—Thea —escucho decir, y me congelo en mi lugar.
Doy media vuelta y veo a Klaus observarme con la mejilla raspada y un ojo morado. Mi enojo hacia él desaparece y, en su lugar, la preocupación es la que se apodera de mi ser.
—Klaus, ¿qué te pasó?
Se relame los labios dubitativo, parece no tener intenciones de contarme lo que le ha pasado.
—Thea, necesito que me escuches. Por favor.
Sus ojos grises me miran suplicantes, no puede ser peor de lo que ya me ha dicho.
—¿De dónde sacaste eso? —inquiere bajando la mirada hacia la carta entre mis dedos. —¿Qué dice?
—No entiendo, solo dice "220"
—Carajo.
El tono de su voz es preocupante, ¿qué está pasando?
—Klaus, ¿qué está pasando?
Me vuelve a mirar y suelta un largo suspiro.
—Hay algo que no sabes. Algo que debí haberte dicho aquel día que te conocí, pero eras demasiado joven para entenderlo.
La impaciencia me consume—Klaus, me estás asustando.
—El día que moriste, el día que naciste... se hizo un trato con la muerte. Tendrías 19 años llenos de vida y plenitud, sin ningún problema.
¿Qué? No estoy entendiendo nada, me está jugando una broma. Debe serlo, aunque creo que eso no es tan descabellado como todo de lo que ya me he enterado.
—Faltan 220 días para tu cumpleaños.
No. No. No puede ser lo que pienso que es, ¿verdad?
—Ese día la muerte te llevará y pasarás al siguiente plano.
No sé porqué, pero la risa sale disparada como una bala de mi cuerpo. No sé ni siquiera porqué me estoy riendo, esto no me da risa, todo lo contrario.
—Thea, no estoy bromeando. Estás en peligro.
Sigo riéndome sintiendo un dolor en mi estómago, y pánico que debí haber sentido desde el inicio se empieza a apoderar de mi cuerpo de poco a poco haciendo que tome asiento en la orilla de la cama. Siento como la sonrisa poco a poco se va debilitando hasta formarse una fina línea neutra.
Okey, respira. Todo tiene solución, ¿no?
Excepto la muerte.
—¿Por qué se hizo un trato con la muerte desde un inicio? ¿Cómo fue que accedió?
Nicholas me mira desde arriba y no puedo evitar dejar de ver los moretones en su cara.
—Eres una chica especial, Thea y no hablo de la clase de "especial" que te hacen creer tus padres. Hablo de que eres genuinamente especial.
—Sigo sin entender.
Mi amigo abre la boca para hablar, pero es interrumpido por una voz de la planta baja.
—¡Thea! ¡La comida está lista! —oigo a mi mamá gritarme.
Los ojos grises del peliblanco me analizan, y puedo sentir que hay muchísimo más de lo que me ha dicho.
—Te lo explicaré todo, mientras tienes que venir conmigo.
—¿A dónde vamos? No puedo dejar a mi mamá sola.
—Thea, esto es de vida o muerte. No te puedes seguir quedando aquí.
—¿Qué le digo a mi mamá? No la puedo dejar así como así.
ESTÁS LEYENDO
Besos que matan |O1| pausada
ParanormalThea siempre ha llevado una vida normal, bueno a excepción de que puede ver a los muertos, pero eso es considerado normal, ¿no? Lo ha hecho desde que tiene consciencia, el único problema es que le quedan 238 días de vida. En su cumpleaños número 19...