Siempre serás tú.

T E D E J O

Aitana
La baja se me terminó y tuve que empezar a trabajar. Fui a la ONG y allí estaba Cepeda.

-Buenos días Señor Cepeda.
-No me llames así Aitana, con Cepeda basta.
-Vale Cepeda. Perdone que le diga esto pero no recuerdo que hago aquí. ¿Me lo podría explicar?
-Claro. Eres mi secretaria. Llámame de tú. Voy a estar a menudo en tu casa con tu compañera y sería raro que me llamases de tú. Solo eres 10 años joven.
-Vale perfecto- le sonreí, parecía un buen jefe.

Cepeda me dijo todo lo que tenía que hacer y entre risas estuvimos trabajando. Cuando llegó la hora de comer Cepeda me dijo que si quería ir a comer con él, para conocernos mejor. Accedí, no sé qué era pero había algo que me hacía recordar a Vicente.

-Vamos al restaurante de la esquina que es muy acogedor.
-No recuerdo nada, donde tú digas. ¿Nos sentamos en esa mesa?
-Vale genial
-Bueno Cepeda cuéntame algo sobre ti. ¿Ya nos conocíamos?
-Si pero muy poco. Solo por Ana.
-Me da la sensación de que te conozco desde hace un montón o como si te conociese muy bien.
-No lo creo. Cuéntame algo tú sobre ti.
-Pues soy Aitana Ocaña y soy de Barcelona. Si no recuerdo mal me vine aquí para encontrar trabajo. Y cambiar de aires.
-¿Cambiar de aires?
-Segun lo que recuerdo, Vicente me... Ups... perdón. No creo que te interese mi vida- En cambio me sonrió y asintió con la cabeza-. Bueno Vicente me pone los cuernos y yo le iba a dejar y luego a venirme aquí.
-Lo siento.
-No pasa nada. Oyee
-Dime
-¿Cómo te llamas?
-Luis Cepeda
-¿Nadie te llama Luis?
-No
-¿Te puedo llamar Luis?
-Si

Estuvimos riéndonos un montón, la verdad es que me lo pasé súper bien con Cepeda. Es un jefe que se compromete mucho con sus empleados, yo creo que le he caído bastante bien. Cuando terminé el trabajo me fui a mi casa. Tenía 2 llamadas pérdidas de Vicente. Le llamé y me dijo que me quería ver.

-Te quiero ver.
-Y yo. Tengo que decirte una cosa.
-Dimela por aquí
-No da igual
-Vale. En 5 minutos en la cafetería de debajo de casa de Cepeda.
-Ok

Fui a esa cafetería y allí estaba Vicente. Llevaba una camisa, la verdad es que iba demasiado arreglado. Me sonrió amablemente, lo que terminó siendo una sonrisa empalagosa y forzada.

-Hola Vicente
-Hola cosita. ¿Que quieres tomar?
-Un café con leche.
-Pongame dos- Vicente pidió los cafés
-Bueno, ¿que pasa?
-Que me querías decir.
-Ah. Si. Bueno es que me he enterado de que me pones los cuernos y yo no puedo seguir en esta situación. Lo lamento pero hemos terminado.
-¿Quién te ha dicho eso? ¿Ha sido Cepeda verdad?
-No, ¿porqué?
-Cepeda quiere arruinar nuestra relación. Él está enamorado de ti. Y quiere que estés con él y no conmigo.
-Pues estaría antes con él que contigo.
-Espera Aitana.