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La escuela usualmente es aburrida, me refiero a que sí, a veces es un poco entretenida y con Lowri casi siempre es impredecible

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La escuela usualmente es aburrida, me refiero a que sí, a veces es un poco entretenida y con Lowri casi siempre es impredecible.

Aunque vivir en Ravenwood tiene sus contras, entre ellas, casi nada pasa aquí. Nicholas me contaba que Ravenwood esconde varios secretos, lo que sí sé es que maneja una fuerte corriente de energía, lo que permite que la interacción con los no vivos, sea más fuerte.

    —Realmente me gustaría que estudiaras conmigo —digo pasando la correa de la mochila por un hombro.

    Nicholas me dedica una suave sonrisa reconfortante cruzándose de brazos.

    —¿Y si te dijera que es posible? —baja la mirada unos segundos, y ahora estoy confundida.

    —¿Qué?

—Hay una forma... en la que puedo estar en este plano.

—¿Cómo es eso posible?

—Digamos que encontré la forma —dice vagamente.

Klaus no es de mentir, pero algo en su voz me dice que algo anda mal. Si algo he aprendido, es que todo tiene un precio, sobretodo cuando se trata de la vida y la muerte.

—Klaus, ¿qué está pasando? —él se encoge de hombros fingiendo no saber a lo que me refiero.—Te has estado despareciendo y has estado actuando muy raro últimamente.

—Nada, Thea.

—Klaus.

—Thea —dice él con una ligera cautivante sonrisa.—. Podría ser divertido, así podríamos estudiar juntos. Ni siquiera parezco de veinte.

—No es eso, y lo sabes —suelto un largo suspiro y miro la hora de mi reloj.—. Ya es tarde, hablaremos de esto después.

—¿Te veré en el receso? —inquiere él desde el borde las escaleras, alzo un poco la mirada y me quedo pensando.

Me encanta estar con Klaus, pero a veces quisiera que la gente no pensara que estoy loca. Como mencione anteriormente, es algo atípico de una adolescente estar hablando con la nada, y eso que no me han visto discutir con él, eso si que se debe ver muy loco.

—Si, claro.

Él sonríe, y doy por terminada la conversación bajando por las escaleras. Enciendo el motor de mi pequeña motocicleta verde pistache y me abrocho el casco, el cielo es gris y hace frío, el clima perfecto.

Disfruto mucho manejar por las calles de la ciudad, me ayuda a dejar de pensar en lo negativo y disfrutar de la vida con la fresca brisa de la naturaleza. No lo hago muy a menudo ya que podría irme caminando, el instituto está a tan solo doce cuadras.

Al llegar al amplio estacionamiento coloco la pata lateral, y apago el motor. Espero no nos dejen tarea hoy, aunque debido a que pronto estaremos en exámenes, lo dudo mucho.

Besos que matan |O1| pausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora