Unos días después de la comida con amigos y esas cosas bonitas de la vida, tenía que ir a clases y por primera vez desde que pasó todo el rollo con lo de mi padre y mi abuelo no podría ir con Megan. Ella me dijo que iría a segunda hora y que me adelantara, por mucho que me molestara no saber si ella estaba bien al menos sabía que no era porque ella estuviera con otro, ella no sería capaz de hacerme eso, no a mí.
Fui con mi calma habitual por la calla de camino al instituto, por el camino, a lo lejos, vi a un viejo conocido de cuando fumaba porros, ya hacía un tiempecillo que no fumaba y eso la verdad es que me estaba llevando por el buen camino. El colega me vio desde su posición y vino hacia mí con aires amigables.
- Alex, tío ¿Cuánto hace que ni nos vemos? Me tienes abandonado, ni me llamas, ni me escribes... ¿Dónde te metes?- me dijo mientras me chocaba los puños y yo reía por todas sus preguntas, parecía una ex novia celosa.
- He estado ocupado con mi novia y esas cosas... ya sabes.
- Wo wo wo wo... para el carro... ¿Tú con novia? Eso quiero verlo.- me dijo sonriéndome pícaro.
- Ni de coña, no te la presento ni aunque seas el último amigo que me quede con vida.- le digo en broma.
- Eso duele... mira hago una fiesta en donde la casa abandonada a la que solíamos ir de críos, te vienes y la traes contigo.- me dice como si fuera una orden.
- ¿Acaso quieres que comience la tercera guerra mundial?
- No, solo quiero que socialices con gente nueva e interesante... además, me muero de ganas de conocer a tu novia.- dice más sincero que nunca.
- Está bien, la llevaré... pero al primero que la mire guarro le parto las piernas, quedas avisado.
- Hecho.- dice haciendo que choque puños con él de nuevo.- nos vemos esta noche... a las 11 de la noche, no llegues tarde.
- Llegaré a la hora que me dé la gana, como siempre.- le dije, reímos y volví a coger camino hacia el centro estudiantil.
Llegué a tiempo para la primera clase, ya no tenía que ir todos los días al despacho de la psicóloga así que me dejaron tranquilo. Me senté en el mismo asiento de siempre y saqué mis libros sin problema ninguno, por lo visto los chicos de mi clase no estaban por la labor de tocarme la moral.
Casi a la segunda hora recibí un mensaje de Megan que decía que ya estaba fuera y que a la siguiente entraba, me quedé mucho más tranquilo al ver que no le había pasado nada en este tiempo sin ella. Sé que parezco un paranoico o un controlador, pero con todo lo que me ha pasado las últimas semanas quiero asegurarme de que no le pasa nada, quiero protegerla hasta mi último aliento, daría todo lo que tengo por Megan, hasta mi vida.
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LOS PASOS DE MIS PADRES (amar o no amar 2)
Novela JuvenilAlex y Marian Sanders son los hijos de Gema y Lion Sanders. Esta vez seguiremos de cerca los pasos de Alex, el hijo mayor de la pareja que protagonizó la precuela de esta historia. Veremos como huye, pelea, juega y hace de las suyas mientras descubr...