Capítulo 80: Un Momento Jaspeado

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When All is Lost, One is Found. En Español.

Autora: Rinoaebastel

Capítulo 80: Un Momento Jaspeado

Disclaimer: Harry Potter no es mío y no gano nada con esto, solo practicar en la escritura. Harry Potter es propiedad de JK Rowling.

AN: Esta historia puede contener escenas de los libros y de las películas de Harry Potter, pero no con el dialogo exacto, este ha sido reescrito u omitido. No está señalado.

Mayo, 1997

—Levante más la varita, Granger. —le gritó a la bruja cuando conjuró el hechizo de forma incorrecta, provocando que desapareciera demasiado pronto. Severus entrecerró los ojos. —¿Se ha parado a mirar los hechizos que le dije que practicara? Ni siquiera los de primer año realizan un fallo tan básico como ese.

La bruja tembló y le hizo arrepentirse del tono que había usado con ella. Sabía que estaba siendo demasiado duro pero no podía evitarlo. Granger podía hacerlo mucho mejor. No necesitaba que ella actuara como una incompetente tras la desastrosa semana que había tenido. Cada estudiante con el que se había cruzado había actuado como un cretino. ¿Cómo se suponía que iba a ayudarlos cuando todos ellos actuaban de forma tan imprudente? Probablemente había roto su propio record de asignar castigos en el periodo de una semana.

Pero, si era sincero consigo mismo, sabía que no solo era por la incompetencia de sus estudiantes. La bruja lo tenía desquiciado y era incapaz de controlar sus pensamientos cada vez que la veía. Estaba en todas partes, provocando que fuera incapaz de olvidar lo que había pasado entre ellos. Cada vez que la veía, incluso cuando solo era un pequeño destello por el rabillo de sus ojos, tenía que aplastar el deseo de agarrarla y abrazarla. Tenía que aplastar la alegría de que ella aceptaría tal acción y de que lo correspondería.

Siempre que algo lo alteraba se convertía y se comportaba como el Severus de siempre, y ese Severus era un ser gruñón, cruel y despreciable. La única diferencia entre antes y ahora, era que podía darse cuenta de cuando cruzaba la línea. La bruja que tenía delante no se merecía la forma en la que la estaba tratando.

—Lo estoy intentando. ¡De hecho lo haría mejor si fueras menos exigente y me mostraras como hacerlo primero! —su voz emergió con un tono que igualaba al suyo. La bruja tenía los ojos entrecerrados y sus cabellos parecían más despeinados de lo normal.

Era preciosa.

Maldijo en su mente por tal cumplido, inspiró hondo para mantener a raya su temperamento, y caminó hacia ella.

—Si así lo deseas. —respondió en un arrebato pero con una carencia de malignidad en su voz. Cogió la muñeca de la joven, de manera firme pero no lo suficientemente fuerte como para hacerle daño. Se posicionó detrás de ella. —Justo ahí es donde la varita debe estar. —No fue hasta el momento en el que levantó el brazo de la joven a la altura apropiada, teniendo que acercarse más a ella en el proceso, cuando se percató del error que había cometido.

Su pecho estaba recostado contra la espalda de la bruja. El calor irradiaba de ella como si fuera un fuego floreciente. La bruja tenía la respiración agitada y su olor lo golpeó como si lo hubiera alcanzado con un hechizo. Su corazón martilleaba contra su pecho y dio un paso atrás para asegurarse de que ella no lo sintiera contra su espalda.

Relajó el agarre en la muñeca de la bruja pero no se vio capaz de soltarla.

—¿D-debería conjurar el hechizo? —su voz era suave y podía escuchar la falta de aire. Estaba tan afectada como él.

—Sí. —respondió, orgulloso de que su voz se mantuviera firme, ya que en un fragmento de segundo había aceptado que estaba perdido. Lo estaría hasta el día en que muriera. Había aceptado ese dolor de rendirse por ella. De romper la promesa que había hecho diecisiete años atrás.

No lo haría pero la tentación nunca había sido tan fuerte. Tenía que compensar lo que había hecho, pero ahora, esta mujer que estaba tan cerca de él se había infiltrado en esa promesa. Ahora más que nada se trataba de protegerla a ella.

Una caricia alcanzó su mano libre. Respiró hondo, llenándose con el aroma que provocaba que toda su atención se centrara en ella. Sus finos dedos se entrelazaron con los de él y la bruja guió su brazo hasta envolverlo alrededor de su cintura. Ella le obligó a retener la mano contra su costado y sintió como sus yemas se hundían en el cuerpo de la joven.

Por el rabillo del ojo pudo ver una figura reluciente y alzó la vista. La bruma plateada se arremolinaba en el aire, brillando ligeramente en un principio, pero luego, separándose en distintas hebras. Unas que comenzaron a atarse y a entrelazarse hasta que la intricada forma de una nutria apareció delante de ellos.

La bruja lo había logrado...usándolo a él. Teniéndolo cerca para infundirse a sí misma una felicidad.

Estarían condenados en ese mismo instante si cualquiera de los dos daba un paso en falso.

—Mu...Muy bien.

La joven soltó sus manos y se dio la vuelta dentro de su abrazo. En ningún momento él había dejado caer su brazo, por lo que todavía estaba envolviéndola por debajo de la túnica. Estaba demasiado aturdido como para hacer cualquier cosa. Estaba demasiado sorprendido ante la idea de que pudiera hacer feliz a alguien, de provocar una felicidad completamente pura y verdadera.

Ella alzó la vista para mirarlo.

—¿Cómo me comunico con él? —la bruja no estaba nerviosa ante aquella posición. Ni si quiera un ápice.

Severus echo una mirada al patronus y se tensó. Los ojos plateados llevaban consigo un extraño rastro de aceptación junto con la naturaleza juguetona que había visto antes.

—Simplemente tienes que hablar y decir el nombre del que deseas que escuche el mensaje.

—Hm —murmuró ella, sin girarse para hablar con el patronus.

—Intenta mandar un mensaje a alguien. —dijo él.

Granger lo miró a los ojos.

—Ahora mismo no tengo ningún interés en hablar ya que no hay nadie lejos de mí que sea lo suficientemente importante.

Su corazón se aceleró.

Tragó con fuerza cuando se percató de que ella estaba centrando la vista en sus labios. La bruja se acercó un poco más y se puso de puntillas. Él se encontró coaccionado por una fuerza desconocida para inclinarse hacia adelante y...

—¡Asesinato! ¡Ha habido un asesinato en los baños!

AN: Mmmm ¿Qué acaba de pasar aquí? Espero que os haya gustado y me digáis lo que pensáis. Nos vemos en un rato con el siguiente capítulo ;D

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