CAPÍTULO 32

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Dormir es algo muy placentero. Tu imaginación vuela y te lejas del mundo por unas horas. Claro, hasta que te despiertan.

-¡April Rodríguez, despierta!

La voz de la profesora de matemáticas me sobresalta. Sí, estoy en matemáticas, que es la misma clase que comparto con Theo. Si preguntan, no he vuelto hablar con él. Es lunes de nuevo y la última vez que lo vi fue hace dos días.

-Ya, ya – digo intentando abrir los ojos.

No dormí nada el día anterior ¿Por qué? Bueno, unos ojos azules no dejaban de pasar por mi mente. A veces quisiera olvidar a Theo y calmar mis nervios. El día de ayer sabía perfectamente que tenía matemáticas, en realidad, todo los días lo tengo.

-¿Noche dura, señorita Rodríguez? – dice la profesora en tono suspicaz, aunque se perfectamente que es sarcasmo.

Todo la clase tiene los ojos posados en mí.

-Y que lo diga – digo agarrando mis cuadernos de la mesa. Me levanto de mi asiento y me quedo parada – 1... 2... 3... - el timbre de cambio de clase suena. Empiezo a caminar hasta la puerta con mis compañeros mirándome – hasta la próxima, señorita Rossy.

Le doy una mirada a la señorita Rossy que tiene la boca abierta de par en par. Pero, antes de salir, mis ojos caen en Theo que está ubicado un puesto atrás del mío. Tiene una sonrisa que no sé de qué trata, sus ojos caen en mí y niega con la cabeza. Parece que quisiera reír pero no me doy tiempo de escucharlo porque salgo del salón.

Sé que debo ir a mi siguiente clase, pero estoy demasiado cansada. Siento como mis ojos se van cerrando mientras camino hasta el baño. Toco el cerrojo de una puerta y la abro.

Obviamente pienso que es el baño, pero me doy cuenta que me equivoque.

-Santa mierda.

Sí, es un baño pero no el de damas.

-Claxon, te digo que sonaste como una mujer, te lo puedo ju-

Los ojos del extraño expresan sorpresa al verme. Lo primero que más me llama su atención son sus ojos grises, no son verdes ni azules ni cafés, son como dos perlas de color metalizados; siento un clic en mi cabeza.

Es el chico que había visto en la cafetería hace tiempo.

No me acuerdo muy bien de él, pero su cabello castaño me resulta muy conocido. Algo que no puedo pasar por alto es que sus manos están alrededor de su...

-Diablos – volteo mi cabeza hacia un lado para no verlo.

-¿Quién eres? – su tono de voz es algo neutro.

Trago saliva – me equivoque de baño.

El extraño se da la vuelta y rápidamente se cierra el cierre de su pantalón.

-Eso es obvio.

Me volteo hacia la puerta y rodo mi mano en el cerrojo.

-¿Cómo te llamas? – vuelve a hablar el extraño.

¿Le digo o no le digo?

-April .

-Soy Wynd.

Frunzo el ceño - ¿Qué clase de nombre es ese?

Volteo un poco mi cabeza para verlo – sí, lo sé, es extraño. Es casi como viento en español en excepción de la 'y'.

Wynd suelta una pequeña risa que me resulta muy atractiva. Intento no sonreír pero la risa de él es contagiosa. Como la de Theo.

Diablos, otra vez Theo en mi mente.

Paro de reír y le doy una sonrisa amable antes de irme de allí. Salgo al pasillo de nuevo y levanto la cabeza. Frunzo el ceño cuando veo a Theo parado unos metros más delante de mí mirando hacia todos lados.

Los ojos de Theo caen en los míos. Sin decir nada, camina hacia mí.

-Por fin te encontré – Theo me agarra de los hombros –April, ¿Dónde estabas?

Me resulta difícil no mirar lo perfecto y atractivo que es Theo. Pero no debo ser una muñeca desechable de nuevo.

-No te interesa.

Me suelto de su agarre, lo rodeo y camino hacia otra parte lejos de tanta testosterona.

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N/A: ¿nuevo personaje? khéeee.

Bye, los amo.

Bye, los amo

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Separados por una pared [#LEA1] #CarrotAwards2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora