Capítulo 6

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Merlín dio un suspiro cansado mientras intentaba relajarse después de dos días de arduo trabajo.

Habían llegado muchos heridos, no daban a bastos. Por suerte Arthur mandó a Lancelot, Leon y Percibal para ayudar, aunque eran un poco, bastantes, patanes.

Por suerte con su ayuda (porque Gaius había perdido la paciencia con esos patanes que no podían colocar una banda bien ni aunque sus vidas dependiera de ello: palabras textuales de él) pudo poner a trabajar a los caballeros, tendría que hablar con Arthur para que al menos, todos ellos tuvieran conocimientos de primeros auxilios, para que pudieran tratar algunas heridas si no estaba él cerca.

Fue a las cocinas y cogió la cena de Arthur para dirigirse al cuarto de este.

Cuando entró, lo vio sentado mirando unos documentos en su escritorio muy concentrado.

- Cuidado, no te esfuerces mucho o tu cerebro se derretira - bromeó mientras después de dejar la cena en la mesa se puso a prepararle el baño.

- Que gracioso - suspiro Arthur mientras se estiraba - ¿Cómo están los heridos?

- Están estables, aunque Gaius se ha dado por vencido con los chicos - dijo divertido mientras calentaba el agua de la bañera - aunque sería mejor que ellos aprendieran un poco de primeros auxilios... sobre todo tú.

- Yo también lo e pensado - murmuró mientras miraba a su sirviente acabar de preparar el baño.

Arthur se preguntaba cómo es que Merlín, podía sobrellevar el estado en el que se encontraba.

Aunque había que admitir que era hermosa (ni muerto lo diría en voz alta) su esbelta figura junto con su cabello como las plumas de los cuervos o la noche misma recogido con un trozo de tela. Eso junto a su piel lechosa y sus ojos azules le daban un aspecto hermoso.

- ¿Arthur? - preguntó un poco incómodo ante la intensa mirada que le mandaba - ¿Sucede algo?

- No, nada ¿Está listo el baño? - pregunta después de aclararse la garganta.

- Si, desvistete mientras voy cogiendo los utensilios para tu aseo - pidió con una sonrisa mientras iba a por dichos objetos intentado no mostrarse nervioso como siempre que era la hora del baño.

Arthur al instante se puso nervioso, una cosa era que Merlín le viera como su amada madre lo trajo al mundo cuando era hombre, ahora se sentía avergonzado.

Se desvistio rápidamente y se metió en el agua caliente mientras notaba los músculos relajarse casi al instante.

Después de un momento vergonzoso que pasaron los dos ( Arthur por que Merlín le viera, ya que no permitió que le limpiara el cuerpo; y Merlín que al tener este cuerpo era más sensible, o más hormonal como decían Gaius y Gwen, estaba todo el rato sonrojada cosa que intentaba disimular sin éxito) Arthur se puso a cenar mientras Merlín preparaba la cama.

- Mañana estarán lo suficientemente estables para que puedas hablar con ellos - informó recogiendo los utensilios de la cena.

- De acuerdo, solo espero que Morgana no tenga que ver con esto - murmuró lo último para sí mismo sólo que Merlín lo pudo escuchar y la culpabilidad lo volvió a atacar como cada vez que Morgana hacía el mal.

Con un suspiro, Merlín le deseó la buenas noches a Arthur mientras se iba a las cocinas a dejar las cosas para luego dirigirse a su cuarto con pesadez.
En verdad, deseaba que Morgana no tuviera nada que ver.

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