CAPITULO 7

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Voy al hospital como voluntaria, me sorprende que Dan este visitando todos los fines de semanas el mismo, es un gran voluntario, y debo decir que es muy tierno con los abuelos y los niños, siempre se están riendo cerca de él, y lo esperan con ansias; por suerte a mí también me han tomado aprecio y debo decir que es agradable trabajar con él, siempre es muy amable, atento y no ha intentado nada conmigo, si debo ser franca eso no me alegra en lo absoluto.

Entro al hospital, me acerco al mostrador donde esta señora Julieta, la encargada de entrada...

-¡hola Luz!, ¿Cómo estás?

-bien, ¿y usted?

-bien cariño, hoy te toca la sección de abuelos con Dan

-perfecto, ¿él ha llegado?

-sí, hace unos 5 minutos

-de acuerdo, adiós

-hasta luego Luz

Cuando llego me que en la puerta observando a Dan, esta con la abuela Tilers, está haciendo un truco de magia donde saca una flor de  detrás de la oreja, cuando lo hace las abuelas estallan en risas y aplausos, lo adoran; me resulta tan tierno.

Pronto se da cuenta de que estoy en la puerta y se acerca

-¿que estás haciendo ángel?-me dice al tiempo que deposita un casto beso en mi mejilla

-Eres tan tierno-le digo, al instante me arrepiento, no tengo ningún filtro últimamente cuando estoy con él. Me pongo del color carmesí nuevamente

-esa palabra te describe mejor a ti, en todos los sentidos

-¿te adoran lo sabes?

-son muy afables, me da pena que sus familiares los hayan dejado  de esa manera

-A mi también- nos dirigimos a la sección infantil-me alegra presenciar esta faceta tuya

-que puedo decir ángel, me haces una mejor persona- él sujeta mi mano, no la aporta, anhelaba su contacto

-siempre evadiendo mis preguntas-le contesto, el se limita a sonreír, de esa manera que hace que mi corazón se derrita

Me preocupa un pequeño niño que está muy enfermo, le he tomado mucho cariño y me rompe el corazón que se encuentre en ese estado de salud cuando tendría que estar jugando con sus amigos. En los últimos días ha empeorado.

Cuando llego la enfermera me dice que me despida de él y rompo en llanto, Dan me sujeta, mientras me aprieta contra su pecho en un abrazo

-Tranquila ángel, todavía se puede recuperar

-¿no escuchaste lo que dijo la enfermera?, es solo un niño

-Ven, estemos con él, nos necesita

Cuando llegamos estaba durmiendo, Dan limpia mis lagrimas con las gemas de sus dedos, nos sentamos en el borde de la cama, y sujetamos sus pequeñas manos.

-Luz quiero que hagas algo por mí, ¿de acuerdo?

-si-le respondo

-bien, coloca la palma de tu mano en su pecho

Hago lo que me dice

-bien, ahora imagina que su corazón empieza a latir mas y mas fuerte cada segundo que pasa

Sigo sus indicaciones

-Respira con lentitud, como si cada suspiro tuyo, fuera un latido de su corazón que lo aferra a esta vida

No entiendo porque me dice todo esto, pero no protesto, de pronto veo una luz blanca que sale de mi mano, destellos de luz dorada, contengo la respiración hasta que se extingue ¿No entiendo que paso?, ¿me imagine todo aquello?

Después de unos minutos, Tom empieza a moverse en su cama

-¡rápido llama a la enfermera!-me dice Dan

A viva voz la llamo, en cuestión de segundos vine con un doctor. No nos dejan entrar.

-¿Qué paso?-le pregunto a Dan

-Creo que se va a recomponer

-¿que era esa luz?-le pregunto

Se encoge de hombros, seguro que me la imagine, así que decido dejar pasar el tema. Una hora después sale el doctor

-Se va a recomponer-nos dice

-¿Qué paso?-le pregunto

-no tenemos idea, le hicimos un cúmulo de estudios y todos salieron bien. No comprendemos como se ha curado.

-¿Qué quiere decir?-le pregunto

- ha sido un milagro-replica con una sonrisa y se va

-¿Dan escuchase eso?-le digo mientras lo abraso con todas mis fuerzas

-Si ángel, lo escuche-de pronto nuestras bocas están a centímetros de distancia

-Me gustaría tanto besarte-dice mientras sujeta mi rostro con sus manos

-¿me estas pidiendo permiso Dan Ritch?-le contesto mientras una sonrisa se extiende por mi rostro

Él acerca su boca lentamente, mi corazón empieza a latir cada vez mas y mas rápido; su toque es un roce, dulce y tierno, lentamente sus labios se moldean a los míos, y se funden juntos; pide permiso para entrar en mi boca, titubante la abro dejándolo pasar, saborea mi labio inferior al tiempo que tira gentilmente de él; cuando nos separamos nuestras respiraciones están alteradas

-¿mira el efecto que tienes en mi?-dice con un susurro ronco

-sí, quiero

-¿Qué, no te entiendo?

-sí, quiero salir contigo  Dan Ritch

-no hay nada que me alegre más que escuchar esas palabras salir de esta tentadora boca- me acerca a su pecho, lo abrazo, puedo sentir su corazón latir.

No sé si tome la decisión correcta, pero no puede negar mas lo que siento, me complemente en todos los aspectos y yo a él.

LA PROFECÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora