien, escuchamos antes un ruido pero Mery fue a comprobarlo y no era nada -contestó Ashley-.
-¿Qué tal ayer con Derek? -me preguntó Mery que es como se llama la otra chica-.
-Más o menos, mejor que otras veces, todo iba bien hasta que le pregunté sobre su pasado y su familia -respondí-.
-Oh, tranquilo no es por ti, no le gusta su pasado -dijo Mery-.
-Tuvo que matar a su padre porque estaba apunto de matar a su madre, fue inconscientemente, su padre era un alcohólico, es duro para él recordarlo todo -dijo Ashley-.
-suspiré-.
-Lo siento no..., no lo sabía -dije arrepentido-.
-No pasa nada, en el fondo Derek es buen chico, en poco tiempo os llevareis bien -dijo Ashley con positivismo-.
-Eso espero -dije-.
Austin salió de su tienda de campaña, nos miró a nosotros y dijo.
-Vamos chicos, hay que recoger, nos marchamos.
Derek justo salió con todo recogido, solo le faltaba recoger su tienda de campaña.
Ashley, Mery y yo fuimos a recoger nuestras respectivas tiendas, recogí todas mis cosas y fui con Ashley para ayudarla a recoger.
-Emm..., hola, ¿te puedo ayudar? -dije tímido-.
-Eh, sí, claro, gracias -dijo ella-.
Le ayudé a recoger todas sus cosas.
-¡Gracias! -dijo mientras me abrazaba-.
-Si..., de nada -respondí sonrojado-.
Fuimos Ashley y yo a reunirnos con el grupo cerca cuando vi a Adam apartado y sentado en mal estado, me acerqué a él.
-¿Te llamas Adam, no? -le pregunté-.
-Sí, ¿y tú? -dijo Adam tosiendo-.
-No lo sé, me desperté sin saber nada de mi pasado, ¿estás bien? -dije amablemente-.
-Estoy un poco mareado -respondió-.
-Tranquilo te curarás, dame tu mochila -dije-.
-No gracias, yo puedo -intentó levantarse pero se cayó de culo-.
-Déjame llevártela -le pedí-
-Vale, toma, gracias -me dijo mientras me la daba-.
-Te vas a curar -le recordé-.
Me levanté cargando mi mochila y la de Adam, y Austin dijo
-Vale chicos, nos vamos.
-¿A dónde vamos? -preguntó Mery-.
-Eso digo yo, no tenemos ninguna ruta, nos fuimos muy rápido -dijo Derek-.
-Iremos a la siguiente ciudad a seguir buscando medicinas y un hogar donde establecernos -dijo Austin-.
-Así que vamos ya y no perdamos tiempo.
Nos pusimos ha andar por la carretera, estudiamos andando un largo período de tiempo hasta que por fin podíamos visualizar a pocos metros la entrada a la ciudad que nos dirigíamos, pero vimos un grupo de supervivientes que no eran "Hospedadores".
-Chicos agachaos, allí hay gente y no son "Hospedadores" -dijo Austin-.
Nos agachamos todos y nos escondimos detrás de un coche abandonado.
-¿Qué hacemos? -preguntó Adam tosiendo-.
-No lo sé -dijo Austin-.
Los supervivientes estaban entrando a un recinto, parecía un supermercado. Austin nos miró y dijo.
-Vale, a ver, tengo un plan, poco a poco vamos a pasar por la derecha, la dirección paralela a donde se dirigen-.
-Iré yo primero vosotros seguidme -dijo Austin-.
Fuimos corriendo rápidamente intentando que no nos vieran los otros supervivientes, fuimos por la calle paralela del supermercado, nos metimos en un callejón cuando, alguien cogió del cuello con un machete a Ashley.
-¡Quietos! -dijo la persona que tenía a Ashley capturada-.
-¡Socorro! -grito Ashley-.
Me acerqué unos pasos para intentar calmarlo.
-Quédate quieto o la mato -me dijo-.
-¿Qué quieres? -dijo Austin serio-.
-¡Jefe! -gritó la persona mirando a su izquierda-.
De repente vino un hombre con el pelo negro, un chaleco y un fusil en la mano, tenía cara de pocos amigos.
