Amapola

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Verena

Llego al apartamento. Por suerte estoy sola, mis compañeras con tranquilas, pero siempre están hablando mucho entre ellas.

Dejo mis cosas y me preparo una ensalada rápida con pollo. No tengo hambre, pero si no me alimento bien me no podre tener fuerzas para practicar. Los primeros días en Nueva York a penas comía y sentía que no tenía fuerzas. Cuando me desmayé en medio de un ensayo la nutricionista del cuerpo de baile me dio un sermón y aprendí a las malas que nada era más importante que mi fuerza y bienestar físico.

Después de comer me ducho y dejo las cosas listas para el día siguiente. Tocan el timbre y supongo que debe ser alguna de las chicas que olvido su llave.

Cuando abro me encuentro con un mensajero.

Lleva en la mano un enorme ramo de amapolas. Mis flores favoritas. Las tomo y agradezco al mensajero con una propina.

Las dejo en la mesada y me quedo mirándolas... él siempre me decía que yo era como una amapola, bella pero letal para su corazón... ni si quiera me pregunto cómo consiguió mi dirección. Seguramente de mi archivo del ballet.

Suspiro y las pongo en agua. Me voy a la cama, pero mi mente no deja de dar vueltas.

Si hay algo que se dé Marcus es que no se da por vencido. Me dio tiempo, 5 años, pero ahora está de vuelta y no va a ir hacia atrás. Y no sé si quiera que lo haga. Mi corazón sigue siendo suyo. Mi cuerpo también porque no he podido estar con nadie más. No he aceptado las invitaciones que me hacían para salir en citas. De alguna forma sentía que era una traición hacia él.

No soy tonta, sé que él tiene algo con Valerie, la mirada de ella lo decía todo y sin embargo sabiendo como es el, ella no era más que un escape a la soledad.

Mis ojos se van cerrando... mis pensamientos siguen en Marcus y de repente viene a mi mente nuestra primera vez juntos...

Salgo del teatro. En la esquina, a la vuelta me espera Marcus en su automóvil. Anoche mientras cenábamos discutimos porque él quiere hacer publica nuestra relación y yo no estoy segura. Llevamos un mes conociéndonos... un mes en el que nos contamos nuestras vidas y compartimos momentos robados a nuestro escaso tiempo libre. Y besos ... muchos besos... besos que me dejan sin aliento...

Más de una vez me quede dormida en sus brazos mientras mirábamos alguna película o algún video de ballet pero hasta ahora no dormimos juntos en un cama... sé que me desea, una mujer puede sentir eso. Y creo que está esperando que yo de el primer paso.

Me abre la puerta como siempre, es un caballero. Ni bien entro al automóvil toma mi rostro y me besa como si no hubiera mañana y lo beso de la misma manera. Es muy difícil contenernos durante el día ...

_ ¿qué te gustaría hacer?_ pregunta mientras acaricia suavemente mi rostro

_ solo quiero estar contigo me da igual lo demás_ digo sincera

_ podría cocinar en el apartamento y abrir una botella de vino, pero haremos lo que quieras_ sugiere y asiento

_ lo que quiero es pasar la noche contigo y no en el sofá_ susurro con mi rostro rojo de vergüenza. El me mira a los ojos. Él sabe que no he estado nunca con un hombre. Que para mí es un paso muy importante y que si quiero darlo con él es porque estoy enamorada

_ Verena_ susurra_ desde el momento en que seas mia en cuerpo y alma no podré dejarte ir más... quiero que estés segura de esto_

_ estoy segura, más segura que nunca Marcus_ digo y él me besa otra vez.

Cenamos unas pastas y tomamos un vino delicioso. Al terminar él me toma de la mano. Llevándome a su habitación.

Una habitación cómoda y masculina que huele a él... él ha estado con otras mujeres, lo sé, pero la manera en que me mira me hace sentir que soy única...

_ eres una amapola Verena..._ susurra en mi oído_ bella y letal... sé que vas a acabar conmigo, pero estoy dispuesto a morir por ti..._ dice haciendo que mi corazón se desboque...

Comienza a besarme y de a poco nuestra ropa queda en el suelo. Su cuerpo es musculoso y magro. Amo sus abdominales y la fuerza de sus brazos. La cicatriz de su rodilla cuenta la historia de él porque es director y no bailarín y las cicatrices de mis piernas cuentan la historia de agonía que sufrí de pequeña en manos de mis padres. Pero no miramos eso. Solo estamos nosotros, nuestro pasado quedo atrás.

Entre besos, caricias y gemidos Marcus me hace suya. Me hace su mujer, me lleva a un mundo de placer desconocido y me llena de sensaciones que no imaginaba.

Al final cando exploto en sus brazos el susurra te amo en mi oído y le susurro ya tebya lyublyu. Un te amo en ruso...

Mientras me voy durmiendo en sus brazos los latidos de su corazón calman todos mis demonios y mis miedos... 

The dance of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora