Capítulo 1°

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               Todo comenzó ese otoño frío, era la primera vez que comenzaba a nevar tan temprano en el año. Recuerdo que ese día mamá llegó muy feliz a casa, yo solo tenía 7 años, me cubrió con su frazada y me abrazó fuertemente:
- ¡Hija! - dijo - Mamá ha conseguido un empleo.
- ¿Enserio mami?.
- Sí, amor. Mañana comenzaré.
- ¡Entonces!...
¡¿Asistiré al colegio?!.
- Por supuesto, podrás estudiar mi niña.
- ¡Que súper!...
                 Quizá suene extraño el hecho de que alguien se alegrara demasiado cuando obtuvo un empleo, y más cuando ese empleo era ser empleada doméstica. Pero para nuestra situación, esa era una buena noticia. Hacía unos días mamá dijo que yo no estudiaría, pero ahora sí podría hacerlo.
               A la mañana siguiente , muy temprano, ella me despertó. Me dijo que yo tendría que acompañarla a trabajar, pues sola no me dejaría en casa. Así que me levanté, alisté y después la acompañe.
           Llegamos al lugar donde mi madre trabajaría, era una casa enorme, tenía cochera, piscina y un patio extremadamente grande. El interfom sonó : " Señora Kim, pase por favor".
            Yo estaba realmente sorprendida, todo a mi alrededor era nuevo. Sabía que jamás tendría esas "cosas" , pero aún así le dije a mamá que me las comprara. Ella sonreía cálidamente cada vez que yo repetí esas palabras, y nunca dijo que no, solo asentía.
           Llegamos a la casa principal, la puerta se abrió y un Señor alto con traje negro y guantes blancos nos saludó muy amigablemente.
- La señora la espera, está en la sala.
- Gracias - respondió mamá.
             Cruzó la puerta, avanzó unos metros y entonces llegó a la sala. Ahí sentada, se encontraba una mujer muy bien vestida, de hecho era muy bonita. Al ver a mamá ella se levantó, me miró y sonrió;
- ¿Ella es tu hija? - preguntó.
- Sí señora, es mi niña - respondió mamá, parecía que estaba muy orgullosa de mí.
- Bien, ¿Trabajarás todo el día aquí? O ¿Prefieres medio turno?.
- Como tengo que cuidar a mi niña, preferiría medio turno.
- Correcto, entonces a partir de mañana entrarás a las 8am y saldrás a las 2pm. ¿Esta bien?
- sí señora, esta bien.
- Por hoy saldrás a las 4pm, porque me hace falta personal. Ya mañana se respetará tu horario.
- Bien, y de nuevo gracias por esta oportunidad que me ofrece.
          Mi madre me dijo que jugara en el patio, que no entrara a cualquier lugar de la casa y además, que no fuese a romper algo porque ella no lo podría pagar, todo ahí era de alto valor.
           Le obedecí, salí al patio y en una banca que estaba bajo un árbol, me senté. El tiempo transcurría muy lento, ya estaba aburrida, pero entonces una niña salió y se acercó a mí.
- ¡Hola! - dijo ella muy amigablemente - ¿Como te llamas?.
- Hola, soy JiSoo ¿Y tú?.
- Yo soy Jennie, pero...
¿Que haces aquí afuera? ¡Hace mucho frío!. Mejor vamos adentro.
- Bueno, vamos.
- ¿Tu mamá es nueva aquí?.
- Sí, hoy comenzó a trabajar.
- Oh que súper entonces.
- Pues sí ...
pero te ves pequeña ¿Que edad tienes?.
- Tengo 5 años ¿Y tú?.
- Yo tengo 7 años.
- Ahhh eres mayor que yo y también que mi 'oppa'.
- ¿Tienes un hermano?.
- Sí, nada más que es muy odioso. Siempre me molesta, pero mamá lo regaña. Pero bueno, mejor juguemos.
- Bueno, ¿Qué jugamos?.
- ¡Espera! Iré a mi habitación por unos juguetes.
            Jennie era una niña muy amable, me dejó tan sorprendida su actitud. Su mente no era la de una niña de 5 años, más bien parecía la de alguien más grande. Rápidamente se ganó mi corazón.
           Después de que ella se fué ¡Lo conocí!, Ahí venía bajando la escalera principal. Me miró, se acercó a donde estaba sentada.
- ¿Tú quien eres? - preguntó de manera abrupta.
- Hola, soy Jisoo. Mi mamá empezó a trabajar aquí - respondí de manera muy tímida.
- Ah, entiendo. Y ¿Qué haces aquí?.
- Espero a Jennie, porque vamos a jugar.
- ¿Ya conociste a mi hermana?.
- Sí, es muy linda.
- Hay veces que las apariencias engañan, así que ten cuidado - dio media vuelta y luego volteó - Por cierto, soy Kyuhyun. Choi Kyu Hyun.
             Aquél fue nuestro primer encuentro, debo admitir que me pareció un niño mal educado y grosero. En esos momentos ¡Jamás pasó por mi mente lo importante que llegaría a ser para mí ese niño!
[…]

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