Extra #2: Kageyama y Kiyoko

394 33 11
                                    

Kageyama

Posiblemente la mayoría pensó que era una locura estar de novio con alguien dos años mayor que tú, algo que realmente no me intereso en los más mínimo.

Ni siquiera puedo decir cuando fue que termine enamorándome tan profundamente de ella, aún cuando me negaba sabía que ya no podía hacer nada para evitarlo.

Fue un día de diciembre, exactamente un año después de que terminaras la preparatoria que decidí decirte lo que sentía y simplemente confesarme.

Te cité en un parque cercano a Karasuno, pero, al mismo tiempo te quedaba de paso a tu universidad. Nos hicimos buenos amigos en tú último año en Karasuno, nos veíamos a escondidas de los demás a hablar sobre todo y nada al mismo tiempo. Tú me escuchabas y yo lo hacía contigo. Había logrado ver más allá de la Kiyoko que decías ser o que mostrabas. Había conocido tu lado tierno, tu lado triste, en fin, tu lado verdadero; fue así, como sin querer, me fui enamorando de tí.

Te demostré quien era en verdad, te conté todo de mí. Fuiste mi apoyo en los momentos difíciles y te lo agradezco eternamente.

Recuerdo que tu estabas más emocionada que yo cuando te confesé que me gustabas. Simplemente sonreíste y eso fue suficiente para que me quedará tranquilo, conocía tus sonrisas. Conocía esa sonrisa.

Nos hicimos novios, te pasaba a buscar de tu universidad por las noches ya que trabajas por el día. Me decías que no era necesario pero tú eras mi recarga de energía luego de un día completamente agotador. 

En el tercer año de preparatoria, segundo tuyo en la universidad, simplemente todo fue un asco, no podía conmigo, no entendía que me pasaba. Solo decidí ocultarlo pero llevábamos casi un año juntos, me conocías a la perfección. Me ayudaste con mis temores y demonios, y te lo agradezco eternamente.

Fue dificil cuando tuve que mudarme a Tokio pero no fue un obstaculo para nuestra relación.

Estuve en tu graduación y no pude estar más contento y orgulloso de tí.

Celebramos esa noche como no tenía idea, solo tú y yo. Fue maravilloso.

Estuviste allí cuando salimos campeones mundiales con la selección nacional, no podía dejar de llorar y estuviste allí para abrazarme y llorar junto a mi.

Luego de un tiempo decidí de que lo mejor sería unir mi vida contigo, hasta ahora y creo que nunca podría llegar a sentirme arrepentido de haber tomado esa decisión.

Me llamaste loco cuando al terminar uno de mis partidos en la pantalla había salido las palabras "Kiyoko, ¿Te casarías conmigo?" Al principio pensaste que no era para ti pero cuando todo el estadio tenía su mirada fija en la pantalla donde se mostraba tu cara te diste cuenta de que si, eras tú.

Obviamente tu respuesta fue positiva, mis padres y los tuyos estaban allí porque les habia dicho lo que haría. Estuvieron muy felices al igual que tú y todo el estadio.

Fue una ceremonia pequeña, solo con nuestros amigos más cercanos y miembros del equipo de Karasuno. Aún recuerdo perfectamente como tus ojos brillaban por las lágrimas, por emoción y por amor.

Tanto te encanto la luna de miel en Italia que decidimos mudarnos allí. Creo que la sorpresa fue que antes de que tomáramos la decisión un equipo italiano pedía por mi para jugar en la liga nacional.

Fue difícil al principio, nueva cultura, nueva lengua, lugares completamente diferentes pero juntos logramos adaptarnos. Viajábamos a Japón cada vez que podíamos. Íbamos a la casa de tus padres, luego de los míos, por Karasuno para ver que tal estaban la siguiente generación de estrellas del volleyball. Aunque estabamos cansados no podíamos faltar a la reunión de amigos que se hacía cada vez que íbamos. Quién diría que Tsukushima Kei sería el primero en ser padres de todos. Su pequeño niño de apenas unos meses (cuando eso) era la mezcla perfecta de ambos padres y su nombre simplemente le queda perfecto: Tsukushima Yamaguchi. Todos sonreímos porque Yamaguchi no es algo que podría pasar de nosotros fácilmente, además decir que el engendro no era mimado por todos sus tíos sería decir la mentira más grande del jodido mundo.

Pasaron tres semanas exactas cuando volvimos a Italia que habías comenzado a sentirte mal, te sentías débil y no te veías con la misma energía de antes, decir que estaba preocupado era poco.

Luego de varios análisis nos dieron la respuesta a todos tus malestares: estabas embarazada. Grité y salte por todo el pasillo del hospital mientras tú solo me mirabas con esa sonrisa característica, te abrace, te besé y te amé aún más ( si es que eso era posible).

Fueron meses difíciles, tu embarazo era de alto riesgo por lo cuál necesitabas estar de reposo todo el día y hacer muy pocas cosas. Yo tenía la temporada por delante y no podía estar contigo pero habías hecho buenos amigos en Italia que estaban contigo y eso me dejaba más tranquilo.

Fue un viernes luego de terminar el último partido de esa semana que Pierre me llamó "A roto bolsa" casi me desmayo, me lave la cara, me puse el buzo del equipo y aún vestido con el uniforme fuí hasta el hospital.

Varias horas después, donde casi me rompes la mano y me dijiste que nunca más ibas a dejar que tengamos relaciones sin protección, llegó al mundo Tobio Piero. Con padres japoneses pero de nacionalidad italiana, un gran hombre.

Y ahora, que estoy aquí, disfrutando mis vacaciones en Salerno contigo y nuestro pequeño entre tu brazos mientras te abrazo, se que no necesito otra cosa más porque ustedes completan todo de mi y me hacen sentir pleno.








Piero: pequeña roca
Kageyama dice gran hombre en referencia al significado del nombre de su hijo y al pequeño gigante.



Good Bye.

Es gracioso como empecé a escribir esto con 17 años y lo terminé con 20 años.
El tiempo pasa volando, ¿No?

La Problemática vida de Yamaguchi TadashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora