Llevan toda la santa mañana intentando que salga de casa esta tarde, ya no tengo más formas de decirles que no sin soltar alguna lindeza. Creo que si me muerdo otra vez la lengua, me enveneno.
Después del sexto discurso sobre la importancia del sol y la vitamina D, o lo indispensable que es quedar con amigos para tener una vida feliz. Dejo el móvil en la mesa y voy por una manzana mientras sigue hablando, la limpio bajo el agua, la seco con mimo con el trapo, la inspecciono. Precioso color verde, sí señor. Le pego un bocado.
Recojo el móvil y me lo coloco en la oreja, para oír a mi amiga diciendo:
"... porque la salud ósea es muy importante y para fomentarla hay que andar y tomar el sol, así que muévete del sofá. Que se te va a quedar culo-carpeta y..."
-Ahora mismo estoy de pie, lista -contesté inocentemente.
"¡No me refiero a eso! Te juro por mi vida que como no vea tu fea cara ahí esta tarde voy a tu casa y te tiro de los pelos"
-No te abriré-contesté desafiante.
"Pero Toni sí" casi pude ver su sonrisa triunfal. Mierda, seguro que Toni (el portero del edificio) le abriría la puñetera puerta, podía llegar a ser muy persuasiva.
-Pero ¿Por qué tanto interés? Estoy muy cansado no voy a ser buena compañía, esta semana he estado liadísimo y luego está el tema de...
"Si es que eres un culo inquieto si dejases de apuntarte a todo lo que ves a lo mejor tendrías tiempo de vivir"
-¿Quieres dejar de hacer referencias a mi culo, por favor?
"Es que lo tienes muy bonito perla"
Pongo los ojos en blanco y anuncio:
-Te voy a colgar.
"¡A las 18 quiero ver tus lindas posaderas en el bar de Martí, sino ya sabes lo que te espera!" Grita ella mientras resoplo audiblemente y murmuro entre dientes <<puto coñazo de amiga me he buscado>>
Lo último que oí antes de colgar fue un "¡Oye que te he oído!"
Me reí con ganas, era una pesada pero se le cogía cariño.
Tiré el corazón de la manzana a la papelera como un jugador de baloncesto profesional. Fallé estrepitosamente.
Arrastrando los pies fui hacia la ducha ya que con el calor que hace en esta ciudad y, especialmente, en este zulo que tengo por casa me acabaré desmayando.
Me quedé el piso por la terraza, tenía unas vistas perfectas de la ciudad. Mi alma de fotógrafo se enamoró de ellas, y para qué engañarnos era lo único que me podía permitir por esta zona.
Ahora aunque me ganaba bastante bien la vida no quería abandonar esas vistas ni de coña.
Además de que todo su grupo había empezado a traer muebles diversos para la terraza (tanto de exterior como de interior) haciendo una especie de zona chill out.
De hecho, una de ellas trajo una lucecitas de led para encenderlas de noche y así crear un ambiente más "íntimo". Ella dijo:
- Ya verás que son monísimas, y si no te gustan se quitan y arreglado- con una sonrisa, encendió ceremoniosamente el interruptor. Y un rosa oscuro iluminó la terraza. Abrí los ojos con horror.
- Parece un puticlub.
- Pero, ¿Qué dices?
- Un puticlub de los baratos.- dije aún en estado de shock, mirando fijamente las luces.
- Pues a mí me gustan, así que se quedan.-fue una orden.
Así que mi terraza se quedó como un prostibulo chill out con glamour, según ella. Yo no estaba tan seguro.
Me gustaba quejarme, de todo en general, no lo iba a negar. Cada persona con la que trababa amistad acababa llamándome gruñón o alguno de sus sinónimos.
Pero era el placer de quejarse por quejarse, de discutir por tonterías. Y ganar. Aunque un 90% de las veces perdía, pero no sin luchar.
El agua tibia consiguió relajarme lo suficiente para que me propusiera ir a la quedada que me proponía mi amiga, me miré en el espejo y suspiré resignado. Ella sabía que iba a ceder, y yo en el fondo sabía que iba a acabar yendo.
Rodé los ojos, y me peiné el pelo enredado tras la ducha. Fui a mi armario y me vestí con lo primero que pillé, me sequé el flequillo cuidadosamente hacia arriba. Intentaba que se quedasen todos los mechones en una misma dirección, no lo conseguía. Frustrado, me rocié una ligera capa de laca quedando satisfecho con ello. Antes de salir me repetí el mantra de mi madre, "Al salir de casa: cartera, llaves, móvil y sonrisa".
Eso último le iba a costar un poco más pero todo sea por no escuchar más discursos sobre los beneficios de la cerveza de Aitana.
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A través del objetivo - Ragoney
FanficUna historia de dos almas que conectan, de dos personas que se encuentran cuando menos se lo esperan. Aunque ambos lo necesitan. Sabiendo que el final estaba injustamente cerca esta historia es la crónica de cómo se quisieron, cómo se quieren y cómo...