Mi cuaderno favorito (Freddedy)

final

Noche de bodas. Mientras la familia seguía en la fiesta, sin capturar la presencia de los chicos, estos mismos se encontraban ya en una habitación del hotel donde se realizó el convivió.

-- ¿Estas listo para esto? -- pregunto el azabache --.

-- Lo estoy. -- dijo cerrando los ojos --.

Los besos comenzaron en el cuello, y a medida que las prendas abandonaban el cuerpo de ambos, besos se posaban sobre la desnuda piel de estos mismos.

Lamidas. Mordidas. Nalgadas.

Todas presentes, con amor.
Ese lujurioso deseo que sólo se puede dar a quien realmente amas.

Los gemidos, los jadeos, las lágrimas, los "Te amo".
Rondaban por la habitación donde se encontraban. No era necesario preguntar para saber que lo disfrutaban.

Ya eran uno. Se pertenecían el uno al otro.
Una vida juntos.
Felices.

Ese lápiz. Ese cuaderno. Fred, medio dormido, medio despierto escuchaba el suave tacto que tenia el lápiz con la hoja, como si la acariciara.

Entre abrio un ojo, lo que vio fue a su esposo. Sentado con su camisa la cual le quedaba grande, el anillo en su dedo brillaba con la luz del sol, igual que los ojos del castaño.

Ese azul que era comparado con el cielo, y el azabache podía jurar que Freddy brillaba mas que eso que se escondía tras las nubes.

-- Despertase.... -- hablo calmado el moreno --.

Este se levantó de su asiento, sentándose en la orilla de la cama, acomodando la cabeza del pálido sobre sus piernas besando su mejilla.

-- Buen día, Bebé. -- dijo el azabache propinando un beso en los labios a su amado --.

-- Buenos días, Corazón. -- finalizó el moreno --.

-- ¿Qué dibujadas? -- pregunto intrigado el mayor --.

-- Oh, solo algo que me gusta mucho. Ven, vamos a desayunar -- le dijo levantándose mientras se vestía --.

Bajaron a desayunar.

El dibujo.
El vivo retrato de Fred quedó enmarcado en esa habitación. En el cuaderno favorito de Freddy.