Du und eine Krawatte

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Decir que estaba molesto no era el calificativo adecuado. Furioso, frustrado y completamente perplejo eran calificativos un poco más acertados para lo que estaba sintiendo en este momento.  Aún cuando el sonido de la voz de sus acompañantes llegaba a sus oídos, no había manera posible de reconocer ninguna de las ideas de las que estaban hablando. Estaba completamente molesto de no poder concentrarse. Él no era así de descuidado. No era una reunión importante pero su cabeza debería estar en estudiar al cliente no he comprobar si Kyungsoo había notado que estaban en el mismo lugar. 

Chanyeol enderezó la postura, se ajustó la chaqueta con el firme propósito de evitar las distracciones y concentrarse en el almuerzo de negocios. Lo que no esperaba era que con el movimiento la tela de la camisa se rozara contra sus maltratados pezones y tuvo que llevar disimuladamente la mano a su boca para evitar soltar un gemido de incomodidad. El roce accidental frustró su objetivo de concentrarse en la conversación, ahora se sentía incluso más enojado que antes. 

Hasta ayer ni siquiera recordaba que tuviera pezones, no es que fuera idiota, es que simplemente era una parte de su cuerpo que no tenía ningún propósito... hasta ayer.
Enojado  centro  su  mirada  en  el  extremo  opuesto  del  restaurante,  Kyungsoo  estaba completamente concentrado en el plato frente a él como si fuese lo único que existiera en el universo. ¿Qué podía tener de maravilloso aquel plato? 

Era imposible que no hubiese notado su presencia, desde donde él estaba tenía que girarse un poco para poder ver a Kyungsoo, pero este no tenía que hacer nada, nada, prácticamente él estaba frente a Kyungsoo. ¿Por qué quería que Kyungsoo lo notara? Esa era una buena pregunta, él mismo había establecido que no quería que interacciones fuera de los "encuentros", entonces porque estaba tan ansioso porque Kyungsoo lo mirara. 

Pero no lo hacía, no lo miraba.

Kyungsoo seguía concentrado en el plato de comida, como si adrede evitara mirar hacia donde él estaba, no podía evitar sentirse enojado al saberse ignorado, no cuando se había pasado más de 24 horas de abstinencia. Chanyeol sabía que había sido su culpa, tal vez no era tan sencillo pasarse de listo con Kyungsoo, el enano malvado era muy inteligente. Contuvo un gruñido por lo
bajo. 

Seguía sin mirarlo. 

El roce de la tela sobre sus pezones lo mantenía ocupado intentado contener sus movimientos para evitarlo. ¿Cuán fuerte lo había mordido Kyungsoo? Al menos fue lo suficientemente fuerte como para que en la mañana aun estuvieran tensos, rojizos e hinchados. El recuerdo era un poco borroso pero no creía que hubiera dolido tanto cuando Kyungsoo los tenía en su boca. Esa era una zona erógena en las mujeres, pero nunca pensó que también lo podía ser para los hombres y menos que lo podía ser para él. 

Cuando la boca de Kyungsoo se posó sobre ellos se sintió bien, era raro pero se sentía jodidamente bien la boca suave y caliente contra ellos, claro no tanto como cuando los mordió por primera vez. Había fantaseado con el dolor, sino nunca hubiera encontrado a Kyungsoo, se había preguntado a menudo cómo sería recibir unos fuertes azotes en el culo, pero ni en un millón de años habría esperado sentir aquello cuando los dientes se enterraron en la carne sensible del pezón. 

Dolía, desde luego. Mucho más de lo que había imaginado, la punzada de dolor volvía con cada arremetida de sus dientes contra la piel y Chanyeol solo podía pensar en lo mucho que le dolía.
Por supuesto, hasta que la mano de Kyungsoo bajo y atrapó su polla el cual increíblemente mantenía una erección y comenzó a acariciarlo, entonces la sensación cambió de repente.

Todavía dolía, pero el placer de la mano fuertemente agarrada a la erección lo transformaba en un dolor placentero durante los segundos posteriores al dolor agudo de la mordida. 

