The mistery of the stars [ StarkQuill Drabbles ]

IV. Book Shop

—¿Encontraste los libros que Bruce dijo?

Pero Quill siguió admirando el libro que tenía en sus manos.

—Hey, Quill...

—Ah, lo siento, ¿Que pasa?

—Los libros de Bruce...

El ojiverde sonrió y asintió para señalar la pequeña torre de cinco libros que estaba al lado de él.
Tony con una sonrisa tomó estos para acercarlos y poderlos pagar.

—¿Es todo, Peter?

—Oh no, me llevaré también yo algunos; pero, yo los pagaré...

Tony no se negó ante ello, no tenía ganas de comenzar una discusión sobre quién pagaría.
El ingeniero pagó aquellos libros y luego un par más para él.
Se entretuvo después observando algunos libros más y cuando dirigió de nuevo su mirada; Peter ya estaba a su lado con su bolsa de libros que había adquirido.

—¿Que encontraste de interesante?

—Oh, un libro enorme que es como un gran mapa de constelaciones, compré uno para Groot...

—¿Para que? ¿Le quieres enseñar las vocales?

Los dos rieron pero el ojiverde negó con la cabeza.

—No, es una recopilación de cuentos para dormir, le podemos leer algunos...

Tony no pudo evitar sonreír ante eso aunque se asomó para ver qué Peter llevaba un libro más.

—¿Y ese?

—Ah... Es algo que llamó mi atención...

Pero por inercia, el guardián cerró un poco su bolsa y luego miró la del ingeniero.

—¿Tú que compraste?

—Oh Pet quería un álbum de estampas y yo compré algo interesante...

Peter ahora se asomó a ver un poco ese libro; no era necesario sacarlo para darse cuenta que era el mismo que ahora tenía en su bolsa.

—Compré el kamasutra gay...

Dijo sin rodeos Quill sacando dicha copia y sonriendo.
Tony arqueó su ceja y luego sacó de su bolsa una copia más de ese libro.

—¿Lo pondremos a prueba dos veces o que?

Las risas no se hicieron esperar mientras veían esas copias ajenas de dicho libro adquirido.
Era gracioso el hecho de que no había pena alguna; solo eran ellos ahora teniendo la enorme curiosidad de intentar todas las posiciones de aquel libro.

—¿Te he dicho que te amo?

—Lo dices solo porque quieres ser el de arriba, Peter Quill.

El ojiverde riendo, dejó un beso en la frente ajena.

—Ah no puedo negar eso...

El moreno regaló un beso en los labios del guardián y apresuraron su camino a esa casa de Malibú; la entrega de los libros de Banner demoraría un buen tiempo.