Ashley y yo nos miramos, intenté transmitirle tranquilidad mediante la mirada, pero obviamente la situación era muy tensa.
-Vaya, vaya -dijo el jefe-.
-Unos roedores, ¿Qué hacían por aquí? -le preguntó el jefe a la persona que estaba agarrando a Ashley-.
-No lo sé jefe, los encontré aquí -respondió-.
-Seguro que iban a robarnos -dijo una persona apareciendo por el callejón que apareció el jefe-.
-Nosotros no íbamos a robar nada, solo estamos siguiendo nuestro camino -dijo Austin-.
-Ajam, ¿a dónde ibais? -preguntó el jefe-.
-Vamos a por medicinas, tenemos a un integrante enfermo -respondí-.
-Oh vaya, lo lamento -dijo irónicamente sin importarle-.
-Tienes un buen arma -dijo el jefe mirando a Austin-.
-Soltadla -dije-.
-Uy, parece que no puedes separarte de tu novia ¿eh? -dijo el jefe con asco-.
-¿Qué queréis de nosotros? -dijo Mery-.
-Jefe, pueden ayudarnos -dijo la persona que vino del callejón al jefe en voz baja-.
-¡Es verdad! -dijo el jefe con una sonrisa maléfica-.
-Vais a venir con nosotros.
-No, no vamos a ir, déjanos en paz y soltadla -dijo Austin-.
-Hey, tranquilo, podemos llegar a un acuerdo -dijo tranquilamente el jefe-.
-No, vamos a seguir nuestro camino -dijo Austin-.
-Pues me temo que habrá un cambio de rumbo en vuestro camino -dijo el jefe-.
-¡Déjanos en paz! -dijo Derek enfadado-.
-Vale, tranquilos, hagamos un trato, vosotros nos ayudáis y nosotros os ayudamos -dijo el jefe-.
-No queremos, nos vamos -insistió Austin-.
-¡Vale, pues si no queréis nos llevaremos a la chica! -dijo el jefe cabreado-.
-¡No! -dije-.
-¿Cómo podéis ayudarnos? -dijo Austin-.
-Con medicinas para vuestro amigo -dijo el jefe-.
Nos miramos todos a la cara sin poder reaccionar ni saber afrontar la situación, vi a Austin indeciso y nervioso sin saber qué hacer y dije
-Aceptamos.
Austin, Derek y Mery me miraron asombrados.
-Sí, aceptamos -dijo Austin-.
-Vale, así me gusta, os diremos cómo ayudarnos cuando lleguemos a nuestro refugio -dijo el jefe-.
Soltaron a Ashely y vino corriendo a darme un abrazo, la abracé protegiéndola.
-Tranquila, estás bien, no te va a pasar nada -le dije-.
-Ponedles las bolsas -dijo el jefe-.
-Siento ser tan brusco, pero no quiero que sepáis a donde vamos ni que sepáis el camino -dijo el jefe con una sonrisa irónica-.
Nos pusieron unas bolsas en la cabeza y nos llevaron a un coche, por la caminata parece que estaba cerca, supongo que por eso nos encontraron allí, estaría cerca aparcado, no lo sé.
Nos subimos todos y tomamos rumbo al refugio donde hospedan el grupo del jefe.
Después de largos minutos llegamos y bajamos aún sin ver nada.
-¡Vamos, más rápido! -me dijo una persona cabreada y empujándome-.
No sabíamos donde estábamos yendo ni que es lo que nos esperaba allí, en ese lugar.
Llegamos a un sitio, nos quitaron las bolsas y ya lo podíamos ver todo claro, estábamos en un pasillo, creo que por cómo es el lugar es un hotel.
-Vale, las habitaciones que hay aquí son las vuestras -dijo un guardia del jefe-.
-Es un lugar muy cómodo, mañana hablaremos de lo que vais a hacer por nosotros, ahora estableceos -dijo el jefe-.
-Podéis bañaros, cuando se os corte el agua significará que tendréis que esperar hasta que se recargue de nuevo para bañaros.
-No somos los únicos, hay muchísimas más personas aquí, en la parte trasera del hotel es donde se suele encontrar la gente, es un hotel muy grande, podéis investigar menos en las puertas donde pone "privado", el horario de desayuno es a las nueve y media, mañana hablaremos mejor de todo.
