Antes

5.5K 506 6
                                    


Verena

Estiro mis piernas y mis brazos para ver si el dolor desiste. No es fácil, estuve practicando casi ocho horas y el cuerpo se resiente.

Doy un paso y mis pies duelen como siempre. Aunque este acostumbrada al dolor no dejo de sentirlo.

Camino al vestuario, me ducho después de cambiarme salgo rápido. Quiero llegar a casa, quiero verlo.

Marcus Brent es mi amor, es mi todo. Lo conocí cuando era director del ballet en la compañía en la que bailo. En este momento soy Corifea, lo que significa que normalmente estoy al frente del coro de bailarinas que secundan a la solista o a la Prima Ballerina y también el raro honor de Prima ballerina assoluta que ostentan bailarines como Maya Plisetskaya o Mikhail Baryshnikov considerado el mejor bailarín del siglo XX.

Ellos son mis mayores ídolos, la perfección a la que aspiro llegar algún día con mucho trabajo y dedicación.

Marcus dirigió uno de los ballets en donde Katrina Pablova , a la primera bailarina de nuestro cuerpo de baile interpretaba a la bella durmiente. Fue magnifico y estaba orgullosa de estar en el coro.

Mirarlo fue pasión a primera vista. Yo nunca me consideré una belleza, siempre fui muy delgada por tanto ejercicio en la barra, casi no tengo pechos, aunque tengo piernas fuertes, pero no soy llamativa. Si no me arreglaba podía perderme en el montón. Sin embargo, el me vio.

Sus ojos se posaron en mí en el primer ensayo y nunca me dejo ir.

Yo estaba obnubilada por él. Lo admiraba como director, había visto muchos de sus montajes, mi timidez me impedía ir a presentarme con él hasta que estuvo a cargo de la obra y nos conocimos con los otros bailarines.

Una noche sali del teatro. Estaba lloviendo y yo tenía que esperar el autobús. Mientras corría a la parada del Bus un automóvil negro freno frente a mí. Se abrió la puerta y era él. No dude en subirme. Me llevo hasta mi apartamento mientras conversábamos sobre mi vida.

Solo unas noches después, en un día de descanso apareció con la cena y vino. me sentí seducida por él, por su experiencia, por sus ojos, sus sonrisas. Sus secretos.

Porque Marcus escondía muchos demonios.

Desde hace dos años estamos juntos. El no volvió a dirigir el ballet para evitar conflictos de intereses al tener una relación con alguien del cuerpo de baile. El dice que eso es una mierda y yo estoy de acuerdo, sin embargo, trabajo no le falta. Es llamado por compañías de ballet importantes y a veces estamos semanas enteras sin vernos. Aunque él siempre se hace tiempo para viajar y estar juntos. Muchas veces yo también viajo para verlo.

Como dije antes Marcus tiene sus demonios. Un pasado de abusos, malos tratos, padres negligentes. El quería ser bailarín, estudiaba a escondidas de su padre que decía que eso era una profesión para maricas. Marcus le decía que iba a boxeo cuando en realidad tomaba clases de danzas. Un día un amigo de su padre se burló de él porque había visto a Marcus con 15 años en el salón de ballet practicando en la barra.

Le dio una paliza tan horrible que lo envió al hospital con una pierna rota y una clavícula dislocada. La pierna no sano bien y tiene una leve cojera casi imperceptible pero ya no puede bailar. En el hospital servicios sociales denuncio a sus padres por maltrato y negligencia y él fue a una casa de acogida.

Las personas en la casa de acogida eran diferentes a sus padres por suerte. Alentaron su amor por el ballet y las artes y le mostraron que podía seguir estando en ese mundo, aunque no bailara. A los 20 años era el director de danzas más joven del mundo. Y el más exitoso. Sus puestas siempre eran impresionantes y osadas. Su "Cisne negro" fue una revolución y lo consagro como director. Le ofrecieron trabajo estable en muchas compañías respetadas, y nunca acepto, a él le gustaba su independencia.

Estar juntos no ha sido fácil. Al principio creía que era perfecto. Verlo a él era como ver a Dios en persona. Con el tiempo me di cuenta de que tenía miles de imperfecciones y lo amé aún más por eso. Sin embargo, luchar con sus demonios drenaba mis energías.

La última vez que me di cuenta de que había consumido alguna droga, seguramente cocaína lo abandoné. Con el corazón en pedazos. Me fui al apartamento de una compañera del coro y me quedé allí unos días.

No duramos nada separados. El al darse cuenta de que me había ido fue a buscarme enloquecido, me prometió que se apartaría de las drogas porque yo era más importante que todo eso y le creí.

Sin embargo, ahora creo que volvió a tomar algo. Su última obra es una producción independiente que sale de su bolsillo. Le tomo meses encontrar a los bailarines correctos, con la técnica y la pasión que el buscaba. Le tomo meses encontrar el teatro correcto con el escenario perfecto. El y junto a su amigo Jason Corben, un aclamado compositor de música clásica pasó meses sin descanso hasta dar con la música perfecta.

Él me había pedido que protagonizara la obra, pero eso significaba que renunciara al teatro y no me sentía preparada, eso provocó una gran discusión entre los dos que como siempre arreglamos en la cama.

Cuando llego a casa él está recostado en el sofá. Me acero y lo beso suavemente. A Marcus le cuesta dormir por eso cuando logra hacerlo no lo molesto. Siento un aroma extraño en él. Siempre huele a un perfume amaderado y suave pero hoy es un aroma diferente y extraño.

Estoy demasiado cansada para analizar nada. Voy a la cocina y encuentro en el bol de vidrio tapada con papel aluminio una ensalada cesar con pollo. Él siempre se preocupa de que coma bien.

Me siento y como la ensalada mientras lo miro descansar. Cuando termino bebo agua y tomo la manta. Me recuesto a su lado y al segundo me abraza pegándome a su cuerpo.

Acomodo mi cabeza para que mi nariz quede en el hueco entre su cuello y su hombro, a él le gusta que respire sobre su piel. Lo tranquiliza... me duermo en los brazos del hombre que amo. Me duermo en los brazos del hombre que me destruirá en pedazos en poco tiempo...

The dance of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora