Shadows[EDICIÓN]

Der Spiegel

Realmente estaba siendo un poco complicada la tarea como dominante, en las otras ocasiones la atracción que sentía por sus sumisos era insignificante comparada con la que sentía por Chanyeol. No solo tenía que lidiar con un sumiso con inexperiencia, con fuertes tendencias a tener el control y condenadamente candente, sino con su propio autocontrol.

Era todo un reto físico y mental, aún cuando Chanyeol había sido completamente obediente. No podía dejar de sentir una punzada de satisfacción cada vez que veía al más alto romper alguna de sus reglas morales. Era bastante sencillo leer sus reacciones y eso le hacía un poco más fácil el trabajo. Más allá de la atracción que sentía por él, era innegable el atractivo de Chanyeol. Tenía un cuerpo y porte espectacular e imponente, un cuerpo sin el menor rastro de fragilidad en él. 

Chanyeol conocía muy bien su posición y su propio poder. Alguien acostumbrado a que otros bajaran la mirada y a mantenerse en control de las situaciones. Sin embargo, cuando mirabas su rostro y comportamiento se podía deducir que todo ese control era algo como una mentira. Una mentira que incluso él mismo se creía. 

La forma en que reaccionaba ante sus palabras provocadoras o los actos incorrectos, según los parámetros de la sociedad, le demostraban que a la vida de Chanyeol le había faltado pasión. No solo en el ámbito sexual, sino en todo lo que lo rodeaba. Tal vez por venir de una vida acomodada, sin necesidad de esforzarse, sin tener que luchar por nada lo había apagado de esa manera.

Demasiada aceptación en su vida, pero ... sin embargo, cuando mirabas un poco más allá y veías el brillo cómplice de sus ojos ante estos mismos actos o palabras. Kyungsoo se percataba que su primera reacción no era la que impulsaba su naturaleza, era solamente una máscara de aceptación que le permitía comportarse de acuerdo a su realidad social. En esa mirada  brillaba la curiosidad, una curiosidad insatisfecha ante lo supuestamente correcto. Pero que estuviera allí junto a él era la muestra absoluta de su verdadera naturaleza. Dispuesto a explorar, su actitud era una muestra rebeldía contra la realidad que había decidido vivir. 

Kyungsoo comprendía que era lo que buscaba Chanyeol. En esta relación podría explorar sin efectos colaterales, sin amor y sin implicaciones morales fuera de estas paredes. Él lo comprendía, porque en eso había consistido su segunda relación y por ese mismo motivo tenía muy buenos recuerdos de ella. Y lo más importante, con esa relación había aprendido mucho. Esta fue muy instructiva en el plano sexual y su aprendizaje sobre el placer. 

Su relación inició y terminó con un apretón de manos, como el mejor de los negocios. Aún hoy Junmyeon seguía siendo su mejor amigo, uno que atesoraba y con el cual podía compartir más de una preocupación. 

Sin embargo, su primera no fue tan sencilla. Fue completamente un dolor de cabeza que Kyungsoo no quería recordar. No había un orden u objetivo en la misma, solamente había sexo, celos, dolor, gritos y pasión. "Jóvenes y emocionales." ¿Qué podría salir mal?  Todo. Por tanto terminó mal, demasiado resentimiento e insatisfacciones acumuladas. Kyungsoo jamás volvería a implicarse en ese tipo de relación, nunca dejaría que sus emociones volvieran a nublar sus decisiones. 

Por ello, Kyungsoo decidió que solo mantendría relaciones que satisficiera sus necesidades sexuales pero donde siempre  mantuviera el control. A él tampoco le gustaban los efectos colaterales y se sentía mucho más cómodo en el rol que había asumido. 

Por primera vez  Kyungsoo dudó si realmente era una buena idea su relación con Chanyeol. La atracción que sentía por él era bastante fuerte y esto podía llegar a ser un problema. Desde hacía 10 años había sentido la primera atracción física por él, y había notado que aún la mantenía. Pero ahora no era solo la superficial apariencia atractiva. Lo que más le preocupaba, era que cada nuevo pedazo de la personalidad de Chanyeol que descubría, lo mantenía interesado. Muy interesado.