-También tenemos electricidad, pero mejor no abusar mucho de ella ya que son reservas y no sabemos cuánto durarán.
-Sí queréis encontrarme estoy en la habitación doscientos treinta y seis.
El jefe se fue despidiéndose con un tono de voz irritante. No nos creíamos nada, por fin podríamos dormir en una cama normal, de lo que no me fío es lo que nos pedirá a cambio, ese hombre es un cretino.
Nos separamos y elegimos cada uno nuestras respectivas habitaciones, yo elegí la número ciento veintidós, abrí la habitación y observé un cuarto normal de hotel, pero para las situaciones que había vivido era como un hotel de lujo, dejé mis cosas y me tumbé en la cama, es muy blandita, no me lo creo, estuve unos segundos tumbados hasta que me levanté y me fui a duchar, me dirigí hacía el baño, una vez dentro me desvestí y me metí en la ducha, la abrí y empezó a caer agua, es una sensación que no recordaba desde hacía tiempo, por fin toda la suciedad que acumulaba mi cuerpo se desvanecía, estuve bañándome un rato hasta que se me corto el agua, salí de la ducha y me puse mi ropa, salí del cuarto de baño cuando se escuchó como alguien tocaba mi puerta, fui a abrirla y me encontré a Austin.
-Hey, ¿vienes a mi habitación?, Estamos todos -dijo amablemente-.
-Claro -respondí-.
Fuimos a su habitación, dentro estaban todos como bien dijo, nos saludamos todos al entrar y me senté en la cama de Austin junto al resto, inconscientemente hicimos un círculo en la cama.
Nos pusimos a hablar todos.
-¿Qué creéis que nos pedirán? -dijo Mery-.
-Yo creo que querrán hacernos trabajar como recepcionistas del hotel -dijo Derek riéndose-.
Nos reímos todos.
-Pues yo hago turno doble -dijo Adam riéndose con mal aspecto-.
Nos reímos todos de nuevo por su broma.
-¿Pero realmente, qué creéis? -repitió Mery-.
-No lo sé, supongo que conseguir algo -dijo Austin-.
-O nos usará como guardias -dije-.
-Espero que no -contestó Derek-.
Estuvimos hablando y riéndonos mucho tiempo, hasta que llegamos a la conversación de mi nombre.
-Oye, ¿tú no te acuerdas de tu nombre, no? -dijo Derek-.
-No -respondí-.
-Pues pongámosle un mote -añadió Ashley-.
-¿Cuál? -dijo Adam-.
-Escribiré nombres al azar en papeles, los haré una bola y el primero que salga será su mote, ¿te parece bien? -me preguntó Ashley-.
-Claro, con que no sea feo -dije riéndome-.
Nos reímos todos y Ashley se dispuso a escribir, cuando terminó, metió todos los papelitos en su mano, las agito y los tiró todos en la cama.
-Coge uno -dijo-.
Cogí un papelito al azar, lo abrí y ponía "Dylan".
-¿Que pone? -me preguntó Ashley-.
-Dylan -respondí-.
-Mmm, me gusta -añadió Mery-.
-¿Y a ti te gusta? -me preguntó Ashley-.
-Sí -respondí-.
-Pues a partir de ahora te llamarás Dylan amigo -dijo Austin-.
Estuvimos hablando un rato más hasta que se hizo tarde y fuimos a dormir, me dirigí hacia mi habitación, me quité la ropa y me deje solo los pantalones, me tumbé en la cama y apagué las luces para ir a dormir, a el poco rato de acostarme tocaron a mi puerta, no sé quién podría ser, me levanto y abro la puerta.
-Hola..., es que no puedo dormir -dijo Ashley-.
-Tranquila, ven, si quieres, podemos dormir juntos -añadí-.
-Sí, vale, gracias -dijo ella-.
Fuimos a mi cama y nos tumbamos, cada uno dormía de espaldas al otro, hasta que se acercó a mi, me giré y nos quedamos mirándonos las caras, poco a poco nos fuimos acercando hasta que nos besamos, fue un beso romántico y bonito, estuvimos besándonos hasta que ella se puso encima mía y empezamos a desvestirnos mutuamente, esa noche mantuvimos relaciones sexuales.

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