Kyungsoo había comenzado por el pezón izquierdo, mordiendo y lamiendo indistintamente a un
ritmo regular, a Chanyeol el corazón le latía ahora prácticamente al compás de las mordidas y su cuerpo se retorcía batallando entre la necesidad de acercarse o huir de aquella malvada boca.
Entonces Kyungsoo cambió de pezón y empezó de nuevo.

— ¿Sucede algo Señor Park? —  la suave voz de la secretaria de Chanyeol llamó su atención. 

Chanyeol la miró incómodo pero negó con la cabeza al ver la preocupación reflejada en los ojos oscuros. Ella era una buena secretaria, lo suficientemente buena como para aceptar que lo que había sucedido entre ellos no era más que un revolcón sin compromiso. Ella había sido la única que había comprendido eso y había sido lo suficientemente inteligente como para no deja que esto afectara su trabajo y por eso no había tenido de que despedirla. 

— No sucede nada. — dijo brevemente y con una reverencia se excusó. — Si me disculpan tengo que ir al baño. 

Chanyeol caminó lentamente ignorando el roce de la camisa contra sus pezones y el roce del pantalón contra su erección. Kyungsoo no había apartado la vista del plato, seguía comiendo y mirándolo como si fuera lo más maravilloso del mundo. Quería tirar el plato, desaparecerlo.
¿Acaso se podía estar celoso de un plato? 

— ¿Kyungsoo? — dijo con voz neutra, intentando desaparecer la inquietud de su timbre.
Pero la inquietud lo atrapó cuando los ojos oscuros lo miraron por detrás de los cristales, de arriba a abajo y cuando llegó a su entrepierna creyó ver una curva en la punta de sus labios como muestra de una sonrisa. Chanyeol comenzaba a creer que había sido una mala idea encarar a Kyungsoo, pero cuando este abrió su boca estuvo seguro que lo era. 

— Tráeme tu ropa interior. — No había duda  de que aquello era una orden directa, sus ojos y el resto de su semblante le dijeron a Chanyeol que no había una pizca de broma en aquellas palabras.

Chanyeol estaba desconcertado. ¿Qué estaba diciendo? Al menos estaba  claramente disfrutando del desconcierto reflejado en su rostro. Pensó en decir algo, en replicar pero sus pies fueron más rápidos y casi corrieron al baño. El rápido movimiento, la quemazón del roce y la vergüenza de saber que estaba haciendo exactamente lo que Kyungsoo quería, estaban haciendo maravillas en su cabeza. 

Chanyeol se quitó la ropa, cuando estuvo desnudo palpó su erección, el placer le hizo sisear quedamente. ¿Porqué simplemente no se masturbaba? No encontró una respuesta para ello, pero volvió a meterse dentro del pantalón y apretó fuertemente los calzoncillos dentro del bolsillo.  Corrió de regreso a la mesa complemente agitado y casi tiró los calzoncillos sobre el regazo de Kyungsoo, sintiéndose como una adolescente enamorada que entrega una carta a su primer amor. 

Eres patético. Se dijo mentalmente cuando sin mirar a los ojos ajenos Chanyeol decisión regresar a su mesa. Entonces Kyungsoo alargó una mano y lo frenó. Al hacer esta contacto con la suya sintió una especie de descarga eléctrica por todo el cuerpo. Un pequeño rincón de su cerebro quedó en shock cuando miró los ojos negros de Kyungsoo. 

— Cuando termines ve directo a la casa. No te cambies de ropa. — dijo tomando disimuladamente uno de los gruesos labios entre sus dientes. — Tengo planes para ti y para tu corbata. 

Chanyeol sin tener dominio de su cuerpo asintió, la situación era surrealista. Caminando de regreso a su mesa fue consciente de la excitación que lo embargaba, el roce sobre sus pezones, sobre su polla semi-erecta pero más aún del efecto de las palabras de Kyungsoo sobre su libido.
Kyungsoo era peligroso, la situación parecía estar escapándose de sus manos, parecía una mala idea... pero no podía parar de desear que llegara la noche.

Shadows[EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora