- Oh, hola Yug, ¿Cómo has estado? - le dedicó una sonrisa y pasó una mano por su cabello como era costumbre, mojó sus labios con su saliva dándole cierto brillito tentador en lo que mantenía fija la mirada en aquel chico
- solo quería recordarte que hoy me vas a ayudar a estudiar para mi exámen de historia - El más bajo concentró su mirada en aquellos ojos que le encantan, sentía como si el menor pudiera comerlo con tan solo verlo
- No se me olvidaría jamas un compromiso tan importante como lo es ese - le dedicó una sonrisa coqueta mientras se acercaba al castaño - Sabes que si aprendes rápido te doy una recompenza - Pasó una de sus manos por la mejilla del más alto besando castamente la comisura de sus labios, sabía a la perfección que Yugyeom era muy dócil de manejar y no le tomaba mucho trabajo que él hiciera lo que le pedía - Se un buen chico y podremos tener la cita que tanto me has pedido.
Muchos solían decir que Jimin era una masita de ternura y que era la persona más amable del mundo; a decir verdad no estaban muy alejados de la realidad, él estaba dispuesto a ayudar a quien sea sin importar qué, pero una de sus facetas que muy pocos conocían es que amaba que lo follaran como si no hubiera un mañana. Era un completo amante del sexo y tenía el pequeño fetiche de follar cada vez que le daba tutorías a algún estudiante de su universidad. Se había vuelto algo muy común, para él era un honor poder ayudar a entender a sus compañeros los temas que no conocían, pero significaba mucho más que lo follaran como una recompensa por haber sido un buen alumno.
- ¿En serio? - Lo vió asentir levemente con su cabeza y sonrió, le había rogado tanto a Jimin por una cita y por fin estaba dando resultados - Ya verás que solo necesitarás explicarme una vez, después de todo soy tu mejor alumno en tus tutorías.
- Lo sé Yug, pero ahora me tengo que ir. Ya estoy demasiado tarde para mi clase - Dejo un beso en su mejilla en signo de despedida y cuando estaba a punto de irse hacía su salón la delgada mano se su amante lo detuvo.
- No pienses que te dejare ir así no más - Agarró la cintura del pelirosa y con su mano agarro su barbilla para juntar los labios de ambos, eran tan esponjosos que siempre añoraba poder besarlos aunque sea por un corto tiempo, sin duda que Jimin lo tenía completamente loco y le fastidiaba la idea de no ser el único que lo besaba, que lo tocaba o que podía follarlo. Él estaba dispuesto hacer lo que sea solo para tener a Jimin para él solo, él podía tener sexo con Jimin cada que este lo desee, no era necesario que tuviera a toda una lista de hombres con los que se podía acostar porque él podría darle a Jimin todo lo que quisiera si solo se lo pedía.
- Ahora si me voy, amor - Habló el mayor después de cortar el beso, le sonrió levemente y se encaminó por el pasillo para ir hasta su salón, dejando a mitad del pasillo a un castaño con el corazón en la boca con tan solo aquella palabra.
Los tres primeros periodos de clase ya habían pasado, por lo que el inicio de un descanso de medía hora se hacía presente, todos los estudiantes salían de sus aulas de clase con leve toque de estrés, ser un universitario era un completo asco, la idea que de pequeños se piense en entrar rápido a la universidad porque sería muy diferente al colegio era una mierda. Si, la universidad en parte era diferente pero por todos los trabajos, parciales, y desveladas que se tenía que pasar.
En medio de aquel bulto de estudiantes que se dirigía a la cafetería iba Jungkook siendo seguido por un alegre Taehyung que aprovechaba toda oportunidad para hablar con el amor de su vida.
- Oye Jungkook - Habló el pelirrojo viendo hacia el suelo con cierto nerviosismo - Mi abuelita viene de visita hoy, y mamá quiere hacer una cena para ella y quiere que lleve a Jimin y a ti - relamio sus labios viendo de reojo al menor que iba viendo la pantalla de su celular.
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Que Empiece El Juego [yoonmin]
FanfictionSu obsesión le ha llevado a cometer grandes locuras solo para tener aquel chico para él solo. Y no piensa parar hasta tenerlo suplicando de rodillas por un poco de piedad. Park Jimin calló en las garras del mismísimo lobo, su vida corre peligro en m...