IV

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Capítulo 4: A damn surprise!

Narrador Omnisciente

La gran familia Hale estaban mirando al chico castaño, de rostro golpeado y magullado, las lágrimas corrían por las caras de todos mientras escuchaban al chico hablar, pero había parado ahora era Scott el que se escuchaba gimotear.

-Stiles, Stiles amigo, por favor, despierta, eres fuerte, aun tienes oportunidad, sé que sigo sin conocerte, pero dame ese honor, dame ese honor y juro amarte, por favor, no me niegues el honor de conocer a un verdadero luchador. -Dijo entrecortadamente Scott, con el corazón partido al darse cuenta la vida de mierda que tenía el castaño que al principio parecía ajeno, sin llegar a ser indiferente, se dio cuenta que de lo que le dijo había mucho más detrás de todo eso.

Derek veía todo en shock, con lágrimas resbalando por sus mejillas, era la primera vez que veía a su madre llorar, a su tío Peter llorar y a su padre también, nunca en su vida pensó que los vería llorar pero de cualquier forma no se podía decir no había razón de hacerlo, porque con tan solo las palabras del castaño, su voz entrecortada y el dolor en su rostro enmarcado por sus facciones los hizo ver que lo que demostraba no era ni la mitad del dolor que sentía por dentro, estaba totalmente roto.

Rápidamente, se recompuso al ver al chico desmayarse -o eso era lo que quería creer- y corrió hasta el para quitarlo de los brazos de Scott y aferrarlo a el mismo, entro a su casa con velocidad y llamo al doctor de la familia, Deaton.

Narra Stiles

Desperté, una luz me cegaba, sentí mi cuerpo arder.

Miré hacia abajo y me di cuenta que no tenía nada encima, solo mi bóxer, todo mi cuerpo estaba desnudo excepto por algunas partes que estaban vendadas y parches en los cuales se podía ver la sangre mancharlo.

Me pare de aquella camilla, sin importarme el dolor, porque la verdad ahora el dolor solo se sentía superficial, mi interior estaba mutilado.

Saque el parche en mi cadera, e hice lo que siempre hacia luego de haber limpiado y arropado a mi padre, me limpie las heridas, lo había aprendido con el tiempo, nadie me lo enseño, por eso mi sueño era ser doctor.

Comencé a curarme yo solo, con las cosas de medicina que había en una mesita de metal inoxidable al lado de la cama, sé que no estoy en el hospital o en mi casa, pero no me importa, debo curarme, vestirme e ir a mi casa para que mi padre no me mate.

Me saque los puntos que tenía en la rodilla, ya estaba mejor, toque mi cabeza por si tenía algo y no tenía nada, mi espalda tan solo tenía arañazos y moratones así que no me preocupe tanto por eso a pesar de que dolía como el infierno, cure un corte en mi labio ceja y mejilla, en mi estomago tenía un corte que lo cruzaba de extremo a extremo, me estremecí al recordar por qué lo tenía, la correa de mi padre hizo aparición en mi mente pero lo aleje para seguir con mi trabajo, por suerte el corte no era profundo, solo superficial. Seguí hasta que estuve un poco mejor, vi mi ropa en la cama y me la puse, se veía que era de noche, más o menos las 4:00 a.m. Así que no me preocupe de despedirme, después de todo no sé quien vive aquí o porque estoy aquí.

Camine en silencio hasta mi casa intentando recordar que había pasado, llegue a mi casa y me quede paralizado al ver la sangre en el piso fuera de ella, entré y me horrorice al ver que la sangre también estaba adentro, con mis ojos acuosos corrí hasta donde mi madre me dijo que era el lugar más pacífico y bonito que había visto, el bosque.

Caminé vagando por ahí hasta que vi el sol asomarse, luego estar en mi cabeza y volver a esconderse, no había comido, no tengo hambre tampoco, mis piernas piden seguir como están a pesar de que están lastimadas y cansadas, estoy solo dando vueltas por el mismo lugar, no me quiero alejar mucho pero no quiero acercarme.

Metí mis manos en mis bolsillos al sentir el frio de la noche gobernarme, la noche más fría del año y yo en el bosque.

Sentí un papel en el así que lo saqué.

Recordé.

Recordé toda la noche anterior.

El primer papel decía 0% de compatibilidad. ¿Qué significa esto?

Mire el segundo papel y era una carta.

Querido Robert:

Lamento decirte que Stiles no es tu hijo, no quise decírtelo antes, te veías tan feliz de poder tener un hijo que no quise decirte que la última vez que nos habíamos separado antes de eso yo me acosté con otro hombre.

Estuvo mal, lo sé.

Te ruego me perdones.

Yo solo lo conocí de pronto, fue sin querer.

Debo decir que ame a ese hombre, por el corto tiempo que duro nuestra separación, fue un gran amigo y amante, te juro nunca estuve con el cuándo volvimos, juro nunca haberte sido infiel.

Como decía, Noah no sabe de él, cuando supe que estaba embarazada corte todo lazo con él.

Te pido por favor que lo cuides y que lo ames.

Te pido del fondo de mi corazón que me perdones por partir ahora.

Te pido me perdones por dejarlos solos

Y te pido que le digas que lo amo, que es un niño maravilloso y que no esperaba estar ahí tanto tiempo.

Sabía que tenía esta enfermedad y que me mataría de a poco.

Pero le agradecí a Dios y todos los santos darme el tiempo suficiente en este plano para poder conocerlo.

Mi pequeño Mieczyslaw.

Espero que de donde este le pida a Neptuno.

Si, a Neptuno, un lugar frio, es hermoso y está demasiado lejos, pero hay tanta curiosidad que vale la pena arriesgarse para llegar a él.

Volviendo al tema, quiero decirte que en serio te amo, te amo demasiado, no quiero dejarte, pero el destino es desconocido y siempre las cosas pasan por algo, quiero creer que mi muerte será solo un daño colateral.

Algo que tenía que pasar para que la vida sea mejor para alguien.

Siento no habértelo dicho antes, no quería tu decepción.

Cuídalo, mi vida sigue en él y en ti.

Cuando cumpla los 18 dile el nombre Noah Stilinski.

Si, el apellido de él, es Stilinski, Stiles nunca llevo ni el tuyo ni el mío, si no el de su padre biológico.

Quiero que el conozca a su padre biológico Robert, quiero que él sepa la verdad, aunque me llegue a odiar en el proceso.

Los ama.

Claudia

No me di cuenta en que momento comencé a llorar, quien creía era mi padre en realidad no lo es.

Caminé hasta llegar a una pequeña laguna en medio del bosque, me senté al lado de esta, mojando mis pies, el agua estaba muy fría, se sentía como cuchillos en mi piel, pero no me importó, nada se le compara al dolor en mi corazón.

Me dormí ahí, con los pies en el agua, arrugando la carta en mis manos.

HOODIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora