[7]

203 38 17
                                    

Adiós a los sueños, Gracias...



— ¡No quiero irme, no quiero irme!

— ¡Kenneth, deja esta estupidez, te lo ordeno!

— ¡Por favor papá, quiero quedarme aquí!

—Ya no puedo hacerme cargo de ti, solo me estorbas

—Seré bueno papá. Me portaré bien, seré aún más bueno... pero no me lleves lejos

— ¡Ya te dije que no!

El jefe me había mandado un mensaje apenas unos instantes, por lo que entré de inmediato a su despacho. Incluso antes de acercarme se escuchaba un gran alboroto. Gritos y el llanto de Kenny, estaba seguro.

— ¡Craig!

El pequeño cuerpecillo del niño se separó de su nana, corriendo enseguida hasta mí, aferrándose a mis piernas.

— ¡Craig, papá quiere llevarme lejos, no lo dejes por favor!

—Craig ya está harto de tus niñerías, Kenneth. Te irás esta noche y regresarás cuando seas todo un hombre

—No, no, no. Yo quiero quedarme con Craig, por favor Craig, por favor

Su carita se alzó buscando mis ojos. Había esperado tanto para verle en un estado como aquel. Siempre estaba sonriente, así que me preguntaba, cuan deliciosa se vería una expresión de sufrimiento; Y sin embargo, eso no me satisfacía en absoluto.

Sus ojitos estaban hinchados y sus mejillas empapadas. Quería cargarlo y llevármelo conmigo ya mismo, pero sabía que eso estaba contra todo lo que había planeado.

Yo mataría a ese niño. Lo mataría para imponer respeto de ahora en adelante.

— ¡No quiero irme, Craig, Craig!

Tan solo miraba con seriedad todo aquello. Kenny pataleaba contra el fornido hombre que llego por él, a pedido del señor.

—Llévatelo a su cuarto, y no lo dejes salir hasta que llegue la hora de que se largue. Dile a Alicia que prepare todas sus cosas. Quiero esa habitación completamente vacía

—A la orden señor

— ¡No, no, Craig, te quiero, te quiero, no me dejes!

No sabía realmente que expresión tendría mi rostro ahora. Realmente no sabía ni como estar. ¿Dichoso, feliz?

El llanto y gritos del pequeño Kenny se escuchaban por el pasillo aún después de haber cerrado la puerta. No dejaba de llamarme.

—Lamento mucho eso Tucker, pero créeme que ya no causara problemas

— ¿A dónde lo llevará?

—A un internado en Venecia. Estará muy lejos de aquí, así podrás estar enfocado en lo tuyo, ¿No es un alivio?

—Claro que sí...

Y así era, claro, no debía preocuparme por nada. Esto facilitaba aún más las cosas. Si lo tenía cerca me sería difícil el eliminarlo en un futuro.

La última canción [Crenny]Where stories live. Discover now