GLORIA "El inicio de la Jefa de Jefas"

3

Otro día mas es demasiado temprano veo la hora y son las 5 am así que me doy una ducha y salgo de casa. Me siento en una de las banquitas a ver como amanece, los hombres de mi padre me miran confundidos.

-Señorita se siente bien.

-Si venga siéntese.

-Que sucede.

-Nada, nunca había visto como amanece, a pesar de que no podía dormir siempre.

-Es muy bonito, es la hora que siempre me gusta estar acá fuera.

-Lo sé, y usted tiene familia.

-Sí, tengo 5 hijos dos niñas y tres chicos.

-Y si los ve.

-Una vez a la semana.-saca de su bolsa una foto de sus hijos y de su esposa.-Son ellos, son unas increíbles personitas.

-Y ella como es con ellos.

-Es una buena madre, siempre está al pendiente de ellos, cuando alguno está enfermo se asusta demasiado.

-A mí me gustaría tener una madre así.

-Pero su madre...-lo interrumpo.

-Seamos sinceros, una madre que llega a esta hora.-señalo mientras veo como mi madre tambalea de borracha y entra a casa.-Cree que eso es un buen ejemplo.

-La verdad no niña, pero tiene un excelente padre.

-Lo sé, bueno debo entrar.

-Porque no se queda aquí mientras le traigo un té.

-Me parece bien.

Todos los hombres, las personas que trabajan para mi padre siempre tratan de protegerme de no oírlos pelear ni de saber los negocios turbios de mi padre, ni mucho menos enemigos de mi padre los dejan que se me acerquen, básicamente me quieren cerrar de todo, pero se de todo, hasta lo que ellos no saben lo sé muy bien.

Desayuno y nos vamos yo y Ritchie a la escuela, hoy vengo de buen humor, no pelo a la Laura y sigo con mi día, me divierto bastante platicando con mis dos mejores amigos, la verdad es que no sé qué haría si ellos no están a mi lado. Casi al salir de la escuela me llama la tutora y voy a su oficina, es una mujer pelirroja ojos realmente azules como el mar joven piel blanca y pecas en sus mejillas y nariz, es una de las únicas personas geniales en esta puta escuela.

-Gloria, que bueno que viniste, debía hablarte de algo.

-Que sucede Hilda.

-Bueno el director me llamo la atención contigo.-saca un expediente.-Tus calificaciones son muy bajas debemos ponerte muy enserio pasar este año.

-Lo sé, pero de verdad que solo vengo a la escuela para que mi papá no se enoje.

-Entonces no te gusta estudiar.

-La verdad es que no.

-Porque.

-Porque no, mire are lo posible para mínimo sacar un 6, pero no le puedo asegurar.

-Bien, sabes que estaré aquí.

-Bien, nos vemos.

Salgo de la dirección y me dirijo a la camioneta.

-Que sucede, vienes echando lumbre.

-Me han dicho que debo pasar materias si no, voy pa' afuera.

-Ni modo, tienes que hacerlo.-me sonrió.

-No, tendrá que resignarse mi padre de que no sirvo para la escuela.-ambos nos miramos.-Fernando vamos a casa.

Nos dirigimos a casa cuando entramos, realmente hay demasiados autos como si fuera una fiesta, entre esos autos veo uno que se me hace conocido, cuando bajamos yo y Ritchie, le pregunto a uno de los guardias.

-Que hacen tantos autos.

-Hay reunión de mafiosos niña.

-Vaya.

Me asombro cuando entramos oímos muchas voces me asomo en el comedor y están todos, pero hay dos que realmente me llaman la atención, los gemelos Collins están en mi casa, dos perros malditos están dentro de mi zona de seguridad, veo que mi mamá sale de la cocina con bebidas para todos, me siento enfrente de ellos cerca de mi padre y todo el tiempo los miro, no les quito la mirada de encima, tanto es mi mirada que ambos bajaban la cara.

Ya es tarde así que todos se despiden de todos, pero ambos hipócritamente me saludan de manos así que a uno le doy un beso en la mejilla y me acerco a su oído.

-Espero que tú y tu estúpido hermano, no vuelvan a entrar a mi casa, ten mucho cuidado, porque en cualquier momento seré yo la que este en la mafia y les daré tiros.-me alejo de él y le sonrió.

Solo me sonríe, y se va con su hermano, me despido de los demás socios de mi padre.

-Padre.

-Que sucede.

-Porque has invitado a los Collins si habían salido mal.

-Si nena, pero estamos dando la paz para jubilarnos.

-Qué paz te pueden traer esos infelices.

-Hija que sucede.

-Me sucede nada papa.

Me alejo de él y me meto en mi habitación y comienzo aventar todas mis cosas, mis perfumes joyas, espejos, maquillajes y los mismos muebles, comienzo a llorar. Estoy tan puta enojada, desearía decírselo a mi padre, pero no quiero. Me tiro en el piso y veo mi mano llena de sangre, no le tomo importancia, solo veo el techo de mi casa y comienzo a pensar que tal vez estas crisis me debería llegar más a menudo, aunque parezco loca aquí recostada llena de sangre, pero al fin me siento bien. Alguien abre mi puerta y es Ritchie.

-Gloria que demonios hiciste.-sale de la habitación.- Tío... Tío.

-Que sucede.- entra y me ve tirada.-Gloria Miller, mira tu mano, Ritch llama a la nana.

-Si.

-Gloria, ve que desmadre tienes en la habitación.

-No me dejas hacer otra cosas, a la que yo pueda tirar, somos ricos no, podemos hacer este desmadre.

-A lo que yo digo es que me vale madre las cosas ve tu mano.

-Déjame estaré bien.- me paro y me meto al baño y me lavo la herida, salgo y ahí sigue mi padre.- Bien dame esa venda.

Me la pongo y mi padre no quita la mirada furiosa que tiene yo hago lo mismo, ambos tenemos esto, este maldito genio.

-Es por los hermanos Collins, dime que te han hecho.

-Me caga su existencia.

-Como que te cagan, para ello tienes que decirme.

-Te traicionaron como mil veces y así te atreves a meterlos en tu casa, yo que tú les hubiera dado un puto tiro en la cabeza.

-Gloria... yo sé que esto ha sido de la chingada, pero por favor no quiero que pienses en eso.

-Que quieres que haga, nací en esto y nací para esto, no me queda otra alternativa.

-Gloria, creo que no te va a quedar que ir con un psicólogo.

-No estoy puta loca, no iré aunque me lleven a la fuerza, no harás que cambien las cosas.

-Bien de acuerdo, quédate con tu mierda.

-A la mierda fuera de mi HABITACION.

Todos salen de mi habitación casi corriendo, a nadie de verdad les gusta verme así que azotó la puerta y le pongo llave, me recuesto en el único lugar en donde no he tirado y es en mi sillón, mi corazón late demasiado. Ahora si voy hacer que de verdad me saquen de la puta escuela.