Todo es demasiado complicado

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- Eh, __________, vamos, es hora – escucho como Tri me despierta con una sonrisa en la cara, sentada en la cama. - El sol ya va a nacer.

Comienzo a levantarme, Tri abre las cortinas y la ventana de la habitación. Ella se sienta a mi lado y juntas vimos el amanecer; no pude evitar dar una amplia sonrisa.

- Buenos días - digo con la voz medio ronca.

- Buenos días, voy a hacer el café - mientras ella va a la cocina, agarro mi notebook y empiezo a revisar mis e-mails y encontré uno donde Liza me envió la nueva agenda del mes, y hoy tengo compromisos en el estudio a las 10 de la mañana. Me voy a la cocina y veo a Tri preparar nuestro café y huevos revueltos, una de sus especialidades. La cocina de su casa es estilo americano, con balcón, banquetes y todo. Tomé asiento y apoyé los codos en el mostrador.

- Ya está listo - Tri sale de la cocina y la ayudé a colocar la mesa con la comida. Termino y me senté a comer; después de unos minutos, ella vuelve y hacia la entrada de la cocina, con uno de los brazos extendidos.

- ¿Qué es esto? - ella pregunta con la pulsera que Bruno me dio colgada en su dedo. La miro y luego vuelvo a mi plato, siento totalmente indiferente.

- La pulsera que Bruno me dio – digo secamente.

- ¿Y porque en vez de estar en tu muñeca, estaba en el suelo del baño? – dice frunciendo el ceño.

- Por qué la dejé allí - Tri pasa al otro lado del mostrador, lo cubre y me mira, pasa.

- _________, ¿Cómo? Que está ocurriendo... - levanto mi cabeza, interrumpiéndola.

- Lo encontré con otra mujer ayer – Tri para inmediatamente de hablar y muestra una cara de preocupación y yo vuelvo a comer.

- ¿Qué? ¿Espera, como así? - ella hace una expresión de que no está entendiendo y empiezo a hablar, indiferente.

- Cuando fui a recoger mi celular, pasé sin tocar la puerta porque estaba abierta, vi un movimiento extraño, me detuve para observa y lo vi, los dos se divertían en la pared ... creo que no necesita detalles – Tri me mira y se queda sin hablar. Colocó la pulsera en el mostrador y luego empieza a hablar.

- Amiga, mira ... – empezó a hablar, pero la interrumpí.

- No hay nada de qué hablar Tri – la miro y le doy una sonrisa. - Él es un idiota y desafortunadamente caí en su juego. Pero todo bien, ahora va a ser diferente.

- Yo no creo... - dice Tri, aún pasmada - ¿Te vio?

- No.

- No crees que están siento un tant...

- El problema, Astrid - empezar a hablar más fuerte y Tri se asusta - Es que siempre me dije a mí misma que nunca dejaría a un hombre hacer eso conmigo, ese jueguito de seducir y luego tirar. Sé que sólo nos besamos, pero aquella noche, aquella noche... fue perfecta, y necesito confesar que creé expectativas con él - miro a la nada, pensativa, y luego vuelvo a la comida - Pero ahora no importa.

Ella me observa por unos segundos más y luego se apoya en el mostrador, mirándome con una sonrisa amistosa y consoladora.

- Voy a guardar eso para ti - dice ella cogiendo la pulsera.

- Haz lo que quieras con eso – digo con indiferencia.

Tri se arregla y sale antes que yo. El día está medio frío, entonces visto unos jeans, zapatillas negras, una camiseta roja y la chaqueta jeans. Como dormí con el pelo aún medio mojado, desperté como un oso, entonces decidí echar me una crema para peinar y hacerme una coleta alta.

Too good to say GoodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora