CAPITULO 4: Empieza a hacer justicia.

36 3 0
                                    

Cuando Lucas llegó a su casa cogió el portátil para buscar información. “Herencia (Ciudad Real) leyenda” buscó y empezó a leer una página dedicada a la leyenda – 14 de Diciembre de 2013, siglo XXI. Un adolescente muere asesinado por un grupo de vandalismo. Mario, 16 años. Su mascota canina (Bandi) desaparecida el día 18 de Diciembre después de pasar 2 días junto a la lápida. – Todo eran titulares de noticias, después de estar más de 15 minutos leyendo titulares encontró lo que realmente buscaba – La leyenda de Herencia, nació el 22 de Junio de 2014, cuando Marlon, un adolescente de 17 años asegura haber visto a Mario en la cueva donde apareció asesinado, en el segundo molino de la sierra exactamente. Cada vez se hacía más conocida, ya que iban siendo más los habitantes de Herencia los que aseguraban haber visto a Mario y oído a Bandi por la sierra de San Cristóbal en numerosas ocasiones. Actualmente, ya en el siglo XXIV se sigue asegurando que todos los 14 de Diciembre en los que hay luna llena se oye aullar a un perro y silbar una persona, de ahí la gran polémica entre sociedad y ciencia, ¿leyenda o realidad? – Lucas quedó más a favor de la sociedad. Tras un rato buscando más información decidió irse a dormir y llamar al día siguiente a Fran.

27 – 10 – 2313

Son las 10:00 de la mañana y Lucas no tarda en llamar a Fran nada más despertar.

-         Cabrón… estaba durmiendo. – contestó Fran con voz ronca.

-         Fran, el hombre tenía razón.

-         ¿Qué dices tú ahora…? Lucas tío, lo tuyo no es madrugar.

-         ¿Te acuerdas del anciano de ayer?

-         En serio… ¿todavía sigues dándole vueltas?

-         Sabía que por algo lo decía, quedamos y te cuento.

-         Vale… a las once en el quiosco de mi calle.

-         Ok, allí estaré puntual.

Llegan las diez, Fran y Lucas se juntan en el quiosco.

-         A ver qué es eso tan interesante – dice Fran con voz vacilona.

-         Toma – Lucas le da la historia de la leyenda.

-         ¿Qué es esto?

-         Lo imprimí anoche, es la leyenda del pueblo.

-         Ah… ¿Qué el pueblo tiene leyenda? – Pregunta Fran mientras lee por encima.

-         Sí, es a lo que se refería el anciano.

-         Él no dijo nada de leyenda.

-         Me lo encontré cuando iba para mi casa, le pregunté qué a que se refería y me lo dijo.

-         Ah… muy bien, una leyenda, ¿para eso me haces salir de la cama? – dice Fran aplaudiéndole a Lucas.

-         No es una leyenda cualquiera, hay algo que me dice que es verdad.

-         Mira Lucas, deja de preocuparte por tonterías, yo me voy a mi casa. – Contesta Fran mientras coge su bici y arranca.

-         ¡Pero Fran!

-         ¡Deja de pensar tanto!

Fran se fue para su casa pero Lucas no se quedó conforme – pues subo yo solo… - se dijo Lucas a sí mismo, montó en su bici y subió a los molinos de San Cristóbal. Llegó al segundo molino, al que se referían en el reportaje, comenzó a buscar la cueva y tras más de media hora buscando la encontró, al pie del molino, escondida entre piedras. Al pasar un escalofrío recorrió el cuerpo de Lucas – que mal rollo da esto – comentó. Mientras miraba hacia el interior de la cueva escucho detrás suya el ruido de hojas pisadas, la sorpresa fue cuando se dio la vuelta y se encontró con que era una dulce “perrita” bastante grande – hola… ¿qué haces por aquí sola? – Dijo Lucas mientras se acercaba a ella – no te voy a hacer daño – comentó acariciando su cabeza; de pronto, levanto las orejas, miró hacia el molino y salió corriendo – bueno adiós… - susurro Lucas. Tras 20 minutos por allí decidió bajar al pueblo, cuando llegó al final del camino se volvió a encontrar con el anciano del día anterior.

-          ¿Otra vez por aquí? – dijo el anciano.

-         Si… eh… busqué información sobre la leyenda y decidí subir.

-         Yo que tú no andaba tanto por allí arriba.

-         Ya, bueno… no soy el único que sube, alguien estaba por allí con su perra.

-         ¿Quién? – preguntó el anciano mirando fijamente a los ojos de Lucas.

-         No sé… no vi al dueño, la perra se acercó a mí mientras estaba en la cueva del segundo molino y enseguida salió corriendo

-         ¿Has ido a la cueva?

-         Sí, he leído que ahí murió un chico en el siglo veintiuno.

-         Ven conmigo. – le pidió el anciano a Lucas.

El anciano llevo a Lucas a su casa.

-         ¿Aquí vive usted? – preguntó Lucas mirando cada rincón de la casa.

-         Sí.

-         Me trae a su casa y no sabemos nuestros nombres, me llamo Lucas. – dijo Lucas mientras le echaba la mano al anciano.

-         Yo Enrique.

-         Y… ¿a qué me ha traído?

-         Ah… si… -  contestó Enrique mientras abría un cajón y sacaba una foto. - ¿Te suena de algo este perro? – preguntó mostrándole a Lucas la foto.

-         Sí, es el que he visto en los molinos. – contestó Lucas sorprendido.

-         ¿Seguro?

-         Sí, sí estoy seguro, es el mismo.

-         Lo sabía, quiere hacer justicia, siguen allí.

Te Toca Pedir PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora