Capítulo 89: Susurros

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When All is Lost, One is Found. En Español.

Autora: Rinoaebastel

Capítulo 89: Susurros

Disclaimer: Harry Potter no es mío y no gano nada con esto, solo practicar en la escritura. Harry Potter es propiedad de JK Rowling.

AN: Esta historia puede contener escenas de los libros y de las películas de Harry Potter, pero no con el dialogo exacto, este ha sido reescrito u omitido. No está señalado.

Poder. Sintió poder. No porque estuviera dominando a Potter de esta manera, sino porque su mirada ya no tenía un fuerte efecto sobre él como tenía antes.

A pesar de que había una rabia dentro de él, mantuvo su rostro vacio de cualquier emoción. Sería tan fácil matar al niñato, pero su buen juicio y el destino del mundo le impidieron hacerlo.

Aunque solo fue por poco.

Apartó la varita de Potter fuera de su alcance con una patada.

—Sí vas a usar mis propios hechizos contra mí, al menos hazlo de forma eficaz—dejó que su voz emergiera en un tono calmado que podría congelar la sangre de la mayoría de los magos.

Los ojos de Potter se abrieron y el muchacho palideció. Tenía que ser devastador y repugnante el saber que lo que había aprendido provenía de un libro escrito por la mente del hombre que despreciaba.

De su trabajo duro.

De sus notas.

Odiaba que el chico hubiera puesto las narices en sus escritos personales, pero la mirada en el rostro del muchacho triunfó ante su desprecio por tal hecho.

—N-no...

—Sí, Potter. —dijo y permitió que una sonrisa amenazadora se formara en sus labios. —Soy el príncipe mestizo.

—Yo...—Potter cortó las palabras cuando acercó la punta de su varita a la cabeza del muchacho. Un hechizo y podría hacer que el chico sufriera hasta el punto de que deseará la muerte.

—¡Desmaius!

Alzó la varita por instinto, preparando un contraataque, pero el hechizo nunca lo alcanzó. Sin embargo golpeó a Potter, el cual cayó inconsciente.

Miró en dirección al atacante y vio a Granger corriendo hacia él. Estaba sucia y su pelo estaba más despeinado de su desorden organizado habitual.

Bajó su brazo y esperó. Ella se detuvo a un paso de distancia de él.

Estaba confuso. ¿Por qué ella haría...?

—Estabas enfadado. Tuve que hacerlo. —dijo ella.

—Es tu amigo, Granger. —pudo escuchar la estupefacción en su propia voz.

La joven miró a Potter y luego volvió su mirada hacia él.

—Ambos estáis más seguros de esta forma. —ella tomó su mano y supo que tendría que haberse alejado pero no tenía la voluntad para hacerlo. —Tienes que irte pero...quiero ir contigo.

Abrió su boca pero las palabras no salieron de ella. En vez de ello, emitió un raro sonido a modo de respuesta. ¿Cómo podía querer ir con él cuando acababa de asesinar a un hombre?

—Por favor, llévame contigo.

La petición era de locos.

—Sabes que eso no es posible. —tendría que haber sido stricto y decir que no pero simplemente no podía obligarse a hacerlo. No con ella.

—Severus, estarás solo. —la bruja parecía estar al borde del llanto, y al estudiar sus ojos, pudo confirmar que realmente su voz coincidía con su mirada.

Solo.

Siempre lo había estado hasta que ella había llegado a su vida. Entonces, se percató de algo y se tranquilizó con el hecho de que quería aceptar y llevarla con él. Pero querer hacer algo y tener el sentido común de no hacerlo fue algo que lo hizo sentir bien. No sería bueno para ninguno si aceptaba llevarla con él.

—Potter te necesita a su lado. Piensa con la cabeza Her-Granger.

Ella apartó su mano y asintió. Por un segundo echó de menos la calidez. La bruja dio un paso adelante, enredando las manos en sus cabellos, y presionó los labios contra los suyos por segunda vez en aquella noche.

Y de nuevo, la sorpresa, la calidez y el deseo de sostenerla para siempre lo invadió.

Sus brazos la envolvieron con su capa negra, como si fuera un murciélago rodeándola con sus oscuras alas y, entonces, respondió al beso con más fervor que con el que había ocurrido antes.

Cuando se separaron, ella estaba temblando tanto como él lo hacía por dentro. La bruja tenía las mejillas coloreadas y los labios enrojecidos.

—Mantente a salvo. —dijo ella. —Ponte en contacto conmigo sí puedes hacerlo sin peligro.

Se permitió el lujo de mostrar una media sonrisa.

—Ya estoy en peligro.

Ella hizo un puchero por un segundo para después mostrar una pequeña risa que decidió abandonarla.

—Ya sabes a lo que me refiero.

—Sí. —dijo él. —Lo sé.

El rostro de la bruja se transformó con preocupación.

—Severus, habló en serio. No...No podría soportar si te...

—Me pondré en contacto contigo sí puedo hacerlo. Te lo prometo.

Se miraron el uno al otro, ninguno de los dos queriendo marcharse. Segundos después, unos gritos en la distancia lo hicieron necesario.

—Adiós, seño... —frunció el ceño y respiró hondo. —Hermione. Adiós, Hermione.

Ella sonrió mientras contenía sus lágrimas.

—Adiós, Severus.

Se obligó a sí mismo a darse la vuelta y a adquirir una fachada de oscuridad y malicia en su rostro. Entonces, desapareció, abandonando el lugar que había llamado hogar por tanto tiempo. Pero que, a pesar de todo, aún tenía buenos recuerdos del castillo.

Y escuchar su nombre provenir de los labios de ella en un susurro haría eco en su mente para siempre.


AN: Hermione rompiendo oscuridades pero también teniendo un momento de debilidad... Espero que os haya gustado. Dejarme en los comentarios lo que pensáis y nos vemos el sábado que viene.

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