Palabras

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PALABRAS

Sólo cuatro palabras fueron necesarias para apaciguar la ira del ángel.

Fueron —casi— gritadas por el cazador, fuertes, claras y concisas. El hermano menor quería que la tierra se lo tragara y lo escupiera en algún otro lado, sin duda, presenciar aquello había sido incomodo para él. La sonrisa que llenó el rostro de Jimmy Novak, el recipiente de Castiel, no tenía precio alguno. Totalmente hermosa, una maravilla. El Winchester mayor abrió la boca varias veces tratando de agregar algo, una cosa que cambiase lo que recién le había dicho, casi gritado al pálido hombre de tan azules ojos.

—Escúchame, Castiel —hizo una pausa y respiró hondo—, te amo.

Los cerúleos brillaban, una sonrisa se asomaba. Ojos verdes no dejaban de buscar la mirada tornasol del Winchester menor, necesitaba ayuda y Sam renegaba su mirada.

—Tú lo dijiste, tú lo arreglas.

Samuel se fué. No tuvo opción mas que encarar a la otra persona. Antes de siquiera tener oportunidad de reaccionar, el tacto suave de unos labios sobre los suyos le embargó de tranquilidad, cerró los ojos y correspondió semejante acción.

»—También te amo, Dean.«

Escuchó en su mente la voz del ángel, sonrió durante el beso. Eso era todo lo que hacía falta: Palabras.

Entre espinas y rosas » DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora