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Le doy un par de golpecitos al control remoto

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Le doy un par de golpecitos al control remoto. La televisión se volvió a atascar, estoy esperando que sea el control y no lo que realmente creo que es. De cualquier forma, seguramente no había nada interesante en la televisión de todas formas.

El aire de pronto se siente gélida, como si la ventana de un día de invierno estuviese abierto. Los vellos de mi piel no tardan erizarse, uh oh.

La tensión se puede cortar con un cuchillo, es una extraña combinación de sensaciones y de pronto, todo tiene sentido. Una alta figura amorfa empieza a aparecer en la esquina de la sala, con el paso de los segundos la figura comienza a cobrar sentido hasta formar una figura humana.

-Nicholas.

Nicholas es un chico de veinte años, o bueno... era un chico de veinte. Eso fue hasta que fue brutalmente asesinado. ¿Cómo? Ni él mismo lo sabe, y me ha acompañado desde que cumplí los seis años. Por lo menos ahora, en teoría, estamos casi en la misma edad.

- ¿No te asusté ni un poco? -inquiere de forma arisca.

Ah sí, y casi siempre está de mal humor.

-Debes mejorar tu presencia, casi siempre sé que eres tú.

Él pone los ojos en blanco.

Nicholas -O Klaus-, tiende a delatarse por su melena blanca como el algodón y sus hipnotizantes ojos grises ceniza. Se nota que Klaus fue un hombre bastante atractivo, ya que a pesar de su pálida piel -que probablemente obtuvo debido a que no es un ser vivo-, es bastante alto e, indudablemente se ejercitaba con frecuencia.

Él fue el que me ayudo a entender mi "don", aunque al principio se sentía como una maldición.

Cuando recién tenía consciencia, no podía distinguir entre los vivos y los muertos. Mis padres me encontraban hablando constantemente con las esquinas de las paredes, o a la nada. Claro que para una persona normal, era demasiado atípico ver una niña hablando sola. Klaus me ayudó a agudizar mis sentidos fantasmales, como les llamo yo, y a veces, todavía me resulta un poco complicado.

Mucha gente lo expresa como algo terrorífico, y en algunas ocasiones lo es. Sobre todo después de ver una película de terror, y son las tres de la mañana, pero no siempre es el caso.

Klaus y yo somos uña y mugre, a donde quiera que vaya, él va. Literalmente.

Él presencio mi primera caída de bicicleta, primera cita, primer beso, hasta mi primer corazón roto. Juro que parecía que iba a asesinar al tipo, probablemente lo hubiese hecho si tuviera poder sobre los objetos de nuestro plano. Él es lo mejor de mi efímera vida.

- ¿Vamos a seguir viendo "Casper el fantasma amigable"?

Me echo a reír, ver Casper es nuestra tradición. Una forma de burla hacia Klaus cada fin de mes.

Besos que matan |O1| pausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora