«Hilos cruzados en pisos mojados»
En esa noche las cosas en el bar estaban tan ajetreadas como siempre, con más clientes que personal y mucho, mucho trabajo que hacer. Jimin se paseaba con su delantal de un lado a otro con el pelo prolijamente ordenado, el traje perfectamente planchado y los zapatos tan limpios como las mesas del local.
Ese día en especial estaba trabajando terriblemente mal. Dejó caer varias copas—que más tarde serían pagadas por su sueldo—y ensució a un cliente sirviéndole un trago. Todo gracias a una especie de calor que no lo dejaba en paz desde que se había despertado. Por un momento pensó que sería el celo adelantándose, pero recordó que no había pasado ni un mes desde la última vez así que descartó la idea. Desde la parte trasera del local miró a un par de señores con trajes probablemente mas costosos que su departamento y sintió náuseas. No por causa de los hombres, pero por la sensación que crecía en su pecho y comenzaba a irritarlo.
Decidió que lo mejor sería ir al baño para poner todo en orden antes de comenzar la segunda tanda en su trabajo, que por lo general era después de las diez de la noche y era bastante pesada. Dentro se encontró con un chico de pelo rojo que se asemejaba a un caramelo de dulce de leche por el bronceado que tenía. Apuesto como un príncipe de cuentos o un galán de telenovelas, pero sudado en exceso y visiblemente afectado por algo.
—¿Le sucede algo, señor? Luce un poco enfermo—lo cierto era que él mismo estaba aún peor, desde que puso un pie en ese baño el calor que sentía se incrementó a tal punto que las piernas le temblaron.
El tipo con dientes grandes lo miró entre sorprendido y emocionado con los ojos muy abiertos, señalándolo con el dedo.
—¡Tu también lo sientes, omega!—acusó a Jimin de algo que el camarero de pelo negro desconocía.
—Lo lamento pero no entiendo de qué me habla—trató de explicarle con una mueca de disculpa y las manos sobre el lavadero.
—Si sabes, es esa cosa que quema y parece acidez estomacal. ¿Entiendes ahora?—ni bien lo dijo Jimin saltó cubriéndose la boca y también lo señaló con el dedo.
Mientras, Yoongi caminaba apurado entre los pasillos del hotel que había pagado por tres días. No era muy lujoso, pero era cómodo y lucía bastante higiénico, como necesitaba quedarse no le dio muchas vueltas a la hora de efectuar el pago. La razón por la que estaba tan agitado no era más que una reunión con dos futuros socios en menos de diez minutos, reunión a la cuál llegaba tarde por culpa de una extraña sensación de calidez en el pecho que no lo dejaba moverse. Se dirigió al ascensor con ambas manos en los bolsillos y la cabeza ladeada, dando golpecitos con el pie constantemente en el suelo.
Sabía de sobra que no sería una noche muy divertida, estaba irremediablemente hecho mierda por el largo viaje en auto y no tenía interés alguno en pasar esa noche con señores arrogantes en un bar para gente igual de imbécil.
Rezó todo el camino para que todo saliera bien y no tuviera que rogar demasiado a ninguno de ellos. Estaba a media propuesta indecorosa de renunciar para siempre y mudarse a japón. El negocio del modelaje era siempre bastante rentable, pero las cosas que tenía que hacer para mantenerse en la cima eran algo dudosas moralmente hablando. Al llegar ambos ancianos trajeados lo esperaban con las manos sobre las rodillas y esa mirada de "me creo la gran cosa" que suelen llevar la mayoría del tiempo. Ya llevaba media mano levantada cuando sintió un tirón increíblemente extraño en el estómago que lo hizo excusarse sin haber llegado bien.
—Discúlpenme, caballeros. Debo recibir una llamada, es una emergencia—ni bien lo dijo rodó los ojos y se mordió la lengua para no maldecir mientras avanzaba casi trotando a donde creía se encontraba el baño. Parecía que con cada paso que daba la sensación aumentaba, llego a sentirse como golpes de un sartén caliente en el pecho y el estómago. Hasta se sonrojó, un hombre casi en sus treinta. Tambaleándose abrió la puerta y la cerró, inmediatamente quedándose estático al ver lo que había dentro.
—Por favor que alguien me explique que mierda es esto—el más pequeño en el lugar movió los labios con la misma expresión de impacto que tenían los otros dos.
Los tres se miraban como si en algun momento alguien fuera a dar una clase de matemáticas muy importante.
Dos hilos rojos comenzaban en cada pálido meñique de Min Yoongi, uno conectaba con el dedo de Hoseok y el otro con el de Jimin, por si no fuera poco los meñiques libres de los antes mencionados también estaban unidos. Y mientras el hilo fue visible, fue más que claro que había un enredo enorme entre ellos. Pasaba por encima de Yoongi y luego entre los pies de Jimin, debajo de los cubículos y por sobre el lavadero.
Se dedicaron a mirarse con la boca todavía abierta y paralizados por la conmoción, hasta que Hoseok se movió para tomar la mano de Jimin y entrelazarla con la suya. Acto seguido Yoongi caminó lentamente hasta hacer lo mismo con las manos de ambos chicos frente a el.
Volvieron a otro silencio que esta vez duró más tiempo.
—Esto es lo más homosexual que he hecho en la vida—comenzó Hoseok, otra vez rompiendo la atmósfera de sorpresa.
—¿Si? Pues no lo parece. Por lo menos díganme que se lavaron las manos—continúo Yoongi.
—Pedí por un hombre y recibo dos playboys, pensé que iba a ser un fracasado toda la vida—contó Jimin, recibiendo un sonido de aprobación seguido de un asentimiento del pelirrojo.
Todavía no se soltaban las manos, porque seguían absortos en su conversación sin sentido y en comerse con la mirada. Los tres sabían que estaban muy jodidos, pero les estaba importanto muy poco.
N/A:
¿Qué opinan de esta nueva idea mía? ¡A mi me tiene super emocionada!
Por favor déjenme saber que piensan, me interesa ver sus puntos de vista.All the love, ili xoxo
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Cálido ➳ y.m x y.s
Fiksi PenggemarDonde Yoongi es el alfa de Jimin. Y de Hoseok. |Yoonmin-Yoonseok|